Berta Prieto no para. A pesar de su juventud, como observa el director de la sala Beckett, Toni Casares, “se ha hecho un lugar destacado en la dramaturgia contemporánea catalana”. Ahora estrena, como autora y directora, Del fandom al troleig. Una sàtira del bla bla bla. En la misma sala del Poblenou de Barcelona ya presentó con Lola Rosales en el 2023, y con mucho éxito, Derecho a pataleta. La missió més trepidant de les Espies de veritat, una obra inclasificable, que rompía muchos esquemas y que rebosaba de frescor y de ideas imaginativas.
Antes, en el 2022, participó como actriz y coguionista con Belén Barenys en la serie Autodefensa, disponible en Filmin. Dirigida por Miguel Ángel Blanca, la serie, de aspecto muy descarado, juega con los límites de la autoficción. Y ahora estrena “esta sátira sobre el overthinking de la generación Z, que es la producción propia de la sala Beckett para este otoño”.
La cómica Judit Martín interpreta a la madre soviética de la protagonista
En la obra se habla de la película My life is my message, de Ximena White, donde el personaje de Paula Miró se hace la tonta para dejar de sufrir. Sin embargo, recibe un premio Goya por su interpretación. Y este Goya, una escultura real de la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas que en su momento recibió Irene Moray por el mejor cortometraje de ficción con Suc de síndria, se pasea por el escenario en brazos de la aquí intérprete.
“La obra juega con distintos géneros teatrales”, explica Prieto. “La bailarina es una de las primeras escenas, que habla de la historia de Paula Miró, que hace una serie de acciones haciéndose la tonta y conseguir así dejar de sufrir. Paula tiene una madre soviética, maltratadora, que la ha maltratado, o no. El caso es que ella se mete bótox en el cerebro. Así es el primer acto, que es muy sobreactuado, muy cinematográfico”, manifiesta la directora.
“El segundo acto es una película de Ximena White –continúa–. La tercera parte es la historia de Paula y Ximena y se reflexiona en torno a la idea de la escenificación, de cómo funciona la narrativa de las cosas, del relato que hacemos de los hechos. Es una parte más performativa, en un espacio más abstracto”. Prieto añade: “Busqué actrices que no solo fueran actrices. Hay un monólogo en inglés, estilo influencer, para llevarlo al extremo: cómo reventar el lugar común”.
La cómica Judit Martín, que interpreta el papel de la madre soviética, confiesa: “A mí no me gusta ensayar tanto, pero no hay lugar para la improvisación. Todo va como un reloj suizo, pero en algún momento me han dado un poco de margen, porque si no me cogería un jamacuco”. Paula González, que firma la escenografía de gradas sin respaldo, explica: “Parto de la idea de circo romano, todo muy expuesto, de lanzar a la gente a los leones”. Quedan avisados.