¿Cuáles pueden ser los encajes de Arturo Vidal en este F.C. Barcelona?
Análisis
El jugador chileno podría convertirse en una pieza clave en la táctica de juego del equipo azulgrana, pero sus debilidades también podrían suponer un lastre
Arturo Vidal: el músculo ya no es un tabú
Cuando parecía que, después del fichaje relámpago de Malcom ya nada sorprendería, la llegada de Arturo Vidal al F.C. Barcelona rompe todos los esquemas. El solvente aunque controvertido jugador chileno recala en un equipo que representa un futbol diferente a sus prestaciones. Y precisamente por eso, está generando tanto debate. En futbol, cualquier encaje es posible. En su caso, este puede ser magnífico o traumático. Como acostumbra a pasar en este fantástico deporte, el tiempo dirá. Pero ¿Como es tácticamente Arturo Vidal? ¿Qué le puede reportar al Barça y en qué Zonas? Aquí mi visión táctica dividida en Fortalezas y Debilidades:
FORTALEZAS
Apto para el 433 / 442 / 4231 / 4141 (Flexibilidad para la médula)
Es un jugador camaleónico en el medio del campo. Ubicado siempre en la medular, sus características no son propias de una posición única. Guardiola (hace tres temporadas) y también Ancelotti, han ubicado al chileno tanto en el pivote como en el interior. Si bien es cierto que es en esta ultima posición dónde más y mejor juega, las características aguerridas de Arturo Vidal, también le validan para jugar como ancla. Y si hablamos de perfiles, no es de esos futbolistas que claramente prefieren jugar en uno de los lados sino que adapta su futbol convencional a ello. Incluso puede habitar en una de las bandas si la intención del técnico es cerrar defensivamente la banda. Ha convivido con éxito con técnicos tan diferenciados como Bielsa, Allegri, Guardiola o Ancelotti y eso es prueba inequívoca de versatilidad. Seguramente esta polivalencia, sumada a la voluntad de Ernesto Valverde de poder disponer de una pieza de mucho trabajo y enorme intensidad, han hecho que acabe recalando en el Barça. Esta vez, el club azulgrana apuesta por un perfil tan específico como abierto.
Como “interior de salto” a la presión post-perdida
Una de las armas más potentes de cualquier equipo ofensivo es la recuperación rápida de balón justo después de perder el balón. De hecho, ha sido una herramienta súper productiva en muchas situaciones de atasco azulgrana. Y en ello, Arturo Vidal es de los mejores jugadores del panorama mundial. Un encaje como interior alto para saltar a la presión es uno de los escenarios donde su participación puede ser crucial. Es decir, como escudero de un organizador en el sistema híbrido de 4-4-2 o, sobretodo, como media punta en el 4-3-3. Principalmente por 2 motivos básicos: porque un robo rápido le puede permitir conectar con los Messi, Suarez, Coutinho… en espacios mucho más liberados y porque su enorme potencial de presión puede conceder más “cancha” para que sus compañeros en el medio sean de perfil creativo. Su cambio de chip es inmediato y la intensidad en que lo realiza es simplemente letal. Obliga al rival a ser extremadamente rápido y certero y así es como provoca una recuperación, ya sea de manera directa o indirecta. En este aspecto concreto, aportará un extra al F.C.Barcelona.. Súper potente y explosivo en la post-pérdida. Un extra importantísimo para buscar el roba alto.
Por dentro para amplificar (espacio en 3D y la maniobra robo-bajo)
Arturo Vidal es, por encima de todo, un recuperador nato a partir de la presión. Independientemente del sistema de juego, es jugando por dentro donde puede explotar todo ese potencial. En tal contexto es dónde crece de una manera exponencial. Está constantemente en activo y su intuición defensiva le hacen alcanzar las 3 dimensiones de recuperación. Intercepta o recupera muy bien a ambos lados. Y llega tan fácil a los cortes por delante como interpreta y caza cualquier pase que intente rebasarle. Pero tampoco es tenue en el salto arriba y se mueve con habilidad en la pugna por la segunda jugada.
Entre sus particularidades futbolísticas está la de ir al suelo para anticiparse a su marca con mucha asiduidad. Promediando unos altísimos 3,1 cortes a bajo, es de los jugadores que más tira el tackle de toda Europa. Una acción que domina como pocos pero que a veces le cuesta algún que otro disgusto en forma de tarjeta.
Implicación ofensiva a través de paredes o cambios de orientación
Pero Arturo Vidal no solo roba balones. Ni es un mago del balón ni puede organizar juego pero se involucra en el juego ofensivo. No es extraño verle ofreciendo salida a los centrales o participando en la creación. Y lo hace en base a dos acciones muy concretas: el tocar-seguir o el pase largo a lado opuesto. Promedia un 88,5% de seguridad en el pase y no se complica con el balón. Falla pocos pases y es muy frecuente verlo tirar paredes con sus compañeros. Cuando el juego no le pide progresar por el interior, generalmente opta por el desplazamiento largo a banda contararia. Se maneja bien en los desplazamientos con su pierna derecha. Tanto es así que, con 4,4 cambios de orientación por encuentro de media, firma un registro más que considerables. Puede ser una buena noticia tanto para los extremos abiertos (casos de Dembelé o Malcom) así como las llegadas desde atrás de Jordi Alba, Semedo o Sergi Roberto). En la indisociable comparación con Paulinho, se erige en bastante más participativo que el brasileño. Sus más de 52 intervenciones en la reciente campaña lo certifican.
Radio de despliegue amplísimo
El movimiento constante le permite llegar a todo lo que le rodea. Y disfruta con ello. Sus prelecturas defensivas son casi siempre acertadas. Es de esos futbolistas que no sólo abarcan a su pareja de baile sinó que llegan a las ayudas de sus compañeros inmediatos. Saborea el juego robando balones a quién no es su marca. Es por ello, que el radio expansivo que tiene es muy grande. Si bien es cierto que hay matices importantes que los diferencian, es bastante parecido a Kanté en este aspecto. Juntamente con el francés, quizá el jugador que más territorio alcanza de entre los grandes equipos europeos.
Como pivote para ser protector de las transiciones
Cuando no puede robar arriba también repliega muy rápido. Es rápido en la primera arrancada y lo aprovecha para retroceder a tiempo cuando el equipo lo necesita. Pep Guardiola lo utilizó puntualmente como pivote defensivo para atajar los espacios atrás y desactivar buena parte del objetivo de los rivales replegados. Y en ese contexto puede ser también una opción. La edad y las lesiones le han restado un poco de chispa en ello pero sigue siendo un corrector notable.
Disparo de 1ª y determinación en la llegada ante la hiperpoblación
Otro de los factores que le acercan a la posición de interior en situaciones adecuadas es su convencimiento para el chut. Golpea muy bien de primera y arma muy rápido. No precisa de posiciones limpias para intentar el disparo. De hecho, no duda en el chut para terminar. Así mismo, Arturo Vidal se pasa el partido en modo activo de manera constante llega a pisar el área rival siendo una opción para la conclusión de las jugadas. Cuando llega, lo hace con fuerza y sin disminuir la velocidad. En base a ello, puede así mismo contribuir para aumentar remate. La suma de goles del chileno no es muy alta pero sí constante. Sus cifras goleadoras se mueven entre los 5 y 10 goles lo largo de la temporada. Buenos datos dada su función futbolística y, sobre todo, por su constancia.
Carácter competitivo y experiencia en las citas grandes
La ecuación partido grande y Arturo Vidal es de las que más enganchan. Y todo parte de su brutal mentalidad competitiva (incluso excesiva en ocasiones). Quizá la característica más diferencial que tiene el chileno. No negocia ni en los esfuerzos ni en los partidos. Sin duda, es de esos jugadores que aglutina y nunca, absolutamente nunca, se deja impresionar por nada ni nadie. Además, a sus 31 años ya cumplidos, acumula muchísima experiencia en todo tipo de torneos. Su destacado palmarés es destacado y diverso ya que acumula experiencias en entornos tan diversos como Italia o Alemania. Si futbolísticamente existen ciertas dudas razonables para encontrar su hábitat, no ocurre lo mismo en el plano emocional. Sin duda, un plus en lo mental.
Como recurso en alta emergencia
Sus condiciones físicas le reconocen poder ser considerado ante problemas estructurales serios. O lo que es lo mismo, ante lesiones o sanciones en serie. Aunque no es para nada su posición, en su histórico particular está el haber jugado de central o, incluso, de lateral. Su dilatada experiencia y su orgullo en los desafíos individuales hacen de el chileno una pieza valida para reparar situaciones críticas de efectivo con solvencia. Raramente debería pasar pero puede ser una opción. Especialmente para un Ernesto Valverde que, al menos durante la temporada pasada, demostró preferir apurar las opciones entre su plantilla habitual antes que nada.
MARGEN DE MEJORA
Exceso de dureza (potencialmente expulsable)
Es muy duro en ocasiones. No contempla grados ni existen matices en sus acciones. Es de los jugadores más definitivos que existen. Si bien es cierto que sale victorioso en la acción si llega on-time, también se convierte en durísimo cuando va tarde. El chileno es conocido por su agresividad en el corte. Especialmente en situaciones de tensión competitiva donde le cuesta medir bien los impulsos. Eso hace de él un jugador muy expulsable en el que la acumulación de tarjetas es un hecho demasiado frecuente. Su expulsión del 2017 en el Bernabéu es un ejemplo de ello. Hace temporadas que es el jugador que más tarjetas amarillas recibe del Bayern de Munich. Sin ir más lejos, la pasada Bundesliga acabó con 6 amarillas en tan sólo 1461 minutos. Un aspecto que, sin duda, deberá controlar para no dejar al F.C.Barcelona en inferioridad de condiciones.
El timming (no atiende a pausas ni a reinicios)
Utiliza una sola velocidad para todo. No concibe los instantes de pausa así como no distingue los momentos en que tranquilizar el juego es necesario. Lo que en general le reporta claramente mucho en contextos defensivos, le penaliza para ciertas situaciones de posesión de balón. Dada su trayectoria y su forma de jugar será complicado que cambie mucho su juego pero sí que debe intentar poner algo de paciencia a su juego. Más aún con el tipo de futbol que busca el Barça, dónde la calma previa es una de las bases para que la acción posterior pueda pronunciar aún más el cambio y, en consecuencia, cazar al rival.
En rampa baja y la alerta del menisco derecho
A sus 31 años llega en el tramo dónde, a priori, su rendimiento empieza a decaer. Su histórico así lo indica también. En sus últimas 3 campañas, los números han ido descendiendo. La 2015/2016 consiguió 7 goles y 12 asistencias en 48 partidos. La 16/17 con Ancelotti, 9 + 4 en los 41 partidos disputados y el curso pasado firmó seis tantos y 2 asistencias en 35 partidos. Eso sí, en caso de hacerlo será paulatino. El futbol es tan imprevisible que nunca es matemático aunque esta es la tendencia. Por otra parte, mucha atención a su menisco derecho. La reciente lesión hacen que se deba cuidar y tratar su pierna principal.
Desorden limitante
El chileno es desorden puro. Del mismo modo que llega a todo en defensa y que su movilidad genera problemas en los contrincantes, también genera el caos el propio. Posicionalmente no es demasiado estable. Su rapidez de movimientos le ayudan a rectificar algunos posicionamientos pero se crean ciertas situaciones de desorganización puntuales a su alrededor.