El alijo de cerezas de George Washington que estaba escondido bajo el suelo de Mount Vernon
Arqueología
Dos botellas de 1750 se descubrieron durante los trabajos de restauración de la mansión del primer presidente de los Estados Unidos
George Washington, el primer presidente de los Estados Unidos, vivió durante décadas en el Mount Vernon junto a su esposa Martha. La finca situada a orillas del río Potomac, en Virginia, fue construida en 1734 y ampliada en dos ocasiones antes de la muerte de uno de los padres fundadores de Estados Unidos en 1799.
La casa y sus terrenos pertenecen hoy en día al Registro Nacional de Lugares Históricos estadounidense, que ha destinado hasta 40 millones de dólares (unos 37,5 millones de euros) a su restauración. Los arqueólogos que participaban en los trabajos han realizado un hallazgo sorprendente en el sótano. Dos botellas llenas de cerezas centenarias.
Recipientes de color verde oscuro
Los recipientes de vidrio de color verde oscuro, realizados probablemente entre 1740 y 1750, estaban escondidos en el suelo de la histórica mansión, debajo de un piso de ladrillo que se colocó en la década de 1770, según ha informado en un comunicado la Asociación de Damas de Mount Vernon, que preserva y mantiene la propiedad.
Después de descubrir los botellones en posición vertical y sellados, cada uno de ellos fue retirado con cuidado y transportado al laboratorio de arqueología de Mount Vernon. Allí se determinó que eliminar el contenido líquido ayudaría a estabilizar el vidrio, que no había estado expuesto directamente a la atmósfera durante aproximadamente dos siglos.
Los investigadores decantaron su contenido (incluyendo cerezas, huesos, tallos y un "residuo pegajoso") en recipientes más pequeños con el fin de conservar el material de hace aproximadamente 250 años para análisis futuros. Los expertos creen que gran parte del líquido de color ámbar podría ser agua subterránea que se filtró a medida que los corchos se deterioraron.
"Hay cerezas enteras y reconocibles", ha explicado Jason Boroughs, arqueólogo principal de Mount Vernon. "De hecho, el líquido aún conservaba el aroma característico de las flores de cerezo, familiar para los residentes de la región durante la temporada de primavera", añade.
Las cerezas probablemente fueron cosechadas en las plantaciones de Mount Vernon en la década de 1770, posiblemente antes de la Guerra de Independencia de Estados Unidos, y se guardaron para su consumo futuro, enterrándolas en algún momento entre 1758 y 1776, dicen los arqueólogos.
Durante la época colonial, existía una bebida popular conocida como Cherry Bounce que se elaboraba con brandy, especias, azúcar y jugo de cereza. Tanto George Washington como su esposa Martha eran fanáticos de esta receta. Pero este licor normalmente se almacenaba en recipientes más grandes que los recién descubiertos, por lo que los expertos concluyen que es probable que las frutas se conservaran para otros usos, como cocinar u hornear.
"Hay relatos del siglo XVIII que hablan de formas adecuadas de conservar frutas y verduras", dijo Boroughs. "Una de las medidas más comunes, especialmente para las bayas, es secarlas tanto como sea posible, ponerlas en una botella seca, taparla con corcho y luego enterrarlas", añade.
Las cerezas seguramente fueron recogidas por alguno de los cientos de esclavos que vivían en Mount Vernon. Esta no es la primera vez que se encuentran en Virginia recipientes similares que contienen frutas centenarias. En 1966 se desenterraron unas botellas en Williamsburg y, en 1981, se encontraron otras en Monticello, la finca de Thomas Jefferson.
Botellas intactas
“No solo recuperamos botellas intactas y selladas, sino que también contenían material orgánico que puede brindarnos información valiosa sobre la vida en Mount Vernon en el siglo XVIII. Estos recipientes tienen el potencial de enriquecer la narrativa histórica y estamos entusiasmados de que se analice el contenido para poder compartir este descubrimiento”, concluye Jason Boroughs.
La mansión, construida inicialmente como residencia privada, es ahora un monumento público visitado por miles de personas diariamente, lo que se traduce en un flujo de tráfico mucho mayor en la casa de lo que los Washington podrían haber imaginado. Ese aumento de visitas ha provocado desgaste y tensión en la estructura del edificio.
Algunas de las primeras intervenciones realizadas en la vivienda fueron reparaciones “localizadas” destinadas a resolver problemas específicos. El proyecto actual, sin embargo, pretende reparar de secciones de la estructura y mampostería, diseñar e instalar un nuevo sistema de calefacción/ventilación/aire acondicionado de última generación y mejorar el drenaje dentro y alrededor del sótano.