Loading...

El periodista y los millonarios

CULTURA|S

Al igual que todos los grandes best sellers el ciclo Millennium de Stieg Larsson es como un enorme puchero donde hay muchas viandas, apetecibles para públicos muy diferentes.
Hace tres años el escritor K.O. Dahl recordaba en Barcelona que la novela negra del Norte europeo ha experimentado un boom en las últimas décadas. Los instigadores fueron, en los años 60, el matrimonio Per Wahlöö/Maj Sjöwall, con sus libros sobre el policía de Estocolmo Martin Beck. Influídos por Ed Mc Bain y políticamente a la izquierda (ambos eran comunistas), tuvieron difusión internacional y brindaron, según Dahl, un vistazo convincente y realista a la sociedad y cultura escandinavas, tan exóticas para nosotros.
Aunque el primer mercado de la novela policíaca sueca y noruega (y más tarde la danesa y finesa) ha sido tradicionalmente Alemania, en los últimos años ha conseguido también abrirse paso en España: el éxito de Henning Mankell y las ediciones del propio Dahl, de Karin Fossum o de Jo Nesbø, entre otros, lo demuestran. Stieg Larsson constituye una especie de culminación de esta tradición. Y sin duda su trayectoria y su abrupto final, que detalla Xavi Ayén en estas páginas, aportan el halo inconfundible de la leyenda.
Pero sus novelas brindan también otros factores diferenciales. En primer lugar su extensión, su complejidad y su ambición panorámica. La obra que se publica ahora en España juega con numerosos registros: la intriga económica, el enigma de "habitación cerrada" a lo D.L. Sayers, la figura del serial killer con referencias bíblicas -quizás la parte más tópica- , la intriga sentimental… Todo en un contexto muy actual de revelaciones sobre la violencia de genero -de ahí el titulo Los hombres que no amaban a las mujeres- y con alguna solución argumental que nos resultaría más extraña de no haber mediado entre la publicación en Suecia y nuestra lectura historias como la del sádico austriaco Josef Fritzl.
Larsson coquetea con el docuthriller (las explicaciones sobre cómo entrar en un ordenador ajeno o sobre el manejo internacional de las cuentas de mafiosos están planteadas con voluntad de inspirar credibilidad). La perspectiva política, haciendo honor a la tradicion del thriller escadinavo, es de izquierda, aunque el protagonista considera que no puede llamarse así al airear chanchullos delictivos de empresarios, y tiene razón.
Al centrar este volumen en una saga de capitalistas suecos, los Vanger, nos propone una interpretación de la historia de Suecia durante el siglo XX que incluye, entre otras cosas, un buen paquete de concomitancias nazis, y hace honor a la idea de que la novela negra es la novela social de nuestro tiempo (lástima que la alternancia del tú y el usted en el trato entre personajes no esté bien resuelta en la traducción). Las complicadas relaciones entre los mundos mediático y empresarial y la denuncia que el protagonista hace del periodismo económico aportan una insólita perspectiva de primera mano.
Finalmente los personajes. El héroe, Mikael Blomkvist, es un periodista en la tradición tintiniana. El Xavier Vinader sueco es un "don perfecto", inmaduro y coquetón. Y sus dos colaboradoras: la hacker de aspecto anoréxico y mirada fulminante Lisbeth Salander, aquejada del síndrome de Asperger y capaz de ver estructuras donde otros sólo constatan el caos; la redactora jefa de Millenium Erika Berger, una dominante de clase alta de quien el protagonista no puede mantenerse alejado.
Hay muchos ingredientes en el puchero de Larsson, pero su compensación correcta en un sabroso guiso final revela la habilidad de su desgraciadamente desaparecido cocinero.