Como si de una alegoría se tratara, la lluvia no consiguió vencer anoche a la solidaridad, sentimiento que congregó a miles de personas en la avenida Maria Cristina durante una velada donde la música se convirtió en el instrumento para ayudar a los damnificados por la riada de Valencia, en el concierto organizado por Òmnium Cultural y la Assemblea Nacional Catalana (ANC).
No importó que un aguacero inopinado interrumpiera la actuación durante media hora y dejara calado a buena parte del público. Las ganas de ayudar se impusieron, también las de disfrutar de un cartel que desde hace días anunciaba para la ocasión las voces más aclamadas de la música catalana.
Joan Dausà, Santi Balmes y el exdiputado David Fernàndez interpretaron a trío ‘Caure no feia mal’
Fueron una veintena las bandas y los artistas que respondieron a la llamada para celebrar el concierto, cuya recaudación irá destinada a fines sociales y particularmente la reconstrucción de espacios educativos y culturales vinculados con la lengua y la cultura. Una iniciativa que ha reunido a más de medio centenar de entidades de todo tipo, del FC Barcelona a la Creu Roja, el Museu Picasso o la SGAE. A 25 euros por entrada, fue mucha la solidaridad reunida anoche para ayudar a reconstruir las zonas arrasadas por la riada.
Ernest Codina, conductor del programa Matina Codina en RAC105, calentó al público con hits de radiofórmula como Gasolina y de La Oreja de Van Gogh hasta que Edu Esteve abrió las actuaciones mientras la lluvia comenzaba a caer. Con Masstimas y Pur, el de Badalona marcó la pauta de los demás invitados, que interpretaron dos o tres temas en rápidas tandas acompañados por breves (casi todos) palabras que se cargaban de emoción durante actuaciones como las de los valencianos La Fúmiga, que eligieron la emotiva Llavors y Havia de passar.
Con Brams sobre el escenario y apenas 25 minutos de actuaciones, la lluvia hizo acto de presencia y obligó a suspender el concierto por más de media hora, lo que provocó la marcha de una parte del público, mientras otros se sobreponían al aguacero cantando para espantar el mal tiempo y algún avispado vendedor intentaba colocar impermeables.
Fue Lluís Llach, presente en su doble papel de músico y presidente de la ANC, quien salió a agradecer la paciencia y continuar la actuación cuando aflojó la lluvia. “Ara ens hem ajuntat veus de tots els Països Valencians”, dijo para presentar a la tortosina Montse Castellà, el balear Pau Franch y el valenciano Borja Penalba. La carga política no fue explícita en este “Concert solidari de país”, aunque la carga se dejó notar con breves declaraciones y vídeos cortos, más discretos que los muchos mensajes lanzados por los propios artistas. Tampoco hubo L’estaca, pero Llach interpretó la muy apropiada Que tinguem sort, coreada por el público, que regresó en masa tras la lluvia a tiempo para escuchar País petit mientras la cámara enfocaba a una joven que mostraba una bandera valenciana donde decía “Vinc d’Alfafar, gràcies”.
De una colaboración a otra, subieron al escenario Joan Dausà y Santi Balmes para interpretar a piano y voz Jo mai mai y Incendios de nieve de Love of Lesbian. Y para rematar, se sumó el exdiputado cupero David Fernàndez para cantar a trío Caure no feia mal, del cantautor del Llobregat. Fue en el inicio de la segunda parte de la noche, donde Sopa de Cabra dedicó Seguirem somiant “a quienes no buscaron refugio porque nadie les avisó”, y la Elèctrica Dharma aportó su veteranía mezclada con las nuevas hornadas, Els Catarres y su Invencibles, las reivindicativas Roba Estesa, que demostraron capacidad de arrastre y compromiso a partes iguales en la mejor noche para hacerlo, pues convirtió la lluvia en solidaridad hasta el final, reservado para una traca final a cuenta de Julieta, 31 Fam, Figa Flawas y Oques Grasses.