El menú estadístico que ofrece estos días Spotify a sus clientes es abrumador: tu top de canciones del 2024; tu evolución musical en el 2024; tus videoclips; el 2024 en música; el 2024 en podcasts; top artistas globales y las canciones más escuchadas del 2024. Al menos en esta primera entrega han desaparecido los álbumes, el viejo elepé, como sujeto musical. El debate sobre la inconveniencia de trocear una obra que agrupa canciones bajo un único concepto (la queja de Pink Floyd) ha sucumbido al algoritmo inmisericorde.
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