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¿Qué fue de Molly Ringwald, actriz de ‘La chica de rosa’ y ‘El club de los cinco’?

Icono adolescente de los ochenta

La estadounidense, de 51 años, se convirtió en la musa del director John Hughes

Molly Ringwald en 'La chica de rosa' y 'El club de los cinco'

Paramount pictures / Universal pictures

Molly Ringwald se convirtió en un rostro muy popular en la década de los ochenta. Su melena pelirroja no pasó inadvertida en las películas juveniles que protagonizó y su imagen de chica tímida hizo furor entre los adolescentes de aquella época. La actriz empezó a hacer sus pinitos en el mundo del espectáculo a los cinco años en una obra teatral sobre Alicia en el país de las maravillas y a los seis debutó como cantante con un álbum que llevaba por título I Wanna Be Loved By You, Molly Sings.

Estaba claro que lo suyo era el show businness. Su padre era Robert Ringwald, un músico de jazz ciego y su madre, Adele Edith, trabajaba de chef. Su desparpajo y naturalidad le ayudaron a aparecer pronto en series de televisión y en 1982 debutó en el cine en un pequeño papel en la comedia dramática La tempestad, adaptación libre de la obra de Shakespeare con Gena Rowlands, John Cassavetes y Susan Sarandon.

Pero fue John Hughes quien la descubrió y la convirtió en un icono adolescente en Dieciséis velas (1984) en la que daba vida a una quinceañera de nombre Samantha que se enamoraba del chico más popular del instituto que, evidentemente, no se había fijado nunca en ella. Una comedia divertida, con encanto, con la que Molly desplegó una naturalidad exquisita en la piel de una chica insegura que pasa desapercibida, un prototipo con el que se sentían identificadas la mayoría de las jóvenes de aquel entonces, tal y como asegura la periodista y escritora Hadley Freeman en su libro The time of my life.

Junto al director y productor apareció en otros dos títulos célebres de su filmografía, convirtiéndose en su musa indiscutible: el clásico El club de los cinco (1985) y La chica de rosa (1986). En la primera interpretaba a una pija que no tenía nada que ver con la imagen más modosita que había ofrecido hasta entonces. La trama giraba en torno a cinco jóvenes (dos chicas y tres chicos), que eran castigados un sábado en la biblioteca de su instituto por distintos motivos. Pronto las desavenencias entre ellos aparecen, especialmente cuando el director que les vigila se ausenta del aula, aunque al final acaban rompiendo el hielo entablando conversaciones sobre el sexo.

La cinta, coprotagonizada por Emilio Estévez, Judd Nelson, Ally Sheedy y Anthony Michael Hall, fue todo un éxito de taquilla y se convirtió en un clásico juvenil que inspiró a miles de espectadores que ya peinan canas. Además, reflejaba el sentimiento de toda una generación de jóvenes que no encontraban su lugar en el mundo.

El rostro de Ringwald creció así en popularidad y la actriz se erigió en la abanderada de la comedia adolescente y llegó a ser incluso portada de la revista Time. Su fama, sin embargo, tocó techo con La chica de rosa, escrita por Hughes y dirigida por Howard Deutch, en la que recuperaba el papel de chica tímida, confusa, pero valiente y de clase humilde que se enamoraba de un joven de buena familia ( Andrew McCarthy).

Ringwald fue portada de la revista Time el 26 de mayo de 1986

Time

Estas tres películas la lanzaron al estrellato pero, lejos de continuar por esta senda de la comedia romántica adolescente, Ringwald se propuso cambiar de registro y salir de la comodidad que le otorgaba Hughes. La relación profesional se enfrió y la distancia hizo mella cuando la actriz rechazó algunas proposiciones para volver a trabajar con él. Desde entonces, la chispa cómica de la californiana se apagó en filmes de tono más adulto que la condenaron al fracaso comercial como El cazachicas (1987), con Robert Downey Jr; o Jóvenes ardientes (1988).

La entrada en los 90 no mejoró en absoluto su posición en la industria y se dedicó a aparecer básicamente en telefilmes o series de televisión. Rechazó papeles que podrían haber cambiado su suerte como Ghost o Pretty woman y durante unos años se trasladó a París para cambiar de aires: “Estaba en mis veinte y pensé que si había un momento para viajar era ese”, declaró en una entrevista. El paso del tiempo no ha hecho más que alejarla de ese deseo inicial de encontrar un hueco en la industria en el que explorar nuevos registros y durante todos estos años ha permanecido en un discreto segundo plano.

Pese a que siempre dijo que recordaba con cariño las películas que hizo en los ochenta, el año pasado publicó en The New Yorker un artículo que llevaba por título What about The Breakfast club? (¿Y qué hay sobre ‘El club de los cinco’?) en el que ofrecía jugosas declaraciones en contra del filme, afirmando que, después de haber visto la película con su hija de diez años, se había percatado de una serie de comportamientos sexistas justamente en pleno auge del movimiento #MeToo. La actriz señaló especialmente una escena en la que el personaje de John mira por debajo de su falda sin su consentimiento, una situación que la intérprete pelirroja consideró “completamente inapropiada y chocante”.

Además, Ringwald fue una de las intérpretes que salieron a hablar detenidamente sobre sus experiencias de acoso sexual cuando se destapó el caso Weinstein. En un artículo titulado ‘Todos los otros Harvey Weinsteins’, la actriz se despachó relatando las experiencias a las que tuvo que hacer frente durante su carrera profesional.

En los últimos años ha acompañado a Chevy Chase en la comedia navideña Deseo y esperanza (2014); junto a Alicia Silverstone y James Franco participó en King cobra, (2016) sobre el negocio de la industria del porno gay americana, y la hemos visto recientemente al lado de Keanu Reeves en un pequeño papel en el thriller Siberia.

En All these small moments, que participó en el festival de Tribeca, dijo sentirse emocionada al encarnar a una madre atrapada en un matrimonio desgraciado y tiene pendiente de estreno el drama Kingfish, dirigida por Sean Nalaboff.

Respecto a su vida sentimental, Molly se ha casado en dos ocasiones. Con el francés Valery Lameignère (1999-2002) y desde 2007 con el actor Panio Gianopoulos, con el que tiene tres hijos: Mathilda Ereni, Roman y Adele Georgiana.

La actriz es muy activa en las redes sociales y en su cuenta de Instagram le encanta publicar fotos de su familia, de la naturaleza o de los viajes que realiza por todo el mundo.

Molly fue una de las intérpretes que salieron a hablar detenidamente sobre sus experiencias de acoso sexual cuando se destapó el caso Weinstein