Serena Sáenz: “Aún no soy consciente de lo que será revivir a Caballé y Mercury en 'Barcelona'”
Diálogos
Freddie de Tommaso dialoga con la soprano barcelonesa sobre el concierto de la OBC en la playa
El tenor británico cede al cantante pop Arnau Tordera la icónica canción: “Es demasiado agudo para mí”
Son dos voces fenomenales de la actual escena lírica mundial. Jóvenes, atractivos y con vínculos con la ciudad de Barcelona. De hecho, se conocieron en el 2018 participando en el concurso de Canto Francesc Viñas, cuando sus carreras iban a comenzar. Él se llevaría el primer premio; ella un galardón especial, aunque más tarde se haría con el primer premio Montserrat Caballé. La soprano barcelonesa Serena Sáenz y el tenor británico Freddie de Tommaso se han convertidos desde entonces en protagonistas de los principales teatros de ópera del mundo. El Liceu es uno de sus hogares y, además, la OBC les reúne este 11 de julio para su concierto en la playa de Sant Sebastià que, junto con el que dará Gustavo Dudamel con la Orquestra del Liceu, forma parte de la Regata Cultural previa a la Copa del América.
En esta cita popular, Sáenz y De Tommaso iban a cantar, entre otras obras, el icónico crossover Barcelona con el que Freddie Mercury y Montserrat Caballé hicieron vibrar al mundo pocos años antes de celebrarse los exitosos Juegos del 92. Sin embargo, y según anuncia el propio De Tommaso in situ, al final ha cedido el papel a un cantante pop, que no será otro que el actor, compositor y conocedor de Queen Arnau Tordera. La Vanguardia ha reunido a la pareja operística en el Saló dels Miralls del Liceu aprovechando que él estrena hoy allí Adriana Lecouvreur y que ella ha regresado a su ciudad para participar en el homenaje que el Gran Teatre y la profesión lírica le han rendido al crítico Roger Alier en el primer aniversario de su fallecimiento.
Barcelona les reúne de nuevo. ¿Qué representa esta ciudad para ustedes?
Freddie De Tommaso: Para mí es el lugar en el que me convertí en cantante profesional. Porque después de ganar el Viñas pasé de ser estudiante a tener de repente todas esas oportunidades en el gran mundo de la ópera. Y resulta curioso que, no habiendo regresado desde entonces, este 2024 haya estado en enero [en recital], en febrero [protagonizando Un ballo in maschera ], en mayo y junio [con Adriana... ], y luego en julio para el concierto en la playa. ¡Alucinante!
Serena Sáenz: ¿No habías vuelto desde entonces? ¡Vaya! Yo nací aquí, pero he de decir que para mí ha sido lo mismo, porque participamos en el Viñas el mismo año y eso me adentró en una carrera profesional. En aquel momento cogí a mi agente y todo empezó a despegar fuera de mi ciudad.
Somos jóvenes y distintos al estereotipo de cantante de ópera que tiene la gente”
La Copa del América les lleva a la playa ante miles de personas. ¿Cómo se encara ese tipo de evento cantando con la brisa del mar ante gente que en muchos casos no suele escuchar ópera?
F.T.: Lo que cantamos es tan conocido que aunque no sepan de qué ópera se trata, si oyen “Nessun dorma” [ Turandot ] o “Libiamo” [ La traviata ] lo van a reconocer. Si fuera un repertorio muy nicho dudaría, pero este les gustará.
S.S.: Me entusiasma acercar la ópera a este público que quizá no la conoce, porque no creo que nosotros encajemos en los estereotipos propios de lo que la gente ajena al sector piensa que es un cantante de ópera. Somos jóvenes y distintos. Otra generación de cantantes. Será una muy buena oportunidad para mostrar eso.
Vincular la ópera a un evento deportivo te abre a otro tipo de público”
F.T.: Es genial porque música y deporte es una buena combinación. Accedes a un segmento de público totalmente diferente al que acude al auditorio o la ópera.
¿Tienen fe en que parte de ese público se convierta en fan del género operístico?
F.T.: Totalmente.
S.S.: Por qué no. Como dice Freddie, se trata de combinar dos artes como el deporte y la música, y la gente se emociona con todo acontecimiento que le levante el espíritu. Ese es nuestro objetivo.
¿Han cantado ya juntos?
S.S.: ¡No! Y me alegro de que por fin lo hagamos.
A veces conoces a la soprano justo antes: ‘Hola, soy el tipo del que te enamoras esta noche'"
¿Y cómo se testa la energía que va haber con el o la partenaire? ¿Qué hacen: salen al escenario y el tenor ya sabe como va a ir con la soprano?
F.T.: Sí, bueno, es mi trabajo. Lo hago a todas horas. A veces tienes el lujo de contar con un mes de ensayos y llegas a conocerla. Otras, bueno, estás entre bambalinas y dices: “Hola, soy Freddie, encantado, soy el tipo del que estás enamorada esta noche, vamos allá”. Así es como funciona a veces.
S.S.: Ja ja, sí, cambiamos en un par de segundos. Eso es adrenalina.
¿Qué tienen que poner de su parte para que esa energía fluya?
S.S.: Buena pregunta. No lo sé. La emoción de tener enfrente a tal cantidad de público fuera de lo que es un teatro normal ya aporta el 80% de la energía que necesitamos para ese concierto. Porque, una vez que estás en escena, recibes la energía del público, que seguro que está en plan “¡uaaahh!”.
F.T.: A mí también me gusta cantar al aire libre y en lugares poco habituales, como la playa, junto al mar. Es genial.
Creo que hay más gente entusiasmada con la ópera en España que en Gran Bretaña”
¿Son similares los públicos de teatros de ópera? ¿Cómo es el público de la ópera en Londres comparado con el de Barcelona?
F.T.: Creo que hay más gente entusiasmada con la ópera en España. El público de ópera en Inglaterra es pequeño, bastante nicho. En España tiene mayor atractivo.
S.S.: ¿Ah, sí? Es bueno saberlo.
F.T.: Sí, en Gran Bretaña la clásica en general y más aún la ópera tiene poco público. Hay que trabajar mucho para difundirla entre los jóvenes y crear públicos.
Los robots podrán replicar nuestras voces, solo que no tienen alma, la ponemos nosotros”
¿Dirían que un arte escénico como la ópera es lo último que puede ser sustituido por la inteligencia artificial?
S.S.: Seguro que un robot también puede replicar la voz de alguien...
F.T.: Noooo, no digas eso. Nos vamos a quedar sin trabajo.
S.S.: Los robots pueden hacerlo todo, sólo que no tienen alma. Nosotros somos el alma. Eso nunca lo podrán conseguir. Por eso tengo la esperanza en que no vamos a quedarnos sin trabajo, aunque no sé de lo que será capaz esa IA.
F.T.: Imagínate: “¡Oh, sí, hemos aprendido a poner emociones en las voces de los robots!”. Qué bien.
Freddie, usted en la playa iba a cantar no solo la Novena de Beethoven y “Nessun dorma”, sino también Barcelona...
F.T.: Sí, pero esa última no la haré.
S.S.: ¡Cómo que no!
F.T.: No, la cantarás con un magnífico cantante pop. Porque es demasiado aguda para mí.
S.S.: ¡Oh!
F.T.: Me enviaron la partitura y vi que no podría hacerlo. Es más aguda que el Rossini más agudo.
Pero usted conocía la canción.
F.T.: Sí, por supuesto, pero nunca había pensado en qué clave estaba ni nada. La tesitura es demasiado elevada para mi voz. La media está, fiuuuu, en el cielo.
¿Super Mercury?
F.T.: Es que además él era un cantante pop, completamente distinto a un cantante de ópera.
¿Cree que Freddie Mercury podría haber cantado ópera?
F.T.: No, imposible.
Ustedes no habían nacido aún cuando la gente en Barcelona vibraba con esta canción. Mercury quería colaborar con Caballé y ella le puso una condición: que compusiera algo para su ciudad. Pasó casi al mismo tiempo que se anunciaba, en 1986, que Barcelona sería sede olímpica.
S.S.: Ah, yo pensaba que se había hecho para las Olimpiadas.
¿Recuerdan la primera vez que escucharon la canción?
S.S.: Yo, sí. Mis padres estuvieron en la inauguración de las Olimpiadas y lo recordaban todo. Él ya no era director de La Vanguardia pero estuvieron en todos los actos sociales previos. Y para mi madre, que le encanta la música y fue, de hecho, la que me empujó a ser cantante, la confluencia de Mercury y Montserrat fue el súmmum del súmmum. Eso en casa me lo han transmitido, crecí con ello, he visto el vídeo muchas veces y sé que es un éxito, al menos en España. No sé en el resto del mundo, pero aquí es un himno.
F.T.: Para los fans de Freddie Mercury seguro que también.
¡Qué escaparate para la ópera fue unir a la pop star que era Mercury y a la diva Caballé!”
S.S.: Y además supuso que una cantante de ópera como Montserrat Caballé se hiciera quizás más conocida en el resto de la escena no necesariamente operística. Este gran evento de unir una estrella del pop con una diva es la mayor exposición que puedes tener para este tipo de música. Es destacable hacerlo ahora de nuevo para otro evento deportivo.
¿Es consciente, Serena, de cómo va a recibir el público en la playa esta canción que va más allá de lo musical, que devuelve a las emociones de las olimpiadas? Puede que haya lágrimas, que sea una catarsis.
S.S.: Lo estaba pensando el otro día y no, no, no soy consciente. Me tengo que mentalizar. Es que no se ha hecho nunca y obviamente para mí Montserrat es un referente. Fui alumna en sus master class. Y ser la persona que lo vaya a hacer después de ella en Barcelona es una gran responsabilidad. ¡Me tendré que tomar una tila antes!
F.T.: Es interesante que siempre en momentos de emoción extrema, ya sea felicidad, tristeza, celebración... de todo tipo, la gente cuenta con la música. En una boda, todo el mundo está muy feliz y hay música. Tienes un funeral y es triste: hay música. Tienes una fiesta y todo el mundo está emocionado: hay música. Acrecienta las emociones, ya sean buenas, malas o todo a la vez. La música es importante para que la gente exteriorice la emoción y la experimente más profundamente.
S.S.: Asimismo, a través de la música podemos recordar aquellos momentos que tanto nos han impactado y que nos ponen la piel de gallina: de repente suena esa canción y con esas tres palabras todo florece de nuevo. Ese es el poder de la música...
¿Qué artista pop les gustaría que les propusiera algo parecido?
F.T.: Mmmm, no sabría decir.
S.S.: Ni idea. Mika. O Robbie Williams. Pueden llegar a grandes agudos... para un artista pop.