Una imagen de 'El amor de Andrea'
Hace ya bastantes años, Manuel Martín Cuenca oyó la historia de una niña que había demandado a su padre porque el hombre incumplía el acuerdo de separación y nunca iba a ver a sus hijos. La pequeña quería que el hombre fuera a visitarla. Martín Cuenca siempre supo que allí había una película, pero dejó pasar el tiempo hasta que llegó el confinamiento y vio el momento de ahondar en el asunto. Llamó a Lola Mayo y entre los dos escribieron el guion de la emotiva El amor de Andrea, que participa en la sección oficial de la Seminci.
El director de cine Manuel Martín Cuenca, en la Seminci
Andrea es una adolescente gaditana de 15 años que vive con su madre y sus dos hermanos pequeños, Tomás y Fidel. La chica se ocupa de llevar al colegio a los niños, de recogerlos, de hacer los deberes con ellos, dales la cena y ponerlos a dormir. Su madre trabaja hasta tarde. De su padre no sabe nada. El hombre los dejó hace tiempo. Ahora vive con otra familia y, aunque en la separación se pactó un régimen de visitas, él nunca va a ver a sus hijos.
"Creo que mi padre no nos quiere", le confiesa Andrea a su mejor amigo. "¿Cómo no os va a querer si es vuestro padre?", le contesta el muchacho. Animada por esa idea y no sin dificultad, la niña emprende acciones legales contra su progenitor con el fin de obligarle a que cumpla con lo establecido en el convenio de divorcio. ¿Hay padres que no quieren a sus hijos? "Hay padres, y también madres, que no quieren a sus hijos. Incluso los hay que aparentan quererlos, pero no pueden o no saben. Eso es lo que la pasa al padre de Andrea, que no es violento, ni maltratador, ni parece mala persona, pero es incapaz de establecer un vínculo afectivo con sus niños", explica Martín Cuenca en una entrevista con La Vanguardia a su paso por el Festival de Valladolid.
Lee también"Una coordinadora de intimidad velaba para que nadie estuviera incómodo en las escenas de sexo"
Para el cineasta, "la familia del apellido, la que consta en el DNI, no significa nada. La idea de que los padres tienen un amor incondicional por sus hijos es puramente social pues eso no siempre es así. Lo que plantea El amor de Andrea es que no vale la pena demandar el afecto de alguien que no te lo quiere dar y también que la verdadera familia está entre la gente que te quiere de verdad más allá de lo biológico".
Lee tambiénAgnieszka Holland: “Israel y Palestina solo comparten el odio y el miedo”
Martín Cuenca es almeriense y optó por Cádiz como escenario de la película porque quiere "potenciar lo andaluz" y porque "la ciudad se convierte en una de las protagonistas del filme" junto a los niños Lupe Mateo Barredo (Andrea), Fidel Sierra (Fidel) y Cayetano Rodríguez (Tomás). El director realizó un cásting de más de un año de duración en busca de los intérpretes ideales: "Vi todas las pruebas, más de 5.000, para elegir a los actores y después trabajé mucho con ellos el origen de los personajes, los vínculos entre ellos y la separación del padre en ejercicios de improvisación que han sido muy útiles para el resultado final de la película".
Lee tambiénDaniel Brühl: “El rodaje fue muy duro, pero no me quejo, los mineros viven mucho peor”
Dicen que los directores que trabajan con niños y animales suelen meterse en un jardín indeseado, pero para Martín Cuenca, que acaba de ser padre, los niños de El amor de Andrea no fueron una complicación sino todo lo contrario: "Nunca había trabajado con niños, pero en este rodaje descubrí dos cosas, que me encanta jugar con ellos y que tengo paciencia. Fue muy bonito", concluye el realizador.
Lo que plantea 'El amor de Andrea' es que no vale la pena demandar el afecto de alguien que no te lo quiere dar"