Invitación al mejor turismo literario

Pocas novelas pueden revivirse hoy en sus escenarios reales con la misma intensidad que En busca del tiempo perdido. El París, el Illiers-Combray, el Cabourg (Balbec) o la Venecia de Marcel Proust, paisajes que configuran la exposición del Museo Thyssen, han resistido el paso del tiempo mucho mejor que otros escenarios de la literatura. Marzo puede ser un mes propicio para empezar a leer o releer esta novela de 1,2 millones de palabras, y disfrutar así en verano de una maravillosa experiencia de turismo literario.

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