En un momento de crisis emocional, cuando rodando los 40 se dio cuenta de que no quería tener hijos y que era improbable que se casara, Elena López Riera sintió la necesidad de hablar con otras mujeres. El deseo de saber cómo habían sido los matrimonios, la vida sexual, los amoríos de la generación que le precedió, de la de su madre con la que nunca fue fácil debatir sobre cosas tan íntimas.
“Fui consciente de que conmigo se acababa una especie de genealogía infinita que había unido a una madre con una hija y a otra madre con otra hija y así sucesivamente. Me dio mucho vértigo y sentí que tenía que llevarlo al cine, que es lo que yo sé hacer, mi vehículo para expresarme”, cuenta la realizadora en una entrevista con La Vanguardia.
Así arrancó el proyecto de Las novias del sur , un documental de 40 minutos que se llevó un premio en la pasada edición del Festival de Cannes y que ahora ha recibido una nominación a los Goya. También ha conseguido el aplauso de la crítica para asombro de la cineasta que “no esperaba nada, simplemente estaba en un mal momento, me sentía fatal y tuve la necesidad de compartirlo con mis amigas y con otras mujeres”.
Conocí a mi verdadero amor a los 73 años. Él tenía 14 menos que yo"
En esas otras mujeres radica una de las claves del inesperado éxito de Las novias del sur . López Riera buscó a señoras mayores dispuestas a hablar a calzón quitado de cómo fueron sus bodas, sus matrimonios, sus primeras relaciones sexuales... Y encontró a Pepita, Pili, Trini, Encarni, Carmen y Conchi. Seis damas maravillosas que se enfrentan a la cámara sin ningún tipo de vergüenza para contar su vida sin tapujos.
Pepita, que se ha convertido ya en una estrella mediática, tiene 105 años. Se casó muy joven, al acabar la Guerra Civil y tuvo un primer pleito con su esposo la misma noche de bodas porque no era virgen y él “se dio cuenta”. “Eran cosas que pasaban en la guerra”, dice Pepita pasando de puntillas sobre ese primer amor. Tampoco se adentra en los pormenores de esa matrimonio, que no la hizo feliz.
De lo que quiere hablar Pepita es de su verdadero amor, un hombre al que conoció cuando ella tenía 73 años. “Yo iba con mis amigas a bailar a La Paloma. Él era un auténtico caballero, tenía 14 años menos que yo. De repente se acercó y yo estaba segura de que iba a sacar a bailar a una de mis amigas, pero me sacó a mí. Fue un amor increíble. Con él descubrí el placer sexual por primera vez. Estuvimos 10 años juntos”, recuerda.
Yo ya soy impenetrable al amor. No quiero a nadie en mi vida”
También Pili conoció el amor después de un matrimonio fallido al que llegó muy joven y virgen: “Conocí a mi marido a los 15 años en la fábrica donde trabajábamos los dos. Él era siete años mayor. Empezamos a salir y me casé para alejarme del yugo familiar, para tener mi piso, para dejar de trabajar. Fue el mayor error de mi vida”, recuerda esta valiente mujer.
“No se puede luchar contra los sentimientos. Yo nunca le quise y sé que le hice daño. Eso me duele, porque era un buen hombre, pero meterme en la cama con él era un suplicio. Aguante porque llegó el niño y después la niña. El tercero me lo quité yo en una clínica de la calle Anglí”, añade Pili, que sí conoció el amor años después aunque la cosa no llegó a buen puerto porque él estaba casado.
Los matrimonios de Pepita y Pili no fueron felices, pero sí el de Trini, que enviudó y ya no quiere pensar en otro hombre: “Yo ya soy impenetrable al amor. No quiero a nadie en mi vida”, declara.
“En la película hay voces diversas de mujeres que han sabido encontrar las herramientas para reconducir sus errores y ser felices en una época donde todo era complicado, cuando no había divorcio ni anticonceptivos y el aborto era delito”, señala López Riera, quien subraya que su película “no pretende ser ni mucho menos un estudio sociológico” y se abre a poner a los hombres en un futuro delante de su cámara para que ellos también tenga la oportunidad de explicar cómo vivieron el matrimonio y el amor.