¿Qué se podía hacer para desposeer a la inteligencia artificial (IA) de su dimensión mítica, para que dejemos de verla como un cónclave secreto de algoritmos perversos reunidos para repartirse el mundo sin que los humanos tengamos ni voz ni voto? Los integrantes del colectivo barcelonés Taller Estampa, integrado por programadores, cineastas e investigadores, se hicieron esta pregunta y se pusieron manos a la obra. El resultado es su impactante Cartografía de la IA generativa, un trabajo que acaba de ser distinguido con el premio Ciutat de Barcelona de cultura digital.
El alcalde de Barcelona, Jaume Collboni, durante la entrega de los premios Ciutat de Barcelona 2024
Una de las reflexiones que contiene su artículo –acompañado de un espectacular infográfico– atañe a todas las personas que recogieron ayer su premio en el Ayuntamiento, en tanto que profesionales de la cultura. Porque son los integrantes más precarizados de este sector los más perjudicados por los modelos de IA generativa, un competidor imbatible que, además, se ha aprovechado de su trabajo en la fase de entrenamiento.
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Lo que hace Taller Estampa es abrir de repente la luz de la habitación e iluminar las zonas oscuras que hacen tan misteriosa como fascinante la IA, sin emitir más juicios de los necesarios. Trabajadores precarios y a menudo invisibles, consumo masivo de recursos escasos o daños ecológicos con repercusiones en la salud son cuestiones a tener en cuenta cuando hablamos de los modelos de IA generativa, tan notables como las ventajas indiscutibles de esta revolución tecnológica.
