Cuatro veces fueron las que Sean Baker subió al escenario del Dolby Theatre de Los Ángeles para recoger estatuillas. La primera de ellas fue por el Oscar a mejor guion original por Anora, la cinta triunfadora de la noche. Horas después, repetiría el proceso para llevarse el premio a mejor montaje, mejor director y mejor película.
Como bien manifestó el cineasta independiente en más de una ocasión, sin guion, no hay producción. Esto es algo que tenía claro, por lo que él mismo se puso manos a la obra con esta historia que narra el viaje de una stripper entre Nueva York y Las Vegas que se casa con el hijo de un oligarca ruso, el domingo en la 97ª edición de los Premios de la Academia. Un argumento que no ha parado de triunfar tras presentarse en el festival de Cannes y ganar la Palma de Oro, lo que le convirtió en el primer director estadounidense desde Terrance Malick en 2011 en recibir el premio más importante del festival.
Gracias a toda la comunidad de las trabajadoras del sexo por compartir sus historias conmigo"
“Gracias a toda la comunidad de las trabajadoras del sexo por compartir sus historias conmigo y sus experiencias vitales a lo largo de los años. Mi más profundo respeto. Gracias. Comparto esto con ustedes", agradeció el cineasta estadounidense.
A sus 54 años, se trata de la película de mayor éxito de la carrera de Baker, que lleva años centrado en retratar a personajes marginados y que forman parte de subculturas. La producción tuvo un presupuesto de seis millones de dólares y ha recaudado más de cuarenta en taquilla. A lo largo de este tiempo, ha recibido elogios tanto del público como de la crítica y fue seleccionada como una de las diez mejores películas de 2024 por el National Board of Review y el American Film Institute.
En el Dolby Theatre de Los Ángeles competía con Un dolor real, El brutalista, La sustancia y September 5.