Carolina Yuste presenta en el Festival de Málaga nada más y nada menos que tres películas: la inaugural El Cover ejerciendo de imitadora fantástica de Amy Winehouse, la comedia familiar y romántica Sevillanas de Brooklyn, que se proyectó ayer, y Chavalas, una historia de amigas inseparables dirigida por la debutante Carol Rodríguez Colás que se verá hoy en la sección oficial a concurso. En julio cumplirá los 30, pero de cerca la actriz extremeña aparenta muchos menos. Es pura vitalidad.
Desde que se dio a conocer con su papel en la historia de amor entre gitanas Carmen y Lola (2018), por la que obtuvo el Goya a la mejor actriz de reparto, no ha parado de encadenar proyectos. "Me siento muy privilegiada y estar en Málaga es maravilloso porque el festival es un foco directo para animar de nuevo a la gente a que vaya a las salas y así reivindicar el cine" comenta en una entrevista a La Vanguardia.
De Sevillanas de Brooklyn habla maravillas: "Me encanta esta película. El rodaje ha sido estupendo; he tenido unos compañeros con los que ojalá pudiera repetir cada película y cuando la vi me reí tanto... y a mí me cuesta muchísimo porque la comedia que me gusta o la que conecta conmigo es muy rara, muy absurda. Me reía de llorar y luego de repente me emocioné, y lloré. Y si una película consigue que pases por esos lugares, ¿qué más hay? porque el cine está para eso".
La comedia que me gusta o la que conecta conmigo es muy rara, muy absurda
Yuste se enamoró del guion en cuanto lo leyó y aceptó protagonizarlo porque "para mí lo más importante de la película era que hablaba de una cuestión social; concretamente de un barrio de clase obrera con una familia con dificultades económicas a punto de que los echen de casa y con una matriarca de armas tomar y eso sostenido con una historia disparatada, muy divertida y amorosa".
La cuestión de clase es otro de los ingredientes básicos de la obra. "El conflicto entre algunas culturas tiene que ver más con el dinero que con la 'diferencia' cultural. El hecho de considerar a alguien el otro es un concepto nefasto. ¿A quién consideramos los nuestros y a quiénes los otros?. Eso hay que revisionarlo porque yo puedo considerar mucho más mío a alguien del norte de Marruecos que a alguien del norte de Europa. Y la película habla de que al final todos ellos son familia", argumenta. La intérprete exhibe un dominio total del baile de sevillanas en el filme. "Tuve que aprender, lo que pasa que lo dominaba más porque toda mi familia materna es gaditana y hemos bailado mucho sevillanas en las ferias", dice con una amplia carcajada.
Yuste siempre había querido dedicarse desde pequeña a algo que fuera artístico. Lo de decantarse por la actuación no lo tuvo claro hasta los 18 años. "Era bailarina, bueno, hacía danza, y quería estudiar en Madrid teatro gestual. Ahí conocí a un profesor de interpretación que me abrió a un mundo nuevo y me fui enganchando...hasta ahora", asegura.
La actriz ha participado en teatro, televisión y cine. Si tuviera que elegir donde se siente más libre se quedaría con el teatro porque "van pasando muchas cosas y cada día la función es diferente aunque el texto sea el mismo. Hay algo tan sagrado en lo que sucede en ese momento tan efímero y yo, que soy un poco salvaje, me gusta luego liberarme y hacer lo que quiera. Pero, si soy honesta, siendo el teatro casa, porque lo siento así, depende todo el rato del proyecto que te ofrezcan".
Era bailarina y quería estudiar en Madrid teatro gestual. Ahí conocí a un profesor de interpretación que me abrió a un mundo nuevo y me fui enganchando
Trabajo no le falta, pero es selectiva. "Intento coger curros que tengan que ver con una coherencia mía y que el equipo me dé un buen rollo. Y me tira lo social". Como ejemplo pone una de las películas que más le han gustado recientemente: Una joven prometedora. "Es una peli comercial con una estructura comercial y es el cine más social que existe. Yo quiero hacer eso, productos de calidad que lleguen al público. Me interesa el cine comprometido, el que intenta modificar y pegar un patadón en el suelo, poner un espejo...A día de hoy es lo que he ido eligiendo. Pero, en un futuro, sin urgencia, lo que verdaderamente quiere hacer es "crear mis propias historias, mis propios proyectos" y acabar dirigiendo.
Me interesa el cine comprometido, el que intenta modificar y pegar un patadón en el suelo
Yuste habla de una generación de gente joven que está haciendo "cosas tan chulas" que se están contando a sí mismas y cita el caso de Júlia de Paz, la barcelonesa de 25 años que ha dirigido su ópera prima Ama, a competición en el certamen. "Los que fuimos adolescentes en los 2000 somos una generación poco contada, poco entendida y creo que hay una pulsión de contar historias".
Dar el salto fuera de España "me apetecerá en algún momento", aunque no se plantea que sea trabajar en Europa o Estados Unidos. "Abrir mente y espacio y contar historias de otros lugares siempre es poderoso y me encantaría Latinoamérica y Oriente Medio me fliparía". Aún no se atreve a rodar una película entera en inglés, aunque "me lo curraría muchísimo", exclama. Yuste también tiene pendiente de estreno un papel "chiquitito" en Girasoles silvestres, el nuevo trabajo de Jaime Rosales, y sigue con la gira de la función de teatro 'Prostitución', junto a Nathalie Poza y Carmen Machi. Un espectáculo que refleja uno de esos problemas que la sociedad procura ignorar y que la actriz extremeña reivindica con fuerza en escena. El futuro es suyo.
Abrir mente y espacio y contar historias de otros lugares siempre es poderoso y me encantaría trabajar en Latinoamérica y Oriente Medio