El primer calzado hecho con chicles ya existe y tiene el mapa de Ámsterdam en la suela
Avances
Holanda acumula 1,5 millones de kilos de chicles cada año en sus calles
Ir caminando por la calle y, de repente, pisar un chicle es algo que le habrá pasado a prácticamente a todo el mundo. En 2010, los servicios de limpieza del Ayuntamiento de Barcelona se gastaron 500.000 euros en limpiar chicles de acercas y asfalto. Es decir, que el coste de limpieza de estos es cuatro veces superior a los que cuesta un chicle en la tienda.
Conscientes de ello, algunas ciudades han ideado iniciativas para hacer frente a esta problemática. Jolande Penninks, ciudadana holandesa, ha fundado Gumbudy, una organización que se dedica a instalar tableros con la representación de un mapa del mundo en ciudades holandesas para que la gente pegue los chicles en ellas.
Este proyecto cuyo fin es mantener las calles limpias de chicles y así tener cura del medio ambiente ha obtenido una nueva dimensión materializándose en la primera zapatilla hecha a base de esta goma de mascar. Se la conoce popularmente como “Gumshoe” y, siguiendo la estética de la fundación, tiene un mapa de Ámsterdam en la suela.
Holanda acumula alrededor de 1.500.000 de kilos de chicles cada año, cuya unidad tarda en biodegradarse entre 20 y 25 años. Así lo indican en el spot publicitario de la marca de deportivas, que quieren convertirse en el símbolo de una nueva generación que prima la cura del medioambiente por encima de todo.
“Como otra gran ciudad, Amsterdam tiene un problema con los chicles. Es el segundo gran problema más común después de los cigarros”, asegura Marijn Bosman, City Councillor Sustainability.