Donna Leon: "La música me cambió y trato que los jóvenes la vean con los mismos ojos que yo”
Festival de Peralada
La escritora protagonizó una charla en el Cercle del Liceu en calidad de principal mecenas del grupo barroco Il Pomo d’Oro, encargado del cierre de la tercera edición de la Pascua del Festival de Peralada

La escritora Donna Leon habla de literatura y música barroca en el Cercle del Liceu
Hace un par de días que uno puede encontrarse con Donna Leon (Montclair, Nueva Jersey, 1942) por Barcelona. La escritora, que reconoce que siempre que tiene oportunidad se pasea por la capital catalana, es una de las invitadas estrella del festival literario BCNegra, que se celebra del 10 al 16 de febrero. Este martes se despedía de sus queridas Ramblas, que reconoce que tanto juego literario dan y, antes de tomar su avión de regreso, se pasó por el Cercle del Liceu en calidad de principal mecenas del grupo barroco Il Pomo d’Oro, encargado del cierre de la tercera edición de la Pascua del Festival de Perelada, en una matinée que se celebrará el Domingo de Resurrección.
En un acto conducido por la periodista de La Vanguardia Maricel Chavarría, la escritora Donna Leon habló de sus dos pasiones: la literatura y la música. La primera es bien conocida, pues sus años de carrera la han convertido en un gran referente de la novela criminal, con el comisario Brunetti como gran protagonista y la ciudad de Venecia como telón de fondo de muchas de sus obras. La segunda le llevó a actuar hace ya trece años en Peralada, donde leyó sus propios textos acompañados por música de Vivaldi.
La música me cambió y siempre trato que la gente, especialmente los más jóvenes, la vean con los mismos ojos con que lo hago yo”
“Recuerdo un viaje a Nueva York en el que acudí al Carnegie Hall. Había unas cinco personas sobre el escenario, de pie, cantando una ópera de Händel que no se había interpretado en vivo en ese espacio durante aproximadamente 150 años. No había visto nada así en mi vida. Seguramente fue el mismo sentimiento que se apoderó de San Pablo cuando cabalgaba hacia Damasco. El rayo de Dios lo golpeó, lo lanzó al suelo y, cuando se levantó, no volvió a ser el mismo. A mí me sucedió igual. La música me cambió y siempre trato que la gente, especialmente los más jóvenes, la vean con los mismos ojos con que lo hago yo”.
Eso sí, asegura, “pese a que hay guiños musicales en mis novelas, no trato de meter esta pasión y estos conocimientos con un embudo. Tampoco me atrevería a pedir un autógrafo a los músicos. Los veo como si fueran de otra especie, especialmente las mezzosopranos y las sopranos. Es parte de la magia el admirar desde la distancia todo lo hermoso que hacen”.
Venecia se ha convertido en una ciudad de la que huir. Y Barcelona va por el mismo camino”
Leon, que ha vivido décadas en Venecia, asegura que “no llegué a la ciudad siguiendo la ópera. No se aprecia aquí la música barroca igual que en otras ciudades. Vine por trabajo. Pero el turismo de masas ha hecho que me mude a Zúrich. Venecia se ha convertido en una ciudad de la que huir. Y Barcelona va por el mismo camino. De hecho, si no ponéis límites, será peor porque vuestra ciudad es más grande”