El pasado día 23 el embajador iraquí en Washington, Farid Yasin, recuperaba de manos de un alto funcionario del Gobierno estadounidense (Steve Francis, director del departamento de Investigaciones de Seguridad Nacional) un fragmento de tablilla del Gilgamesh , robado en 1991 en Irak y exportado ilegalmente a EE.UU., donde se exponía en el Museo de la Biblia. La repatriación de esta pieza, junto con otros 17.000 objetos, ha sido celebrada “como una significativa victoria en la lucha contra el tráfico ilícito de objetos culturales”, según relataba nuestro corresponsal Fernando García.
Muy anterior a la 'Ilíada' , es el primer texto literario importante, el primer “relato”, de la humanidad
Todo lo que rodea al Gilgamesh es fascinante. Se trata de la epopeya más antigua del mundo, muy anterior a la Ilíada , y por tanto, según pone de manifiesto Martin Puchner en su imprescindible ensayo El poder de las historias , es el primer texto literario importante, el primer “relato”, de la humanidad. Pero aunque los estudiosos creen que desde el Gilgamesh pasaron a obras posteriores distintos temas de relieve, lo cierto es que la epopeya en sí misma desaparece del primer plano con el declive de la civilización mesopotámica y no reaparece hasta el siglo XIX. Durante dos milenios fue un texto desconocido y no leído, al menos directamente, y hace menos de doscientos años que retornó a la vida cultural internacional.
George Smith reparó en la referencia a una gran inundación: era el relato caldeo del diluvio universal, siglos antes del bíblico
La epopeya de Gilgamesh fue grabada por escribas en tablillas de arcilla cocida, con caracteres cuneiformes. Los primeros fragmentos recuperados surgen de las excavaciones realizadas a partir de 1845 en las ruinas del palacio de Nínive, junto a la actual Mosul. Al principio no se identificaron; estaban entre miles de otras tablillas, muchas de ellas a trozos, enviadas al Museo Británico. Fue allí donde en 1872 el joven conservador George Smith reparó en un pedazo que hacía referencia a una gran inundación: ¡era el relato caldeo del diluvio universal, varios siglos anterior al bíblico!
Investigaciones posteriores permitieron ir reconstruyendo la epopeya a partir de tres fuentes principales: cinco poemas en sumerio en torno al 2100 a.C.; once textos en acadio hacia 1700 a. C. , que conforman la llamada versión paleobabilónica. Y hacia 1200 a.C. entra en escena la denominada “versión estándar”, también en lengua acadia, la más completa, obra del sacerdote Sîn-lequi-unninni, en la que se basan las traducciones modernas.
Gilgamesh es el soberano de la ciudad-Estado de Uruk, la mayor de su tiempo; un tirano fuerte y violento, muy temido por sus súbditos, que para protegerse de él piden ayuda a los dioses. Estos crean un nuevo ser salvaje, llamado Enkidu, para que le sirva de contrapeso. A medida que Enkidu se va humanizando ambos establecen una relación muy estrecha, participan en combates y protagonizan por separado aventuras amorosas. La muerte del amigo impulsa a Gilgamesh a buscar la fuente de la inmortalidad, aventura en cuyo transcurso cobra al fin conciencia de su propia condición humana y mortal.
El vínculo entre Gilgamesh y Enkidu se ha visto como el primer romance literario gay
Gilgamesh toca temas universales (la amistad; el amor; el poder; el despotismo; la figura del doble –Enkidu lo es del rey–; la muerte, en fin), en un tono intermitentemente poético que Rilke alabó.
También aborda cuestiones muy candentes de nuestro tiempo. El vínculo entre ambos amigos se ha visto como el primer romance literario gay; la estancia de ambos en el bosque y el conflicto que generan al cortar magníficos cedros tiene obvias implicaciones ecológicas; la reflexión sobre la “alteridad” del salvajismo y el papel de Irak en la historia mundial resuenan hoy con fuerza.
A los mitólogos Gilgamesh les entusiasma: Joseph Campbell, en El héroe de las mil caras , lo define como un texto iniciático, con su descenso al reino de los muertos y su larga carrera a través de un túnel, llena de simbolismo. Y con un mensaje final también contemporáneo, de superación personal: la necesidad de llegar a la sabiduría por uno mismo, más allá de credos y ortodoxias.
La tablilla que vuelve ahora a Irak mide 15x12 centímetros y relata el sueño que el rey de Uruk cuenta a su madre Ninsun al inicio de la historia, anticipando la llegada de Enkidu.
Por el propio carácter fragmentario de los textos que lo componen, la lectura de las ediciones críticas del Gilgamesh puede resultar un tanto ardua. Por eso me permito recomendar la versión “reconstruida” a partir de las distintas fuentes principales que realizó el poeta estadounidense Stephen Mitchell, traducida por Javier Alonso y publicada por Alianza en el año 2004, en una edición exquisita cuya lectura constituye una delicia.