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Una ópera prima sobre el dilema del aborto conquista San Sebastián

Nuevos directores

La actriz Carmen Arrufat y la directora Lucía Alemany triunfan con ‘La inocencia’

La mirada. Cuenta Carmen Arrufat que desde niña ensaya con la expresividad de sus ojos. “Intento que digan más que las palabras”, señala

FILMAX

El público y la mayoría de los periodistas que siguen el Festival de San Sebastián se rindieron ayer ante La inocencia de la directora Lucía Alemany y la actriz Carmen Arrufat , ambas debutantes y de Castellón. La película, con un reparto enriquecido por los veteranos actores catalanes Laia Marull, Sergi López y el aragonés Joel Bosqued, cuenta una historia de maduración en la que una joven de 16 años, Lis, se queda embarazada y se propone abortar sin decírselo a sus padres.

El filme sorprendió por su “frescura”, “realismo”, “luminosidad” y por el “excelente trabajo” de los intérpretes, según expresiones recogidas a pie de cine tras el primer pase de la cinta. Los mayores piropos fueron para Arrufat, a quien Laia Marull se refirió como “una bomba” en entrevista conjunta con La Vanguardia.

“La cinta trata sobre las decisiones de los jóvenes y la importancia de no frustrarlas”, señala Laia Marull

Alemany, nacida en Tortosa en 1985 pero criada en Traiguera –la población castellonense donde se rodó gran parte del filme– no tiene problema en admitir que ella misma abortó a los 17 años. Pero nos pide que no revelemos si al final de su película el personaje de Lis toma la misma decisión.

Aunque el embarazo no deseado es el hecho más relevante de la narración, el filme trata de la búsqueda de la libertad y la asunción de responsabilidades en esa edad complicada y crucial de los años anteriores a los de posible emancipación, los 18.

La realizadora quiere transmitir ante todo una idea: “Los padres tienen que darse cuenta de que los hijos también están ahí para romper los patrones y enseñarles cosas ellos; no pueden estar siempre en el papel de jefe y han de asumir esa ruptura de patrones de sus descendientes para que éstos puedan liberarse y seguir su camino”.

El sueño de Lis es trabajar en el circo. Pero el proyecto no merece el suficiente apoyo de la madre, que asume un rol subsidiario en el esquema patriarcal de la familia, y provoca el desprecio del padre ( Sergi López), que es un bruto. El embarazo de Lis es un golpe para sus expectativas, aunque hay que ver el filme hasta el final para saber cómo todo puede resolverse.

“La inocencia habla de las decisiones personales y de la importancia de no frustrarlas, sean las que sean”, señala Marull. Eso adquiere especial relevancia “cuando uno es joven y está descubriendo quién es y quién quiere ser”. Lis topa con esos intentos de frenarla por parte de sus padres, pero, “sin ser una heroína, muestra fuerza para romper barreras para seguir su camino”, añade. “Y los demás personajes aprenden a reeducarse”.

Todos y cada uno de esos personajes son más complejos de lo que en principio aparentan. Lis se perfila al inicio como una cría inconsciente, enamorada y algo insulsa. Pero poco a poco despliega su carácter. Su novio ( Bosqued) se nos presenta como un tipo malo y tal vez violento, pero también resultará diferente. “Es lo que me pasa a diario cuando salgo de mañana con mi chándal, mi gorra y mis tatuajes. La policía me para una y otra vez. Ya se sabe: las apariencias engañan”, dice el actor.

Los responsables de La inocencia fueron ayer de los más solicitados en San Sebastián. En especial Alemany y Arrufat. La primera ya ha terminado sus estudios de cine, pero la actriz está haciendo bachillerato y un curso de interpretación era hasta el momento su única relación con el medio. Su plan es terminar la secundaria y cursar Relaciones Internacionales. Pero si le surgen nuevas películas, no tiene dudas: “Aunque me gusta muchísimo estudiar, si puedo seguir en el cine aparco los libros y ya los volveré a coger cuando pueda”.