Parsons y su pareja fueron invitados a dejar Villa Nellcote, la casa de Villefranche-sur-Mer donde los Rolling Stones se refugiaron, junto a una amplia corte, en 1971. Siempre se ha creído que fue Mick Jagger, celoso de la amistad de Parsons con Keith Richards, quien le enseñó la puerta. Los testimonios recogidos en Caballos salvajes no niegan esa posibilidad, pero en general sugieren que Richards y su esposa Anita estaban también hartos de las broncas de un Parsons que siempre iba drogado. Con un yonqui en casa ya había bastante.
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