Como las elecciones presidenciales de los EE.UU. se celebran cada año múltiple de cuatro el primer martes tras el primer domingo de noviembre, esta vez los norteamericanos votarán el 5 de noviembre. No es un día cualquiera. Coincide con la fecha de 1955 en que quedó programado el viaje de la máquina del tiempo de Regreso al futuro , la misma en la que el excéntrico científico Emmett Doc Brown inventó el condensador de flujo. Esta coincidencia no debe haber pasado desapercibida a algunos de los cofundadores de PayPal, como Peter Thiel y Elon Musk, que, por distintas razones, se han convertido en personajes destacados de la campaña electoral y que, de jóvenes, como explica el primero en Zero to one , eran una pandilla de “ nerds ” que compartían el gusto por la ciencia ficción y la preferencia por la “capitalista Star wars ” en detrimento de la “comunista Star Trek ”.
Thiel cita a menudo en sus escritos e intervenciones las películas de Back to the future . Hace poco más de una década, se convirtió en meme una frase suya que, evocando la segunda entrega de la serie de Robert Zemeckis y Steven Spielberg, afirmaba: “Queríamos coches voladores y, en vez de esto, hemos obtenido 140 caracteres”. Con este lema, el fundador de Palantir quería describir el estancamiento tecnológico de los EE.UU., que, para él, era el síntoma más visible del declive de la civilización occidental moderna.
Según su relato, 1969, el año en que, tres semanas después de la llegada de los humanos a la luna, se celebró el festival de Woodstock, podría simbolizar el inicio de este ocaso. A partir de entonces “los hippies tomaron el control del país” y, como consecuencia, acabaron desapareciendo los políticos dispuestos a “recortar el gasto en atención sanitaria para liberar dinero para la investigación biotecnológica” o a “hacer recortes drásticos en el estado del bienestar para liberarlos para grandes proyectos de ingeniería”. El fin del programa espacial Apolo y el colapso de la ciencia ficción como género serían signos del fin de un tiempo mejor.
Peter Thiel sitúa el inicio del ocaso de EE.UU. en 1969, cuando “los hippies tomaron el control del país”
A lomos de la ex red de los 140 caracteres y de la mano de sus futuristas proyectos empresariales que buscan alimentar una imaginación libertaria postliberal articulable con la reintegración conservadora de la religión en el orden político, Thiel y Musk se venden como la encarnación de la capacidad de volver a poner en la agenda el retorno a un futuro, a un concepto no “progresista” de progreso, que se habría perdido al coger un camino equivocado. El 5 de noviembre se verá si el condensador de flujo del artefacto ideológico que han lanzado al aeroespacio político y que ahora tripulan Trump y J.D. Vance consigue el plutonio o atrapa el rayo que deberían hacer posible este paradójico viaje en el tiempo que tanto hace pensar en las escalofriantes especulaciones sobre la tecnología y el cesarismo que Oswald Spengler desgranó en La Decadencia de Occidente en otra época convulsa.