Shakespeare es infinito. Su acierto al saber contar las historias de siempre con los mejores mimbres hace que, hoy, continúe siendo el dramaturgo más representado, en todo tipo de versiones más o menos fieles al original. Ahora llega al teatro Goya una nueva versión de La comedia de los errores, con sus enredos entre amos y criados, que para mayor confusión son gemelos y se llaman igual, un tema que ya sale en Aristófanes y luego en Plauto, recuerda el director del montaje, Andrés Lima.
Pepón Nieto, que encabeza el reparto, refiere que esta obra “nos da la posibilidad de reírnos de nosotros mismos y de poder equivocarnos”. El actor añade: “La función se ha convertido en un fiestón en la sala de butacas, y en eso ha tenido mucho que ver la adaptación de Albert Boronat y la dirección de Andrés Lima. Al principio parece un Shakespeare en toda regla, y luego la regla se va desvaneciendo”.
“Con la obra podemos reírnos de nosotros mismos y equivocarnos”, declara Pepón Nieto
Lima apunta: “En este mundo es muy importante reconocerse imperfecto y aprender a partir de esto. Ya fue el planteamiento de Shakespeare, que es un autor muy ambiguo, con confusión de sexos. Nosotros aún lo hemos llevado más allá, y de entrada hay un homenaje al Shakespeare original, con solo actores hombres, pero además está la voluntad de ser lo que cada uno quiera. Es una fiesta de la ambigüedad sexual y una reivindicación LGBTI+. La presunta homosexualidad de Shakespeare aquí está más presente que nunca. Él lo juega al máximo y llega a una especie de teatro del absurdo”.
Por razones económicas obvias, la multitud de personajes se ha reducido a seis actores, que se multiplican en el escenario, a veces haciendo dos actores el mismo personaje. “Andrés ha hecho de la necesidad, virtud”, afirma Nieto, a lo que Lima le corrige: “Del error, virtud”. Porque la reivindicación del error como la forma de aprender es lo que el equipo artístico reivindica de esta pieza.
“La obra reivindica muchas cosas de la commedia dell’arte. Los actores son malabaristas que llevan la precisión para que dentro del caos que es la obra todo funcione –destaca Lima–. La traducción de todos los juegos verbales de Shakespeare es muy difícil, y para ello necesitábamos un gran escritor como Albert, que además los ha traído al presente”. Y Nieto apostilla: “Hay tantos errores en la obra, que hasta podríamos equivocarnos sin querer, pero se trata de un mecanismo de relojería porque, si no, la obra no funciona”.
La comedia de los errores es una producción del Festival Internacional de Teatro Clásico de Mérida, Pentación y Mixtolobo, y estará en el teatro Goya hasta el 3 de noviembre.