El Museu Dalí cumple 50 años pero, por un día, ha dejado de ser meca del surrealismo para convertirse en escenario de una escena real, casicostumbrista. No solo por la presencia del Rey, también, porque se ha confirmado el regreso a la normalidad institucional y también la familiar. Las autoridades han recibido al jefe del Estado a las puertas de museo y, en el interior, Felipe de Borbón ha saludado, con cariño de hermano, a la infanta Cristina, patrona vitalicia de la Fundación Gala-Salvador Dalí. En la calle, un grupo de unas cien personas han recibido al Rey con aplausos y, al otro lado de la vía, un pequeño grupo ha protestado por la visita.
En la entrada, junto a la Torre Galeta, esperaban al Rey el presidente de la Generalitat, Salvador Illa; el ministro de Industria y Turismo, Jordi Hereu; el delegado del Gobierno en Catalunya, Carlos Prieto; el alcalde de Figueres, Jordi Masquef; la consellera de Cultura, Sònia Hernández, y el presidente de la fundación, Jordi Mercader.
Visita del Reyal Museu Dalí con motivo del 50 aniversario del museo. Pere Duran/Nord Media
Dentro, bajo la cúpula de la pinacoteca daliniana , se encontraban los patronos e invitados dispuestos a celebrar, con el Rey a la cabeza, los primeros cincuenta años de un museo que ya ha atravesado dos siglos. Al acto institucional han asistido, además de las autoridades, patronos vitalicios como la hermana del rey, la Infanta Cristina, Javier Godó, conde de Godó; Enrique Barón, Miguel Doménech, Òscar Tusquets, Miquel Roca, Narcís Serra, David Vegara y Montse Aguer, directora del museo, así como patronos institucionales como Màrius Carol y Mariona Seguranyes y personalidades como el presidente del Banc Sabadell, Josep Oliu, y el director del Museu Nacional d'Art de Catalunya, Pepe Serra, Carla Peñate, de la Fundació Miró y Oriol Aguilà, del Festival de Perelada.
El presidente de la Fundación Gala-Dalí, Jordi Mercader, ha ejercido de anfitrión a lo largo de un acto que ha comenzado con una actuación musical a cargo del cuarteto de cuerda Quartet Casals bajo la cúpula del Teatro-Museo.
La infanta Cristina en el interior del museo
Seguidamente, Jordi Mercader se ha dirigido a los presentes afairmando que la efeméride quiere “reconocer el pasado y asumir los retos de futuro”, y ha subrayado que la sociedad puede contar con el esfuerzo y afán de la fundación para conseguirlo.
Mercader ha afirmado que la fundación quiere cumplir con el legado de Dalí gracias a la buena entente con el museo, estimular la cultura a través del conocimiento, ayudar a disfrutar de la emoción de la belleza y ser “el puerto seguro de las emociones compartidas”.
Visita del Rey al Museu Dalí con motivo del 50 aniversario del museo. Pere Duran/Nord Media
El presidente de la Fundació Dalí ha asegurado que cuando se inauguró pocos excepto Dalí pensaron que el museo tuviera tanto éxito, pero que la calidad y el interés por su obra es la clave: “El museo es su culminación y un camino para la permanencia de su genialidad”.
La periodista Silvia Cóppulo ha sido la encargada de conducir el acto institucional, sorprendiendo a la audiencia con el trabalenguas preferido de Dalí, aquel que dice “Una polla xica, pica, pellarica, camatorta y becarica va teñir sis polls…” Todos, Rey incluido, lo han recibido con sonrisas y aplausos por la notoria dificultad de pronunciación que Cóppulo ha superado de modo sobresaliente.
El Rey contempla el interior del Museu Dalí
Tras presidir el acto institucional, el rey ha visitado las instalaciones del Teatre-Museu Dalí por espacio de una hora, en el que se acaban de abrir tres exposiciones para celebrar la efeméride y se exhibe la última adquisición del museo, el óleo 'El naixement de les angoixes líquides', y ha firmado en el libro de honor de la pinacoteca.
El acto ha finalizado con una copa de cava (D.O Empordà) que se ha servido en el Pati de Lógies, donde, por iniciativa de Miquel Roca, se ha producido una imagen inédita; el Rey junto al actual alcalde de Figueres, Jordi Masquef, y los exalcaldes de Figueres, Marià Lorca, Joan Armagué, Marta Felip y Santi Vila en una foto de grupo, como en una pintura realista.