El universo negro y policial que tan bien analiza Álex Martín Escribà en Interrogatoris (Clandestina) –excelente su introducción y sus entrevistas que exploran todos los caminos del género– es capaz de coquetear con la comedia, subvertirla, o hundirse en la oscuridad para descifrarla.
No hay luz para la jovencita Kiara. No llega al alquiler de su piso en Okland y su hermano es un parásito. Deambulando en la noche, metida en un aprieto con unos policías, es parte de las Criatures nocturnes (Periscopi ) –en castellano la novela se llama Entre las sombras de la noche (Urano)– que la californiana Leila Mottley –tan joven y tan potente– describe de forma excepcional.
Dramático el mundo –real, bien real, y de hace pocos años– que el mosso d’esquadra y criminólogo Xavier Álvarez revela en El confident (Rosa dels Vents ). Basándose en una guerra de bandas en Barcelona, con un tiroteo en la Meridiana, esta narración identifica sicarios, traficantes, chivatos y otros integrantes de un paisaje convulso.
De esa oscuridad a la niebla de San Lorenzo del Escorial, una vez más escenario de una serie que reveló al lector español la existencia de Teresa Cardona. Inteligente, meditada, con garra, es la responsable de la investigadora Karen Blecker. Como lo hizo en la anterior Un bien relativo. En La carne del cisne (Siruela ) habla una vez más de apariencias. Una casa preciosa cerca del club de golf, indicios que podrían –pero no– resolver el caso de inmediato.
Hábil y vertiginoso como nadie, el autor de La hora de la araña y padre de Álex Cross James Patterson inició esta serie con El primero en morir (RBA), que impacta con un crimen a modo de bofetada en la primera página. Y cautiva con su cuarteto femenino protagonista: la inspectora de homicidios, la periodista aguerrida, la forense y la ayudante del fiscal. Tan tremendas ellas, en un mundo donde todavía hay algún poli casposo que va y dice: “Las mujeres siempre lloran en las bodas”.
Hablando de mujeres fuertes, mi admirado juez de Bari, Gianrico Carofiglio, creó a esta joven que tuvo que abandonar la vida judicial para investigar por libre. Penelope Spada atiende en la mesa de un bar, acepta casos según su criterio y, esta vez, a una hija que no cree en la versión oficial sobre la muerte de su padre. Rencor (Duomo) es el acertado título de esta incómoda incursión en el pasado.
Hace ya tiempo que los detectives han cedido paso, en la hora de investigar crímenes, a las mujeres
Otra mujer que se enfrenta a lo peor, la desaparición de su hijo. Es el disparo de salida de El miedo en el cuerpo (Alrevés), donde Empar Fernández sigue la pista de un chico que no es como los demás, a la vez que descubre una organización. Sorprendente desde la primera escena, y el detalle de esta Barcelona cercana en apariencia, extraña en verdad.
Algún día sabremos la identidad de Lorenzo G. Acevedo. De su antigua vocación religiosa le quedó la sabiduría para urdir este asunto criminal en un monasterio del siglo XIII, con Gonzalo de Berceo como investigador. De principio –con ese banquete macabro e hilarante– a fin, La taberna de Silos (Tusquets) es una pieza maliciosa y exquisita.
Hay pueblos que no se olvidan. Saint-Louis, cuando termina Francia y se acerca Estrasburgo, es donde el imprevisible Graeme Mcrae Burnett situó La desaparición de Adèle Beaudou. Y allí regresa, con su investigador un poco más solo y un poco más triste. Y un hombre muerto en El accidente de la A 35 (Impedimenta ). Notable en su ambientación; este escritor es de los mejores descubrimientos de estos últimos años.
Hay personajes que estremecen. Conocemos a Charlie Parker, la gran creación de John Connolly. Pero en su universo son fundamentales su fieles y feroces amigos Louise y Ángel. Y es Louise, gran profesional, quien conforme se acerca al lugar de Tumbas sin nombre (Tusquets ) despliega eficacia, impiedad, sangre fría.
También lo aterrador está presente en La por de la bèstia (Amsterdam ), de Anna Monner, con un depredador de gustos exquisitos y macabros. Arte renacentista y verdadera originalidad. Su autora, valenciana, es historiadora del arte.
Decía Romain Slocombe, en entrevista en este periódico, que había grandes imprecisiones en la reconstrucción del París de 1940. Documentado al máximo, su ciudad de París es rutilante pese a todo. Y trágica, desde la figura de su protagonista, el inspector Sadorski, un filonazi convencido (aunque muchos nazis no le gusten). La estrella amarilla del inspector Sadorski y su anterior entrega El caso León Sadorski (Malpaso) son vibrantes narraciones con un hallazgo de punto de vista: un poli detestable.
Perseguir malvados nos lleva a múltiples escenarios, a la vez que también nos transporta en el tiempo
Y en la línea de los hallazgos, Arturo Pérez Reverte con El problema final (Alfaguara ). Ambientada en los años sesenta, es la aventura del actor que encargó a Holmes en la pantalla durante años, tanto que al verlo en una isla griega su interlocutor –un escritor que se gana bien la vida a lo Silver Kane– está seguro de que ese señor olvidado por Hollywood es tan bueno como su personaje. No tardaremos en verlo en acción cuando –al estilo de Diez negritos– aparezca una joven muerta. Aguda reflexión sobre la intriga, encantadora por estilo y paisaje.
A continuación, dos grandes comisarios y un espía: Adamsberg acude a la Bretaña, donde el asesinato de un vecino remueve el antiguo fantasma de un cojo, cuya pata de palo sigue resonando por las noches. Sobre la losa (Siruela ) es la esperada nueva entrega de la serie de la excelente Fred Vargas.
El gran Guido Brunetti, comisario de Venecia, investiga la muerte de un inmigrante sin papeles. Su rastro lo llevará a un antiguo palazzo y a vincularlo con viejos ideales, los de su propia juventud. Cosecharás tempestades es la nueva novela de Donna Leon (Seix Barral ).
Jackson Lamb es un gran espía de estos tiempos, creado por un notable sucesor de John Le Carré, el inteligente Mick Herron. La vida en “la casa de la ciénaga” –donde van a parar los agentes de inteligencia caídos en desgracia– se ve alterada por varios asuntos. Uno de ellos, un psicópata que ya ha intentado atropellar a un miembro de esta curiosa oficina. Porque nadie allí, empezando por el mismo e irreverente Lamb en su despacho buhardilla, es normal (¿pero acaso es normal la política circundante, o el Brexit?). De esto trata Las reglas de Londres (Salamandra).
Virtudes –y virtuosos– no faltan: empecemos por los hermanastros Harry Bosh y Michael Haller. Michael Connelly ha tenido la buena idea de unirlos en una investigación de asesinato. El ex policía y el suspicaz abogado en acción, contra la versión oficial. Y contra poderes superiores, en El camino de la resurrección (ADN).
Y mientras esperamos, para enero, la nueva novela de Dennis Lehane (que se anuncia tan notable como Mystic River ), he aquí a su pareja investigadora. Patrick Kenzie y Angela Gennaro debutaron en Un trago antes de la guerra (Salamandra), y los dos juntos, como detectives privados de Boston, hicieron grandes cosas.
Hasta aquí las recomendaciones para estas fiestas. Y Feliz Navidad, pese a tanto malvado suelto.