Lo dijo Jordi Savall en la presentación del proyecto de dar vida a la integral sinfónica de Beethoven: deseaba “vivir la misma experiencia que vivieron los músicos en la época en que interpretaron a Beethoven por primera vez”. Ahora y después de varios años volcado en la tarea cierre ese glorioso ciclo, toda una cima de la música clásica.
Porque hoy ofrecerá en el Gran Teatre del Liceu (19 h) la interpretación de las dos última sinfonías del compositor alemán, al frente de Le Concert des Nations, contando asimismo con La Capella Nacional de Catalunya. Los suscriptores de La Vanguardia tienen un 15% de descuento en el precio de las entradas, siempre que las compren en Entradas de Vanguardia.
Cuando se presentó a los medios este último concierto de un proyecto para conmemorar el 250 aniversario del nacimiento de Beethoven, Savall recordó que se trata de “un proyecto que iniciamos en 2010”, en el que la interpretación de las piezas se hace con criterios e instrumentos históricos a fin de poder encontrar el espíritu y carácter de aquel momento. El músico de Igualada enmarcó la dimensión de esas sinfonías al describir al Beethoven de esa época como “alguien que es consciente que quiere hacer música que llegue a todo el pueblo y no a la élite, de una manera que la mayoría de la gente pudiera levantarse de su miseria cotidiana”.
Desde esta perspectiva, “Beethoven hace sinfonías que son cada vez completamente nuevas . Nos habla de todo y nos toca profundamente, y por eso creo que vale la pena hacer otras aproximaciones a su música”. Aunque también recalcó que Beethoven tenía una auténtica obsesión con el tempo de las piezas, que era básico respetar, “porque él sabía que un tempo es una implicación de carácter”.
El concierto de esta noche –que contará también con las voces de Sara Gouzy, Laila Salome Fischer, Mingjie Lei y Manuel Walser– regresa a la capital catalana ya que las otras siete sinfonías se han interpretado en el Auditori barcelonés entre 2019 y este 2021. Pero confesó que en el caso de las sinfonías 8 y 9, las que podrán escucharse esta noche, el esfuerzo de investigación ha sido considerable así como el de ampliar el número de protagonistas. Es decir, incorporando esos cantantes profesionales a la orquesta.
En este aspecto, como en todo el proyecto, Savall confesó que se siente “olvidado por los políticos de España”, y añade que si ha podido hacer esta integral sinfónica de Beethoven ha sido gracias al gobierno de Francia y a la Generalitat”. Y eso, recalcó, que como su conjunto musical no hay otro en España en cuanto a proyección internacional. Para respaldar su protesta-enfado-reivindicación, aseguró que sólo han recibido 40.000 euros de ayuda del Ministerio de Cultura, “lo que es sorprendente, pero es así”.
Y que con las anulaciones provocadas por la covid ya acumulan 300.000 euros de deuda. La Generalitat ha aportado unos 450.000 euros. “La supervivencia de un proyecto como el nuestro depende del éxito de público pero si no tenemos recursos para hacer funcionar nuestra estructura, para dar estabilidad, es muy difícil, sobre todo en estos tiempos que hemos tenido y sufrido muchísimo por la covid”.
Efectos pandémicos
El músico dice que los efectos negativos de la covid "nos obliga a pensar cómo organizarnos para el futuro”
Todo ello le llevó a concluir, con un punto de cierto pesimismo –aunque también reconoció que “en 2022 nuestra actividad será considerable”–, que toda esta situación “nos obliga a pensar cómo organizarnos para el futuro", de tal manera que ello dependerá “de si el país quiere acoger el proyecto, y cuando digo país no solo pienso en Catalunya, pienso en España porque creo que, mientras Catalunya no sea independiente, España tiene al responsabilidad de todo lo que hacemos”.