La artista que escucha la tierra
CULTURA/S
La creadora nigeriana Otobong Nkanga exhibe sus geografías poéticas, en las que cuestiona la relación del hombre con el mundo que le rodea
Un gran tapiz a manera de una espectacular escenografía teatral confronta al espectador nada más entrar a la galería. La obra titulada Double Plot (Doble trama, 2018) proyecta alguna de las obsesiones que la artista africana Otobong Nkanga (Kano, Nigeria, 1974) ha ido explorando a lo largo de las últimas décadas en un viaje de ida y vuelta entre el continente africano y el mundo occidental. Cuestiones como la relación –o conexión– hombre-tierra, legado ambiental y colonialismo, acciones cotidianas y códigos de vida, consumismo y explotación de recursos, fluyen por sus trabajos y acciones en todas estas décadas.
Bajo el título de Anhelo de luz del sur el IVAM presenta la primera gran exposición de la artista en nuestro país, que reúne una selección de sus trabajos creados en los últimos años, dibujos, textiles, poemas, esculturas, performances y también una instalación realizada específicamente para el centro con ceramistas de Manises así como una acción con el Mediterráneo como protagonista. Ese mismo mar que como recordaba se ha convertido en un gran cementerio humano.
Como señalaba la directora del IVAM y comisaria de la exposición Nuria Enguita en la presentación, “me interesaba mostrar algunas líneas del trabajo de Otobong que ha ido desarrollando sobre todo en la última década, desde que la conocí en 2013 para la bienal de Sao Paulo y que en los últimos años ha ido definiendo en maravillosas exposiciones”. A lo largo de las salas que recogen las obras de la artista, la confluencia entre un trabajo artístico de un poderoso y marcado acento poético y al mismo tiempo de una atracción o poder misterioso encaminan la mirada del visitante frente a una serie de obras que parecen ramificarse a su vez en otras tantas obras.
“El trabajo de Otobong Nkanga –señala el texto de presentación– constituye una de las expresiones más sólidas y complejas en el paisaje del arte contemporáneo, al aunar el desarrollo de una imaginación crítica y una forma artística poderosa con la especificidad histórica, la diseminación política y el cuidado social”.
⁄ Sus obras están dotadas de un fuerte acento poético y al mismo tiempo de un fuerte poder de atracción
Hija de una maestra, desde muy temprano conocerá una férrea disciplina. “No solo tenía que aprender de memoria sino entender cada tema. Mi madre podía hacerme trabajar hasta las tres de la mañana para que memorizara las cosas” recordaba la artista sobre su infancia. Después de un primer aprendizaje artístico en Nigeria, continuará su formación en Paris, Ámsterdam, para establecerse finalmente en Amberes, donde vive y trabaja.
Los dibujos de la artista, Social Consequences (Consecuencias sociales, 2009-2014), Filtered Memories (Memorias filtradas, 2009-2010) como si se trataran de un cuaderno infantil, nos remiten a sus recuerdos y paisajes de infancia y adolescencia, escenas domésticas junto a su hermana delante de su casa sostenida por unos frágiles pivotes mezcladas con imágenes, objetos, que evocan violencia y destrucción.
Entre los proyectos destacados que se pueden ver se encuentra la instalación Carved to Flow (Tallado para fluir, 2017) un trabajo creado para la Documenta 14 que tuvo lugar en Atenas y Kassel. La artista creó un taller en Atenas para fabricar jabón con sustancias de las dos orillas del Mediterráneo y el Próximo Oriente. “Una de las cosas que conecta todos estos puntos es el aceite. Podríamos pensar en el aceite que hay bajo el mar o en la tierra, en los árboles y plantas”. “Pensar en aquello que nos conecta, no en lo que nos divide y meditar en cómo la gente escapa de lugares que nutren el mundo con sus recursos”, señala Otobong.
El jabón producido se expone ahora formando pequeñas torres inspirándose en jabones de Alepo o la ciudad palestina de Nablus. Los beneficios de la venta del jabón se destinan a financiar un espacio artístico de Atenas y la Fundación Carved to Flow con sede en Nigeria dedicada a la economía circular.
⁄ En algunas instalaciones muestra la cicatriz dejada por la explotación minera del continente y la codicia
En el año 2015 la artista visitó el norte de Namibia y la zona minera de Tsumeb. Fundada por colonizadores alemanes a finales del siglo XIX el paisaje proyecta la destrucción y la codicia que ha ido agotando esta zona rica en minerales hasta dejar una enorme cicatriz en su geografía. Con el título de Solid Maneuvers (Maniobras sólidas, 2015) se abre la última instalación como destino final de la exposición. A manera de una antropóloga cultural Otobong Nkanga explora los vestigios de un paisaje natural transformado y manipulado por el hombre. Quizás el recuerdo de aquellos paseos infantiles por las playas de Lagos a la búsqueda de minerales impregnados de la luz del sur.
Otobong Nkanga Anhelo de luz del sur Ivam, Valencia. www.ivam.es. Hasta el 7 de enero