Entrevista con el fuego

Incendios de nueva generación

Los recientes incendios en Los Ángeles nos hacen volver la mirada a las manifestaciones actuales de este gran peligro. John Vaillant ha escrito un libro de referencia sobre el tema; hablamos con él. Y comentamos la imagen literaria de la ciudad californiana y el papel del bombero en la cultura popular televisiva

Horizontal

Detalle del incendio de Eaton, en el área de Altadena, en Los Ángeles 

Josh Edelson / AFP

“Se están rescribiendo las normas”, dijo el jefe de bomberos de Fort McMurray tras enfrentarse a un fuego insólitamente destructivo. Empezó a arder en mayo del 2016 y se dio por extinguido quince meses después, habiendo arrasado colosales extensiones de bosque boreal canadiense y desintegrado poblaciones enteras, moviéndose de un modo tan autónomo que por primera vez un incendio recibió el nombre de algo vivo: La Bestia. John Vaillant (Cambridge, EE.UU., 1962) ha escrito sobre él.

Tras El tigre, la memorable inmersión en el interior de un tigre siberiano que le permitió devanar cómo y por qué ese felino mató a un cazador determinado, Vaillant se fijó en una reacción química. Y ha vuelto a firmar una obra de referencia sobre una naturaleza no humana.

“El fuego era un misterio para mí antes de escribir el libro –dice Vaillant, que vive en Vancouver pero nos responde desde California, donde estaba “por casualidad” visitando a familiares cuando Los Ángeles comenzó a arder–. Un par de años después de empezarlo, mientras pasaba una muy mala racha, una amiga poeta me sugirió que entrevistara al fuego. Lo hice. Fue un ejercicio creativo y empático que me obligó a observar e imaginar su comportamiento esencial y sus apetitos desde un punto de vista químico y físico, sin emoción. Resultó muy útil identificar cuánto se parece a otras criaturas vivientes, incluidos nosotros”.

Horizontal

Bomberos luchando contra el fuego en la zona de Altadena 

Josh Edelson / AFP

El tiempo del fuego –“tardé siete años en publicarlo”– contiene la vibrante crónica de la evacuación más numerosa y veloz registrada durante un incendio, combinada con meticulosas descripciones científicas que detallan desde el papel del oxígeno en el desastre hasta el paisaje postbélico provocado por las reacciones en cadena, y con tramos ensayísticos que sitúan a Fort McMurray como paradigma de los incendios de nueva generación.

¿Por qué eligió escribir este fuego? “Por su intensidad y su comportamiento, quedó claro que nuestra relación con el fuego estaba cambiando, no solo a nivel regional, sino climático y planetario. El libro intenta explorar las causas y los efectos de este fenómeno, al que llamo el fuego del siglo XXI .”

El incendio prendió en la provincia de Alberta, Canadá, cuarto país productor de petróleo del mundo, donde la pequeña ciudad de Fort McMurray despunta como una capital planetaria del bitumen, “una especie de primo corrupto del petróleo crudo”. La ciudad creció a partir de fenomenales yacimientos para cuya extracción se necesitan máquinas gigantes, algunas usan ruedas de cuatro metros (a 85.000 dólares cada una). Las viviendas fueron básicamente construidas con materiales derivados del petróleo. Lo normal allí es tener todoterrenos de grandes dimensiones y enormes depósitos de combustible para afrontar inviernos a veintiún grados bajo cero. De modo que, cuando contra todo pronóstico el fuego entró en la ciudad, la deflagración alcanzó proporciones imparables, las llamas galopando a velocidad de vértigo mientras la ciudad literalmente explotaba.

Horizontal

El fuego alimentado por una tormenta de viento en Palisades 

Ringo Chiu / Reuters

Aunque si el fuego abordó las calles fue porque su virulencia ya era extrema en el bosque. Y es que, en el 2016, Alberta, La Tierra, llevaban décadas padeciendo temperaturas imprudentemente altas. Por eso, Vaillant nos introduce en el universo de la capa de ozono y el CO₂, capaces de crear a un ser impensable que se escurre entre el vocabulario, porque “el fuego no es un elemento ni una reacción: es un cazador”… que en Fort McMurray demostró su talento tumbando urbes. “El mayor defecto de la raza humana es nuestra incapacidad para comprender la función exponencial”, dijo el físico Albert Allen Bartlett, y Vaillant se encarga de brindar un máster en el tema, apoyándose en otros incendios ejemplares, como el que sacudió a la propia Alberta en el 2001, liberando la energía de cuatro bombas de Hiroshima.

Vaillant observa que el novísimo homo flagrans –hombre ardiente– vive inmerso en una incomprensible sensación de no peligro, no reacciona hasta que el cataclismo está en el umbral, y entonces intenta salvar… su moto. Su coche. El libro expone paradojas así.

Situaciones similares se han vivido en Los Ángeles. ¿Cree que los mediáticos incendios de Estados Unidos y Canadá pueden cambiar la dinámica política y empresarial en estos países y en el resto del mundo?

“Es posible pero poco probable porque, por ejemplo, el presidente entrante en Estados Unidos y sus medios de comunicación utilizarán esta tragedia como arma contra el gobierno liberal de California, en lugar de como una forma de demostrar que ninguna ciudad por rica o famosa que sea está a salvo de los efectos del cambio climático.”

Horizontal

Bomberos luchan contra el fuego en una casa frente a la playa en el incendio de Palisades 

Etienne Laurent / AP

El tiempo del fuego presta singular atención a los incendios urbanos, subrayando que, si bien ya se abrasaron 100.000 personas en el Tokio de 1657 y los megasiniestros en metrópolis se multiplican sin cesar, la humanidad continúa facilitando la generación de chispas fatales que, aventadas por las nuevas condiciones atmosféricas, dan lugar a monstruos inéditos e incontrolables, como los tornados de fuego.

El tercer bloque del libro, entre el ensayo y la reflexión, sintetiza espléndidamente cómo hemos llegado hasta aquí. Vaillant trata la aparición de la palabra atmosphere (1638) o la del concepto efecto invernadero acuñado en 1907 y documenta que los científicos suman dos siglos señalando los peligros de recalentar el planeta, expertos a menudo despreciados pero cuyas investigaciones lograron que, sobre todo en la década de los setenta, muchos políticos asumieran la inquietante realidad climática tomando algunas medidas.

Hasta 1984, cuando la superproducción de petróleo coincidió con una gran recesión económica. Y el Instituto Estadounidense del Petróleo disolvió el Grupo de Trabajo por el Clima –“el revés político más importante de la historia de la civilización humana”, dice Vaillant– a la vez que la administración Reagan desacreditaba (hasta en ocasiones criminalizar) a quienes advertían sobre los riesgos de mantener el statu quo. Un resultado de aquella postura son los incendios de hoy. Descritos por Vaillant con palabras tan modernas como los propios fuegos: pirotornadogénesis, supervolcán, cenización.

Hay quien dice –le comentamos a Vaillant–que mejor no alarmar a la población con feas historias medioambientales. “No somos niños –responde–. Nuestras vidas dependen de enfrentar esto con valentía. De nuestros líderes necesitamos coraje moral y una comunicación clara que transmita urgencia sin derivar en culpabilización oportunista y partidismo. Esto es difícil porque la industria petrolera y sus defensores son expertos en manipular y echar culpas a otros, y por eso evitan continuamente las confrontaciones y la rendición de cuentas. El cinismo que nuestros líderes están modelando es corrosivo para todos y peligroso para nuestra salud y seguridad colectivas.”

Horizontal

Un vecino luchando contra el fuego de Eaton, Altadena 

Mario Tama / AFP

¿2025 puede ser un año de inflexión? “La industria de seguros tiene influencia para hacer que las cosas cambien retirando coberturas a petroleras, como ya está haciendo, pero no creo que esto se consolide. Solo cuando el cambio climático afecte claramente a la creación de riqueza, estas poderosas entidades y sus amos oligarcas cambiarán algo. Lo que está sucediendo es criminal y debe ser tratado como tal. El daño catastrófico al condado de Los Ángeles es un ejemplo perfecto.”

Para entender muchas tensiones que gobiernan nuestro nuevo “planeta de fuego”, nada mejor que este último libro de Vaillant, capaz de firmar obras tan sin paragón y flamantes como las criaturas sobre las que se atreve a escribir.

Horizontal

John Vaillant, autor de 'El tiempo del fuego' 

Ulf Andersen / Getty
Horizontal

Fotograma de un episodio de 'Chicago Fire' 

NBC / Getty
Mostrar comentarios
Cargando siguiente contenido...