Apocalipsis, ¿el final de todo o su principio?

ARTE

París revisa en una exposición acorde con el signo de los tiempos las múltiples narrativas de esta palabra aterradora, sinónimo del fin del mundo

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Anne Imhof: ‘Sin Título’, 2022  

Colección Pinault, ParÍs

Al final de los tiempos llegará la revelación, en griego, el Apocalipsis, lo escribió San Pablo en las Epístolas , y lo describió el evangelista Juan, ya viejo, en la isla de Patmos, con una narrativa que un monje de Liébana llamado Beato transformó en imágenes a finales del siglo VIII. Luego, la profecía se difundió ante la inminencia del año mil a través de obras de arte creando un imaginario social, no exento de oportunismo político en los ambientes cluniacenses, sobre la llegada del Anticristo y del Juicio Final.

⁄La primera parte de la muestra hace partícipe al espectador del espíritu de los textos de San Juan: ‘Ven y ve’

En la exposición de París, realizada con excelente criterio por las comisarias Jeanne Brun y Pauline Créteur, se invita a recorrer las diferentes formas adoptadas por el Apocalipsis en el curso de la historia, de ayer a mañana, desde el Nuevo Testamento a las más recientes distopías sobre el futuro en línea con las últimas tendencias expositivas que aspiran a comunicar el argumento desde diferentes puntos de vista, épocas y texturas. En la entrada ya vemos frente a un manuscrito del Apocalipsis de principios del siglo IX la proyección de Melancholia de Lars von Trier.

El recorrido articulado en tres partes es un intencionado laberinto donde se unen saber y pericia a través de trescientas obras procedentes del fondo de la Biblioteca Nacional de Francia y otros museos. La propuesta es un recorrido que va desde la iluminación de los manuscritos hasta el comic, pasando por pintura, escultura, tapicería, literatura o cine. Ese amplio mosaico cultural va desde el Beato de Saint Sever , la Biblia de Roda y algún marfil carolingio con seres humanos entrando en la boca del diablo hasta la serie de grabados sobre El Apocalipsis de Durero, o sobre Los Desastres de la Guerra de Goya, desde los dibujos sobre fin del mundo de Blake o de Ensor, hasta las reflexiones de Tacita Dean, la cinematografía de Bergman ( El Séptimo Sello ) y las experiencias visuales de Cris Marker.

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Fragmento del Tapiz del ‘Apocalipsis: Cuarta copa derramada sobre el sol’ 

D́irection régionale des affaires culturelles des Pays-de-Loire

LA RELIGIÓN Y LA POLÍTICA. El Tapiz del Apocalipsis de Angers es una de las obras más bellas y sobrecogedoras del final de la Edad Media. Narra el ‘Apocalipsis’ de San Juan, último libro de la Biblia. Además de las visiones recibidas por el evangelista en el siglo I, el tapiz refleja la vida política del XIV, con referencias al enemigo inglés, ya que Francia se encontraba en medio de la Guerra de los Cien Años

En la primera parte, El Libro de la Revelación , se siguen los pasos de la conciencia social sobre el Apocalipsis en los diversos manuscritos que contienen los comentarios al libro de san Juan, destacándose el Beato de Saint Sever , realizado a mediados del siglo XI por Gregorio de Montaner en el corazón de Gascuña. Y así, el visitante participa de la sugerencia del evangelista: Ven y ve.

Vamos y vemos en un fragmento del tapiz de Angers cómo el cielo se abre y las llamas caen sobre los humanos, en una escultura del siglo XII cómo una mujer es atacada por un dragón, en un manuscrito a la Gran Prostituta montada sobre el dragón de las siete cabezas. También vamos y vemos la apertura en el Apocalipsis de Saint Victor de la visión del fin del mundo ante Dios en un trono, rodeado de Veinticuatro Ancianos, Cuatro Vivientes, y Siete Sellos que sólo le son permitido abrir al Cordero de Dios. 

Lo que nos lleva a la lectura que hace un artista anónimo del siglo XV en un Retablo del Juicio Final cuya línea culminará en El Bosco. Porque la apertura de los primeros sellos libera a los Cuatro Jinetes del Apocalipsis: hambre, guerra, peste, muerte que descubrimos de golpe en el grabado de Alberto Durero de 1511, que se relaciona con las impactantes imágenes de la película de Vicente Minnelli de 1962, basada en la novela homónima de Blasco Ibañez. 

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Tacita Dean: ‘El Libro del Fin del Tiempo’, 2013 

Frith Street y Marian Goodman Gallery.

MEMORIA DEL PASADO. Este libro, un ejemplar de J.G Ballard, ‘The Voice of Time’, 1960, se nos muestra abierto pero con las páginas pegadas, imposibilizando su lectura; está fosilizado, memoria del tiempo pasado. Para conseguir ese estado, la artista lo dejó semanas en el desierto de Utah.

Desde ahí se entra al efecto del imaginario apocalíptico en la cinematografía, desde el cortometraje de Georges Méliès sobre una erupción volcánica en la Martinica hasta Metrópolis de Fritz Lang, donde aparece la Gran Prostituta con vestidos y pose expresionistas cabalgando el dragón de las siete cabezas, o la Godzilla de Ishirô Honda; desde el Fausto de Murnau a la Melancholia de Lars von Trier, sin dejar de lado la versión del Séptimo Sello de Ingmar Bergman o el monumental alegato sobre la guerra del Apocalipsis Now de Francis Ford Coppola.

Esta larga herencia de visiones del Apocalipsis conduce a la segunda parte, El tiempo de las catástrofes , que propone un recorrido para ver a la revelación chocando con la razón. Los grabados de Jacques Callot, Durero y Goya sobre los desastres y miserias de la guerra dan paso a las visiones de William Blake, a los onirismos de Odilon Redon, Ensor o el Aduanero Rousseau. Recorrido que alcanza el siglo XX, la época de un Apocalipsis sin reino, lleno de guerras mundiales, genocidios, gobiernos
dictatoriales, y el Holocausto, la Shoah (literalmente, la catástrofe). Vamos y vemos el cuadro de Judith Reigl, Tienen una sed insaciable del Infinito , las consideraciones cromáticas sobre el juicio final de Kandinsky, las litografías de Natalia Gontcharova evocando la desazón y el miedo de la Gran Guerra, o la sensación de la dualidad entre el vicio y la virtud de las visiones de Otto Dix en Souvenirs de la galerie des glaces à Bruxelles

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Judit Reigl: ‘Tienen una sed insaciable de infinito’, 1950 

Centro Pompidou. Grand Palais Rmn © ADAGP

INSPIRADO EN LA REALIDAD. La artista expresa en esta tela una reflexión pesadillesca del mundo, y lo hace en el mismo año en que huyó de su Hungría natal para instalarse en Francia. El título de la obra está inspirado en los ‘Cantos de Máldoror’, y fue un regalo de Judit Reigl a André Breton en 1954

Dualidades confrontadas, de nuevo, con piezas como una carta del Tarot medieval de Carlos VI o las reflexiones contemporáneas sobre el pasado de Laurent Grasso, que pinta como los hermanos Lorenzetti.

Así se llega a la tercera parte, El día después , un recorrido por el arte de los últimos años, desde Miriam Cahn a Luciano Fabro. De entrada, vamos y lo que vemos es que, si el mensaje del Evangelista Juan era que, tras la Revelación de los últimos días de la humanidad se instaurará el Reino de Dios en la Tierra, lo que se espera del mañana es muy diferente.

FIT57618 Death on a Pale Horse, c.1800 (ink and w/c) by Blake, William (1757-1827); 39.3x31.1 cm; Fitzwilliam Museum, University of Cambridge, UK; English,  out of copyright.

Willam Blake: ‘Muerte sobre un caballo pálido’, 1800`

Bridgeman Images

LOS JINETES. Uno de los cuatro jinetes que aparecen en el capítulo seis del ‘Apocalipsis’, a punto de abrir el cuarto sello. Musculado y terrible, es el primero de la serie que Blake dedicó a este tema. Algunos han querido ver en él una alegoría de Inglaterra ante la invasión napoleónica, otros una crítica al aumento de la violencia imperial inglesa.

La razón es la siguiente: desde la carrera armamentística hasta el delirio tecnológico y la destrucción de los mundos naturales se nos presenta un panorama proclive a la catástrofe. Esa sería la revelación laica de nuestro tiempo en Infinito de Fabro, en el comic USO de Benjamin Adam, en el Libro del Fin de los Tiempos de Tacita Dean, una fotografía con un libro corroído por alguna la sal del desierto, o en la versión cinematográfica de Hiroshima Mon Amour de Marguerite Duras.

Conjunto de desgracias que acaecen a los seres humanos por no estar en su sitio. Hay salidas. Como si hubiese hecho suyas las palabras de Karen Blixen “estoy donde debo estar”, Kiki Smith realiza en Earth un relato optimista del futuro tras una hecatombe, donde Eva se halla en un Edén reencontrado que acoge a los elegidos, serpiente incluida. Y una última sugerencia en la línea de ven y ve: la película La Jetée (El Muelle) donde, en un mundo postnuclear, Cris Marker reflexiona sobre cómo salvar a la humanidad preguntándose ¿hay que enviar a alguien al futuro para buscar la solución al presente? 

A lo que añade esta otra pregunta: ¿hay que enviar a alguien al pasado para enmendar los errores de este presente? Para conocer las respuestas a estas preguntas es muy recomendable acudir a la exposición de la BNF y una vez allí dedicarse a ver. Luego llegará el momento de comparar la exposición con The Colony , la película.

Apocalipsis: Ayer y mañana Biblioteca Nacional de Francia París. www.bnf.fr Hasta el 8 de junio

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