Sinéad O'Connor: "Hasta hace seis meses no estaba en mis cabales"
Para abrir boca
La polémica y referencial cantautora irlandesa publica su impactante autobiografía "Remembranzas"
Muere la cantante irlandesa Sinéad O’Connor a los 56 años
La conclusión que se saca tras la lectura de Remembranzas. Escenas de una vida complicada (Libros del Kultrum) es que su autora, la cantautora y artista irlandesa Sinéad O’Connor, es como mínimo coherente consigo misma. En el prefacio de la muy comentada y peculiar autobiografía reconoce que “hasta hará cosa de seis meses no he estado –lo que se dice- en mis cabales. A la hora de sentarme a escribir estas líneas cuento cincuenta y cuatro años”.
Pasadas 300 páginas, en el epílogo dirigido a su padre, al que exculpa de como le ha salido su hija, y también a su madre, ya fallecida, le hace una confesión y también a los lectores, al decir que ella “nació con una serie de anomalías cerebrales derivadas del ADN de los O’Grady, que se manifiestan en forma de enfermedad mental”. Y unas líneas más adelante pretende tranquilizarle al escribir que “quiero que sepas que, aunque hubiera tenido por padres a san José y a la Virgen María y se hubiera criado en la Casa de la Pradera, tu hija seguiría estando más loca que una cabra y desquiciada como una regadera”.
Y ese libro, de muy entretenida lectura, confirma lo que a lo largo de su carrera profesional y existencial no ha dejado de manifestar, exteriorizar o actuar. Y lo que más se agradece es que las palabras y reflexiones que comparte son sinceras y que la reflejan tal como es, una persona impulsiva, radicalmente sanguínea, imprevisible e inestable. Y con graves trastornos psicológicos y mentales que ella es la primera en reconocer..
Es perturbador cuando no escalofriante lo que cuenta la cantante que saltó a la fama para el gran público especialmente con la extraordinaria versión que hizo del Nothing compares 2 U de Prince.
Lo que cuenta por ejemplo de los maltratos maternos siendo una niña, y con sus progenitores ya separados: “Tengo que fingir que he perdido el palo de hockey porque sé que si lo llevo a casa mi madre me golpeará con él todo el verano. Aunque tal vez prefiera el atizador de alfombras. Me hará desnudarme, me obligará a acostarme en el suelo y abrirme de piernas y brazos, a permitirme golpearme con el mango de la escoba en mis partes íntimas”.
Autor de su mayor éxito
Su primer y único encuentro en la casa de Prince se convirtió en una "experiencia aterradora"
O las numerosas páginas que dedica para describir su primera e inolvidable cita que tuvo con Prince, cuando éste la invitó a su casa californiana aparentemente para celebrar el éxito alcanzado por su mencionada canción en la versión de ella. A la hora de la verdad se encontró con un ser tiránico con todo el mundo, caprichoso, egocéntrico, violento y, como dijo posteriormente, un “abusador violento de mujeres”. Aquella noche en su mansión hollywoodense fue, escribe, una “experiencia aterradora” , recordando que solo se lo pudo sacar de encima tras huir a pie de su casa y él detrás de ella en coche amenazándole con avisar a los vecinos .
Un suceso mucho más determinante en su carrera, y por extensión en su vida, fue el que tuvo lugar el 3 de octubre de 1992. Aquel fue el día cuando decidió romper una foto del Papa Juan Pablo II, en directo durante el programa Saturday Night Live, mientras interpretaba la canción War, de Bob Marley. Era su manera de denunciar los abusos de niños cometidos por la Iglesia católica. “Mi intención siempre había sido destruir la foto del Papa que guardaba mi madre. Esa foto representaba falsedades, mentiras y abusos de todo tipo. Solo atesoraban esas cosas las personas que son auténticos demonios como mi madre”. Esa decisión fue un punto y aparte de su devenir artístico. Se le cerraron las puertas de muchas discográficas, lo conseguido hasta entonces dejó de tener valor, y las críticas le llovieron.
Para ella, en cambio, fue el inicio de su verdadero devenir como artista, dueña de ella y de su obra definitiva y públicamente: “(…) romper la foto me devolvió al camino correcto. Tenía que volver a ganarme la vida actuando en directo. Porque he nacido para eso. No nací para ser una estrella del pop”. De hecho, ya había demostrado esa rebeldía años antes cuando, por ejemplo, decidió raparse el pelo y vestir pantalones.
A lo largo de las paginas de estas “Remembranzas” O’Connor (nacida en Irlanda hace 54 años) recuerda al lector que sus padres se divorciaron cuando ella tenía ocho años, que a los 17 se escapó de un internado religioso, que tiene cuatro hijos de cuatro padres diferentes, que ha sufrido desde siempre el menosprecio de parte del sector como Madonna o Frank Sinatra, que intentó suicidarse en dos ocasiones que su dependencia del alcohol y variadas drogas ha sido una constante, que se hizo musulmana en 2018… O los cuatro años que pasó ingresada en distintas instituciones psiquiátricas tras sufrir una crisis nerviosa en 2014.
Ahora vive sola en una casa en la costa irlandesa, fumando sin para y preparando un álbum titulado “Veteran dies alone” y que espera publicar a comienzos del año que viene. Y seguir dando conciertos, aunque hace unas semanas, después de beber unos whiskeys, anunció que se retiraba del directo “y de la industria de la música”. Días más tarde se retractó con otro tuit: “que le den al retiro. No me retiro”. Genuinamente marca de la casa.