Vírgenes juradas o cómo transformarse en un hombre que merezca recibir una herencia

Un nuevo padre de familia en casa

Llega la traducción al castellano de la novela de la albanesa Elvira Dones en la que explora a las mujeres de su país que, bajo una tradición ancestral, y para salvaguardar su patrimonio, cambian de identidad

Fotograma de 'Virgen jurada', el documental de Elvira Dones

Fotograma de 'Virgen jurada', el documental de la escritora y periodista albanesa Elvira Dones 

Elvira Dones

E lvira Dones (Durrës, Albania, 1960) todavía se acuerda de aquella noche en la que su vecina le enseñó las fotos de una boda. Sus parientes del norte de Albania se acababan de casar, pero lo que le dejó maravillada no fue el vestido de la novia o los abundantes platos de comida, sino las facciones de un invitado. “Invitada, con a , no tardó en corregirme mi vecina. Era una burrnesha . Una mujer con el pelo corto vestida de hombre. Una virgen jurada”, explica la autora. De la noche a la mañana, la joven cambió su identidad. Su nombre, su ropa, sus obligaciones... El rifle y el tabaco pasaron a ser su mejores aliados. También la bebida, que, además de integrarla en su nuevo rol, le permitía olvidar quién fue, además del voto de castidad que se le pide a todo aquel que protagonice esta ancestral tradición.

“Tenía dieciséis años cuando supe de la existencia de estas figuras que todavía hoy perviven en los Balcanes, mayormente en las Montañas Malditas de Albania, rebautizadas así por la cantidad de sangre derramada durante las guerras contra el imperio Otomano”, recuerda Dones. El impacto que le dejaron aquellas fotografías le duró muchos años, hasta el punto de animarle a escribir una novela, Virgen Jurada , que publicó en 2007 en italiano, su lengua de adopción, y que mañana llega a las librerías en castellano de la mano de Errata Naturae y con un prefacio de la escritora madrileña Alana S. Portero.

Una virgen jurada, rifle en mano, pasea por las Montañas Malditas

Una virgen jurada, rifle en mano, pasea por las Montañas Malditas 

Elvira Dones

“Cuando escribí este libro, todavía no conocía a ninguna burrnesha ; pensé en cómo sería su vida y armé una trama”. La protagonista es Hana Doda, una joven albanesa que a mediados de los ochenta decide dejar los estudios universitarios para regresar a su remota aldea en las montañas del norte, donde acaba de morir su tío Gjergj, que la crió al morir sus padres. E

ste paraje aislado, todavía en los 80, está aferrado a costumbres ancestrales que impiden a la mujer trabajar o desplazarse de forma segura. Tras rechazar un matrimonio concertado que le facilitaría el día a día ante la falta de más hombres en la familia, Hana decide transformarse en uno y, una vez se compromete a cumplir el voto de castidad, pasa a llamarse Mark. Es la única solución que encuentra de poder administrar el legado de los suyos sin depender de un hombre desconocido. Un acto de amor y gratitud que acaba desencadenando una aterradora inmolación personal. A partir de ahora, su vida y sus derechos los dictará el Kanun, un compendio de leyes tribales que se ha transmitido por vía oral de generación en generación, al menos desde el siglo XV, pese a que hasta el siglo XIX no se pusieron por escrito.

“Las jóvenes no tienen pensado continuar la tradición ya que ha dejado de tener sentido”

“Al terminar la novela, sentí una gran satisfacción. Creí haber reflejado bien la realidad de estas mujeres hombre de las que por entonces nadie hablaba. La cineasta italiana Laura Bispuri llegó incluso a hacer una adaptación cinematográfica de esta historia en 2015, con la que compitió por el Oso de Oro en la Berlinale.

“Sin embargo, como periodista, sentí que faltaba algo. Tenía que conocerlas, darles voz. Hacer un documental”. Y así fue. Puso rumbo a las montañas y trató de acercarse. “Todas me dijeron que, para dejarse grabar, tenía que contar primero con el permiso de Shkurtan, la líder. Me acerqué a su casa y me dijo que solo me aceptarían en su comunidad si bebía raki, un licor, con ella. Bebí hasta casi perder el sentido. Al terminar, me dio la mano y me dijo: ‘Apareceremos en tu documental’”.

La virgen jurada Shkurtan, ya fallecida, fue una de las líderes de la comunidad

La virgen jurada Shkurtan, ya fallecida, fue una de las líderes de la comunidad 

Elvira Dones

Así, Dones conoció, entre otras, a Hakie, a Emine –“que fue a la que le costó más confiar en mí” – y a Sanie. Esta última guarda muchas similitudes con la Hana Doda que retrató la periodista en su novela. El personaje de ficción decide dejar atrás su pasado y viajar a Estados Unidos para reunirse con su prima Lila tras recibir una invitación. Una oportunidad de escapar de su juramento, aunque previamente tenga que enfrentase a su identidad en el control de seguridad de aduanas: socialmente es aceptada como un hombre en su país, pero ¿qué dice el carnet de identidad?

“Elegir su propia identidad es, al fin, un derecho para ellas”, aplaude la escritora

En la vida real, Sanie, que actualmente vive en Nueva York, en el distrito del Bronx, y con la que Dones sigue en contacto, decidió rehacer su vida lejos del lugar que la vio nacer. “Se convirtió en virgen jurada a los dieciséis. Tenía un hermano muy pequeño, incapaz de hacerse cargo de la familia. Antes de morir, su padre le pidió que se convirtiera en hombre para poder ponerse al frente de todo y de todos. Obedeció. El problema vino poco después con la llegada del amor. Empezó a sentir que todo cobraba sentido, pero había prometido no tener relaciones sexuales jamás. Para no dar mal ejemplo a sus hermanos, optó por callar aunque las contradicciones internas le llevaron a emigrar a un lugar en el que pudiera ser anónima. Allí podría decidir de forma meditada si quería seguir siendo un hombre o regresar atrás, pese al juramento. En su tierra todo hubiera sido más complicado”.

Hakie, una de las vírgenes juradas que entrevistó Elvira Dones

Hakie, una de las vírgenes juradas que entrevistó Elvira Dones 

Elvira Dones

En una de las últimas comunicaciones que Dones tuvo con Sanie le preguntó por el futuro, a lo que respondió: “Lo que más deseo es ponerme un vestido o una falda”. Supo que cumplió este sueño. Sin embargo, más allá de dejarse crecer el pelo, no llevó a cabo la transformación completa. “Me dijo que llevaba tanto tiempo viviendo como hombre, que se sintió rarísima con el vestido. Aceptó que siempre llevaría pantalones, pero admitió que, por primera vez en su vida, se sentía libre”.

Igual que las vírgenes hicieron un pacto con su gente, Dones lo hace con ella misma y cumple con la promesa de no dar el contacto de ninguna de ellas. “Por un lado, me gusta que el mundo por fin las conozca y, no solo las vea como bichos raros, sino que entienda su compleja realidad. Por otro, me siento culpable por la avalancha que hubo hacia las Montañas Malditas y estas comunidades, sobre todo los primeros años de mi publicación. Periodistas de todo el mundo y demás curiosos querían verlas a toda costa. Muchas de ellas ya han muerto y, aunque agradecieron el interés, terminaron cansadas. Las pocas que quedan, prefiero que continúen tranquilas con sus vidas”.

La periodista Elvira Dones, en las Montañas Malditas

La periodista y escritora Elvira Dones, en las Montañas Malditas 

Elvira Dones

“Sanie aceptó que llevaría pantalones siempre, pero admitió que, por primera vez, se sentía libre”

Se desconoce cuántas vírgenes juradas quedan en el mundo. En 2022, la BBC contabilizó una docena, aunque la propia Dones adelanta de que no hay ningún organismo oficial que las tenga contabilizadas. Lo que sí parece evidente es que la tradición tiene los días contados, pues las muchachas jóvenes “no tienen pensado continuarla ya que ha dejado de tener sentido. Albania ha cambiado mucho en los últimos años y las mujeres cada vez tienen más derechos, pese a que todavía quede camino por recorrer y que algunas sociedades rurales persistan con su imaginario machista. Con todo, ya a ninguna se le puede negar la herencia de bienes por no ser un hombre. Elegir su propia identidad es, al fin, un derecho para ellas ”.

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