Johann Strauss hijo tenía 23 años cuando su precoz paisana y amiga Constanze Geiger (Viena, 1835 - París, 1890) componía, con 12 años, su Ferdinandus – Walzer, el vals con el que la Filarmónica de Viena marcará, este 1 de enero de 2025, un antes y un después en el tan conservador Concierto de Año Nuevo. La presión social que demanda un mayor sentido de la igualdad les ha llevado a buscar en el baúl de los recuerdos y, voilà, han hallado un buen puñado de autoras que en el siglo XIX participaban de ese júbilo por los valses que sentía especialmente la dinastía Strauss.
De hecho, la pequeña Constanze despuntaba tanto como pianista, como actriz, compositora y cantante. La hija del compositor José Geiger y de una modista de la corte era celebrada hasta el punto de estrenársele, con apenas 18 años, la pieza que dedicó a la duquesa Isabel en Baviera, antes de que esta se convirtiera en la emperatriz Sisi. Elisabethen-Vermarshungsmarsch se escucharía en Nussdorf, cuando la joven novia iba camino de su boda en Viena.
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Retrato de Constanze Geiger .
Geiger se casaría luego con el príncipe Leopoldo de Sajonia-Coburgo y Gotha y se convertiría en la baronesa de Ruttenstein, lo que supondría, a su vez, su retiro de los escenarios. La amiga de Johann Strauss seguiría siendo interpretada en los salones de cámara y en las iglesias... Pero de su recuerdo no se ocuparía, ni mucho menos, el concierto de Año Nuevo en Viena. Hasta su edición 85.ª que ahora se celebra.
Hablar de la paz cada 1 de enero desde su rincón del mundo no es suficiente. Su mundo Disney de los valses precisa con urgencia de una actualización
La Filarmónica de la capital austriaca se ha asegurado a lo largo de las décadas de mantener a raya el acervo, el hábito y la raigambre patriarcal que emana de aquella sociedad europea. Pero su presentación formal y formalista de la celebración del año nuevo parece haber tocado fondo. Hablar de la paz cada 1 de enero desde su rincón del mundo es a todas luces insuficiente.
Su mundo Disney de los valses precisa con urgencia de una actualización. De otra forma de mirar a la tradición, abierta a la nueva composición y a los nuevos formatos... Pues aún resuena el “no” rotundo que la orquesta le dio a Gustavo Dudamel cuando en el 2017 quiso cambiar sutilmente el repertorio e invitar a cantar al tenor Juan Diego Flórez. El venezolano se convirtió en el maestro más joven en subir a este podio el 1 de enero, en sus entonces 75 años de historia. Y fue llamado al alto inmediatamente en sus ansias de innovación.
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Gustavo Dudamel, en el ensayo previo al Concierto de Año Nuevo de 2017
El encargado de llevar a cabo la gesta feminista de este 2025 será -de nuevo- Riccardo Muti, el eterno italiano formado en Viena, cuyo sentido del rubato tanto precisan estos valses y polcas... El maestro napolitano subirá al podio del Musikverein por séptima vez. Inspirado, mediterráneo y pasional, Muti garantiza una matinée eléctrica. Es un acontecimiento en sí mismo.
El director de 83 años insistió este sábado, durante la presentación del concierto ante los medios, en que la pieza de Constanze Geiger la había elegido por su “calidad”. Tras 84 años interpretando cada 1 de enero programas con cientos de obras distintas de compositores exclusivamente masculinos, Muti quiso “evitar cualquier malentendido: la elegí porque es buena música”. La política, aseguró, no había guiado ni a él ni a los músicos de la Filarmónica.
Muti quiso “evitar cualquier malentendido: la elegí porque es buena música”. La política, aseguró, no había guiado ni a él ni a los músicos de la Filarmónica
Se trata, en palabras del maestro, de una “muy buena pieza”, que refleja “mucha personalidad”. Comienza con una introducción en vivace con fuoco, que está diciendo: 'Aquí estoy'“, antes de pasar al vals con grazia gentile”, explicó el maestro sobre la pieza de Geiger, quien mantenía cercanos lazos con la familia Strauss. De hecho, el estreno mundial de su Ferinandus-Waltz fue dirigido por Johann Strauss padre.
Por otra parte, el Concierto de Año Nuevo es el pistoletazo de salida del jubileo del bicentenario de Rey del Vals, Johann Strauss hijo. Sonarán ocho de sus piezas, además del famoso Danubio azul, que como todos los años será una de las tres propinas del recital.
El que fuera en su época una suerte de estrella del pop, sabía expresar, según Muti, “melancolía y alegría”. Una combinación “nada fácil” de interpretar de forma óptima. Esos estados de ánimo que son, para el maestro napolitano, parte esencial de la personalidad vienesa, requieren aquí de “un equilibrio especial”, dijo.
Ballet y documental
De la coreógrafa Cathy Marston al tataranieto de Johann Strauss
El concierto se retransmitirá en directo a casi un centenar países a partir de las 10.15 GMT (11.15 hora peninsular). Y como en años anteriores, la versión televisada ofrecerá actuaciones del Ballet de la Ópera de Viena. En esta ocasión la coreografía corre a cargo de la británica Cathy Marston, quien desde la temporada 2023-24 dirige el Ballet de Zúrich. Formada en la Royal Ballet School, Warston bailó en Suiza con el Ballet de Zúrich y el de Lucerna. Y tras crear trabajo como Figure in Progress para el Royal Ballet de Londres, se convirtió en Artista Asociada en la Royal Opera House.
Por otra parte, en la pausa del concierto, se pasará un filme titulado 2025 - A Strauss Odyssey, en la que Thomas Strauss investiga en una nave espacial la obra y vida de su tatarabuelo, Johann Strauss hijo.