¿Por qué la moda se ha apropiado de forma indebida de Frida Kahlo?
Debate
Desde la “falsa” portada de Vogue Paris en 1939 a las colección cápsula de Stradivarius
Frida Kahlo aparece sobre un fondo de flores verde enfundada en uno de sus vestidos tradicionales mexicanos, un manto negro, una corona de flores y una mirada que desprende dolor y sufrimiento. Se trata de la “falsa” portada que realizó para Vogue París -también aparece en el biopic protagonizado por Salma Hayek- que supuestamente se publicó en 1939. Pero no hay constancia de que esto sucediera así.
Lo único que se sabe es que por aquel entonces la joven de 32 años acababa de regresar en barco desde Francia, donde el surrealista André Breton había organizado una exposición de su obra y en la que una pintura de ella, el autorretrato The Frame, había sido comprado por el Louvre. Ninguna mención de la portada de Vogue. Una de las páginas de fans de la artista asegura que contactó con Vogue París preguntando por dicha portada y que jamás obtuvo respuesta. Bien, este sería solo el inicio de la apropiación del personaje de Frida Kahlo por parte de la moda y la publicidad.
Pero, ¿qué pasa con Frida Kahlo? ¿Por qué se está exprimiendo ahora tanto a este personaje? Esta sobreexplotación ha llevado a que jóvenes lleven la cara de la artista impresa en camisetas, fundas de móvil o agendas y no sepan nada acerca de la vida y desgracia de esta mujer. Por ende, es como aquel que lleva a Mickey o a Uma Thurman en Pulp Fiction impreso en su camiseta. No hay nada más allá que una imagen bonita.
Stradivarius presentó hace unos días su nueva colección cápsula inspirada en Kahlo
Stradivarius presentó hace unos días su nueva colección cápsula inspirada en Kahlo. “Marzo es el mes de la mujer y no podemos dejarlo pasar sin mencionar a Frida Kahlo y sus obras de arte, fascinando a un público internacional desde los 80’s e inspirando esta colección con motivo de su 110 aniversario de nacimiento”. Una de las camisetas lleva inscrito el mensaje: “A besos entiendo. A veces no” junto a un retrato de la artista. Vaya, muy profundo todo.
Mattel, en motivo del día de la mujer trabajadora, lanzó una muñeca Barbie inspirada en ella que automáticamente la marca Frida Kahlo denunció por ser irreal y ficticia. “Me gustaría que la muñeca tuviera más los rasgos de Frida, o sea, que no saliera una muñeca con ojos claros, que fuera cejijunta, que representara todo aquello que representaba mi tía”, dice el comunicado. Por no hablar de que ella militaba en el partido comunista mexicano y comercializar con su imagen es lo último que hubiera querido.
Firmas como Dolce&Gabbana, Gucci o Balenciaga se han inspirado en la artista mexicana para sus colecciones. “No estoy del todo segura que la moda haya glamurizado la imagen de Kahlo”, dijo Circe Henestrosa, comisaria de la exposición de la artista en el V&A de Londres. Y añade: “Ella ya era increíblemente glamurosa y sofisticada”.
“Canalizar a Frida no se trata de copiar una huella o poner su rostro en una camiseta”, dice Roland Mouret, cuya colección de primavera 2018 se inspiró en cómo Kahlo “se desvió de la representación tradicional de la belleza femenina en el arte y eligió pintar las experiencias reales a las que se enfrentan las mujeres”.
Canalizar a Frida no se trata de copiar una huella o poner su rostro en una camiseta”
Todo indica que la moda de repente se siente orgullosa de ser feminista -quizás demasiado- y ven en Kahlo el perfecto conejo de indias al que exprimir y sacar todo el jugo, algo que se podría traducir en una creciente pérdida de credibilidad por parte de la industria.
Es cierto que su imagen representa un impulso hacia la empoderación de las mujeres, siempre y cuando su obra no se reduzca a las coronas de flores en tiendas de regalos. Tampoco en camisetas con su cara o frases sin sentido, símbolo de la cultura popular que acaba rebajando el feminismo de Kahlo a la altura de una nube de azúcar.
Una colección que rinda tributo a Kahlo tiene que ser sobre quién era ella como mujer, sobre su espíritu y su incansable lucha. Esta es la única manera para no caer en banalidades y honrar así su memoria. ¿O no era ese el objetivo de un homenaje?