J.A. Bayona: "Hoy el mercado no permite rodar en español una película de presupuesto medio de Hollywood"
Festival de Sitges
El director barcelonés recibe el Premio Máquina del Tiempo en Sitges, donde presenta 'La sociedad de la nieve'
Juan Antonio Bayona (Barcelona, 1975) asistió por primera vez al Festival de Sitges con 16 años. Allí presentó en 2007 su ópera prima de terror El orfanato, que causó sensación en todo el mundo y dio a conocer a aquel joven que previamente había trabajado dirigiendo videoclips para Camela y OBK.
Después de otros éxitos como Lo imposible, Un monstruo viene a verme o su "aventura americana" con Jurassic World: El reino caído y dirigiendo algunos capítulos de las series Penny Dreadful y El señor de los anillos, el realizador recala en el certamen de cine fantástico para presentar su nuevo trabajo, La sociedad de la nieve, elegida para representar a España en los Oscar, y recoger esta noche en el Auditori del hotel Melià el Premio Màquina del Temps. "El festival de Sitges es muy especial porque la distancia que hay entre el escenario y el patio de butacas es muy borrosa y es fácil ver a directores que admiras en el patio de butacas viendo películas. Me siento un poco como el día que presenté mi primera película en la que vi a muchos directores recibir una Máquina del Tiempo y ahora soy yo. Se me hace por un lado muy extraño y por otro me hace mucha ilusión", ha afirmado Bayona en una rueda de prensa para la que había mucha gente haciendo cola.
En La sociedad de la nieve, que aborda la tragedia aérea de los Andes de 1972, en el que los 16 supervivientes de un equipo de rugby uruguayos tuvieron que comer carne humana del resto de fallecidos para sobrevivir en situaciones extremas, el director comenta que huyó del tema del canibalismo porque "no fue eso lo que me impactó cuando leí el libro de Pablo Vierci" en el que se basa el filme. "Al contrario que Viven, que se escribió un año después de la tragedia, el de Vierci se hizo 40 años después y allí está el poso del tiempo que ha pasado. Y hay algo como filosófico, espiritual y psicológico del libro que me impacta. Y lo grande que es esta historia. El acercamiento que tuvimos en el rodaje fue casi como rodar un documental y la intención fue siempre no dulcificar la historia".
El acercamiento que tuvimos en el rodaje fue casi como rodar un documental y la intención fue siempre no dulcificar la historia
El director cuenta que "se rodó todo" y era importante que "los actores pasaran por todo" y luego en el montaje todo encontró la forma correcta. "Lo que tenía que ver con lo más gráfico te sacaba de la película", añade Bayona. "A lo largo de 72 días ellos pudieron acostumbrarse a hacer de algo escabroso algo anecdótico. Es imposible que en dos horas de película eso se convierta en algo rutinario. Entonces optamos siempre por respetar la intimidad de los fallecidos y no entrar en lo gráfico". Pese a que los supervivientes, jóvenes de entre 17 y 25 años, eran muy religiosos, Bayona incide en que le interesaba mostrar una lectura más espiritual de los hechos, sobre todo en la situación en la que regresan. "El mundo les recibe como héroes, con esa figura de milagro muy presente, y ellos venían de comerse los cuerpos de sus amigos y pasar 72 días en temperaturas bajo cero y viviendo en la miseria".
El director explica que ha querido rodar el accidente de avión sin buscar la espectacularidad, decantándose por "la experiencia inmersiva" para "estar allí con ellos", rodeados de montañas blancas y sin saber lo que pasaba. También optó por buscar algo físico y real, con el impacto del choque, donde todo vuela por los aires. Y recuerda una frase que dijo uno de los supervivientes: "Aprendimos a palazos".
Cuando se reunió con los supervivientes tuvo la sensación de que querían que la película se hiciera más incluso que él y cree que una de las razones puede ser que en esta versión también se otorga "voz a los muertos".
En el pase para las familias de los supervivientes y fallecidos en el siniestro, Bayona cita el proceso de inmersión, la empatía y el hecho de encontrar la verdad como bases para que " mucha gente tras 50 años entendiera al otro. De alguna forma, ahora eso se ha equilibrado". "Tuvieron acceso a meterse en ese avión, vivir lo que ellos vivieron y entender lo que ellos pasaron para poder aceptarlo". Por eso, sostiene que ese primer pase supuso "un momento de curación, casi terapéutico". Y recalca que "siempre he defendido el cine fantástico como una manera más verdadera de contar la realidad".
Siempre he defendido el cine fantástico como una manera más verdadera de contar la realidad
La sociedad de la nieve se estrenará en cines en diciembre y el 4 de enero estará disponible en Netflix, la plataforma que financió este proyecto que se ha gestado durante más de una década. "Yo nunca he hecho nada pensando en la pequeña pantalla, incluso cuando he trabajado para la pequeña pantalla. Desde un principio la película tuvo una explotación cinematográfica planteada sobre la mesa, es algo que nunca se cuestionó", expone el director, para el que era imprescindible que esta obra se rodara "en español y con actores locales y desconocidos por su contexto social y cultural y porque ya se había contado en inglés" con ¡Viven! (Frank Marshall, 1993).
Se trata de una película de presupuesto medio "y el mercado en el que vivimos hoy en día no permite rodar películas de presupuesto medio en Hollywood en español", lamenta. Bayona esperaba poder encontrar financiación para el proyecto y que se rodara para ventanas de exhibición convencionales, pero esas ventanas no lo permitían "porque el público no va a ver películas en español a los cines. No se pueden financiar estas películas y es una pena, pero 10 años después ha sido Netflix quien ha permitido que se pudiera hacer".
Sandra Hermida, coproductora de la película, ha recordado que el proceso de casting fue muy largo, hecho en pandemia y online prácticamente. Y Bayona se ha referido a la cohesión, a ese vínculo que se creó entre esos chavales desde un principio, ya que estuvieron juntos 20 días aislados en un hotel guardando cuarentena. "Después, súmale los dos meses de ensayo y más de cien días de rodaje".