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Cuando ellas también gritan: el terror en manos de mujeres

FESTIVAL DE SITGES

Una nueva generación de directoras redefine el cine de género con una nueva perspectiva

Un fotograma de la película ‘Babadook’

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La debilidad femenina en contra de un poder masculino invencible. Superado. La semilla del diablo con Mia Farrow, El exorcista con Linda Blair o la saga de La noche de Halloween con Jamie Lee Curtis cambiaron la forma de ver el terror. Ya a principios de este siglo, Amenábar redirigió el género con el estreno de Los otros , donde Nicole Kidman arrasó en el papel de una madre desquiciada por sus propios fantasmas. Los personajes femeninos y sobre todo, la presencia de mujeres en la industria dirigiendo, produciendo y programando películas de terror, no solo ha aportado una nueva mirada, sino que ha redefinido el género. El Festival Internacional de Cine Fantástico de Sitges, el más fiable de los termómetros de la industria del terror, ha sido testimonio y avalador de una transformación que no tiene freno.

La edición del 2014 del Festival marcó un punto de inflexión. La proyección de películas como Good night Mommy, The Babadook o A girl walks home alone at night, dirigidas todas por mujeres, consolidaron un importante precedente. Un año después, los trabajos firmados por directoras y la proyección de películas de género con claro subrayado feminista ganaron terreno. En la sección oficial, hubo más películas dirigidas por mujeres, como los largometrajes Raw, de Julia Ducornay; Love witch, de Anna Biller, The Lure, de la polaca Agnieszka Smoczynska o La invitación de la estadounidense Karyn Kusama, que se llevó el trofeo.

Otros roles

Las mujeres ya no son las mártires

La evolución también se notó en los papeles interpretados por mujeres. “Se ha pasado de una idea machista donde ellas aparecían como mártires en las películas de terror a que sean las heroínas, o las más malas y, en todo caso, a tener un protagonismo absoluto”, declaró entonces el director del certamen, Ángel Sala. Otro dato: si el público del festival era mayoritariamente masculino hace unos años, ahora la balanza se está inclinando por el otro lado.

Y así hasta la presente edición en la que el cine fantástico dirigido por mujeres está presente con Relic, de Natalie Erika James, una de las sorpresas del último Festival de Sundance; Jumbo, de Zoé Wittock, la historia de amor entre una mujer y una atracción de feria; 12 hour shift, de Brea Grant, que muestra una mujer pasando una noche en una morgue o She dies tomorrow, de la estadounidense Amy Seimetz. Este filme, que compite en la sección oficial y figura en muchas listas de películas con posibilidad de premio, arranca con una premonición de Amy, la protagonista, que está convencida que morirá al día siguiente. Su crisis existencial se convertirá en una pandemia y el filme, en una audaz alegoría apocalíptica.

Otra propuesta rompedora de este año: Contagio en alta mar, de Neasa Hardiman, que debuta en el cine con la asfixiante historia de una bióloga marina atrapada en un pesquero irlandés.

Nuevas posibilidades creativas

“A nivel profesional y también personal, el entorno del cine fantástico ha sido muy masculino hasta la última década”, reconoce Desirée de Fez. Esta periodista y crítica de cine, especializada en fantástico y terror y miembro del equipo organizador del Festival de Sitges, ha sido la encargada de poner sobre la mesa, en esta edición del certamen, la evolución del género y el peso creciente de ellas. La inminente publicación de su libro Reina del grito (Blackie Books), que llegará a las librerías en diez días, ha dado pie a una reflexión sobre cómo las películas de terror abordan los miedos de las mujeres y cómo la perspectiva de género ha abierto nuevas posibilidades creativas.

“Durante los últimos ocho años, ha habido un cambio brutal, ha surgido una nueva generación de directoras y se han consolidado otras que habían marcado una forma distinta de concebir el género”, mantiene De Fez. En La Reina del grito , ha vinculado sus miedos reales con películas de terror que la han marcado a lo largo de los años, en un doble ejercicio personal, de revisión de clásicos y de películas contemporáneas. Por ejemplo, El exorcista. “Con veinte años me llamó la atención la parte del exorcismo, pero ahora que he sido madre, lo que me impresiona es cómo ella intenta entender a su hijo”, confiesa.

Reina del grito

De Fez relaciona sus miedos con películas de terror

De Fez se propuso identificar cada miedo con una película, con el siguiente resultado: La profecía, como el origen de todos los miedos. Carrie, el miedo a la sangre. La noche de Halloween, el miedo a no ser aceptada. Crash, el miedo que excita. It Follows, el miedo al sexo. Trouble Every Day, el miedo al deseo. La posesión, el miedo a la mujer que hace lo que le da la gana. La semilla del diablo, el miedo al embarazo. Prevenge, el miedo a no tener hijos. ¿Quién puede matar a un niño?, el miedo a tenerlos. The Conjuring, el miedo que se hereda. La visita, el miedo a la invasión de casa. Body horror, el miedo a envejecer. The Final Girl, el miedo a no resistir. O Babadook, el miedo a la pérdida. “Soy miedosa, y aunque pueda parecer contradictorio, ver reflejados los miedos en una película de terror te da herramientas para tomar distancia, analizarlos y afrontarlos”, aclara De Fez.

Que la nueva oleada de directoras haya aportado nuevas perspectivas, “porque hablan de sus propios miedos y de sus traumas y de sus propias experiencias –dice– no quita que haya directores que hayan tenido una extraordinaria sensibilidad con sus personajes femeninos”. Por ejemplo, la Laurie Strode –increíble debut de Jamie Lee Curtis– de Halloween (1978), la película dirigida y orquestada por John Carpenter y que escribió con la también productora Debra Hill. Aquella rubia repeinada y aparentemente frágil que parecía encarnar el discurso sutil sobre la debilidad feme-
nina, marcó a más de una generación.

La figura de la madre, también ha sido reversionada a través del cine de terror. La semilla del diablo (1968) de Roman Polanski, resume la inquietante convicción del cuerpo de la mujer y su capacidad para concebir, como parte de lo sobrenatural. A medio camino entre el terror y el drama psicológico, nada es absoluto en esta puesta en escena claustrofóbica, en la que los personajes se mueven en medio de una lentitud de pesadilla y en la que Rosemary (Mia Farrow) se lleva la peor parte.

En el 2017, la directora y actriz Alice Lowe dio la campanada con Prevenge, un filme de venganza prenatal que lanza una potente crítica a la marginación social y profesional que todavía sufren muchas mujeres al quedarse embarazadas. En la película, siguiendo las órdenes del bebé que está gestando, se convierte en una asesina en serie. Profundamente subversiva en torno a los clichés asociados al embarazo, Lowe maneja terror, incorrección política y humor negro en la que fue su celebrada ópera prima. Nada que ver con las scream queen, las mujeres que chillan y que durante tantos años el género de terror a contribuido a cosificar.

Las heroínas de Balagueró

“Por alguna razón, me implico más con personajes femeninos... a veces me pregunto por qué”, confesó ayer el director Jaume Balagueró, el padrino de lujo de Reina del grito durante la mesa redonda en la que también participó la periodista especializada Laura Fernández.

“Las películas en sí mismas son una sucesión narrativa de imágenes y sonidos, pero hasta que alguien no la ve, la película no es”, opina Balagueró. “Y no hay una película, hay tantas películas como veces se ve y ver películas te permite descubrirte a ti mismo”, añadió el director que siempre ha encarnado en mujeres a sus héroes.