Los poetas del patio
Tinta Fresca
La Bella Varsovia organiza un recital en la terraza de la oficina, y una jornada en el festival Poesia i +
¿Tienes una terraza que no aprovechas mucho? ¿Qué puedes hacer? Elena Martín, del sello de poesía La Bella Varsovia –hoy integrado en Anagrama–, tuvo una idea: un festival. Se puso manos a la obra y al poco tenían nombre, cartel y colaboradores, porque no se trataba de montárselo solos.
Así, el miércoles se celebró Brillante Diosa –en la sede de Anagrama en la calle Pau Claris–, también con las editoriales Ultramarinos y Documents Documenta, con las reservas para asistir agotadas en pocos días. En el cartel, sin embargo, tiene cambios de última hora: Luna Miguel y Pol Guasch no pueden estar y se apunta Lluís Ruiz, editor tanto en Documents Documenta como en Anagrama.
Anagrama y La Bella Varsovia se inventan un festival de poesía para abrir su terraza a los lectores
“¡Ficción, brillante Diosa! Rasga el velo / que al poeta prestaste, / y aléjate callada”, versos de inicio de la Oda de Emilia Pardo Bazán que sirven para dar título al acontecimiento y que para empezar recita Elena Medel, directora de La Bella Varsovia y maestra de ceremonias. Como los poetas que recitarán, el público tira a joven –relativamente joven, que la percepción de la edad de los demás pasa por la de uno mismo– y femenino, además de gente de la casa, como la editora Silvia Sesé o la directora general, Eva Congil.
Considerando que son seis participantes, las lecturas son breves y ágiles. “En los bordes de algo que termina”, dice Claudia González Caparrós, pero apenas empieza el recital. Lluís Ruiz hace de rapsoda sustituto y, generoso, lee poemas de Guim Valls, Maria Sevilla y Enric Casasses. Unai Velasco –autor en La Bella Varsovia y editor en Ultramarinos– recita que “anochecía al este de la isla”, pero no, en la isla poética de este patio del Eixample todavía hay luz. Blanca Llum Vidal recita el Poema de la destrucció de Guasch, seguido de la primera carta de La princesa sou Vós y un poema en que homenajea a otras poetas. Sara Torres empieza con un poema de Miguel y sigue con algunos de Ritual del baño, el libro propio con que se siente más ella misma. Gabriel Ventura cierra la velada con unos poemas inéditos que llama Aranyes, y que lo llevan a “imaginar el punt més allunyat de nosaltres”. Aún queda un rato por aprovechar el patio.
El jueves habríamos podido ir al palacete de la Fundación Julio Muñoz Ramonet, donde Club Editor presentaba su nueva edición de Jardí vora el mar de Mercè Rodoreda, donde el agua se puso de acuerdo para acercarse por arriba y por debajo: primero la lluvia y después los aspersores, pero no silenció las palabras de Toni Sala y Maria-Arboç Terrades.
El festival Poesia i +, que empezó a finales de junio y acaba mañana, se extiende por todo el Maresme, y este jueves era un día cargado centrado en Caldes d’Estrac (también se celebra en Sant Pol de Mar, Mataró, Teià, Sant Andreu de Llavaneres, Dosrius, Alella, Arenys de Mar y Sant Vicenç de Montalt). Primero, en la Fundació Palau, Carme Castells, Joana Serra y Victòria Parra, de la Fundación Mallorca Literària, inauguran la exposición L’únic real és veure. Blai Bonet i l’art, centrada en la relación del poeta mallorquín con la pintura y con la fotografía, pero también se explora su propia producción con algunas de sus láminas. Después Pau Vadell y Jaume C. Pons Alorda recitan poemas y brindamos con vino Blai Bonet de las viñas Son Alegre. Entre el público, Perejaume escucha atento.
Vamos a continuación a la Sala Cultural, a cinco minutos, acompañados por la directora de la fundación, Anna Maluquer, y el director del festival, Eduard Escoffet. En escena, Anatomia d’un desig, de Fèlix Pons, con Melisa Fernández, Marc Tarrida i Jordi Busquets a partir de la vida de Picasso y Dora Maar.
Por la noche, en el parque de Can Muntanyà, sobre la fundación, un programa doble e intenso. Para empezar, Blanca Haddad y el Blood Quartet (Kike Bela, Lluís Rueda, Adri Cubells y el mítico Mark Cunningham) con un recital intenso y paroxístico, con Haddad en trance recitando, gritando y bailando con móvil en mano jugando y criticando la dependencia tecnológica entre selfie real y falsa selfie.
En diálogo y contraste, para cerrar la noche, Xavi Lloses y Josep Pedrals celebrando los 25 años del segundo dedicándose a la poesía. 25 y +, de hecho. Con un público entregado, entre los que estaban Pep Blay, Míriam Reyes, Maria Escalas, Toni Mañach, Ester Andorrà o Ignasi Pàmies.
Pedrals recordó sus inicios como poeta ya en el patio del colegio, y construyó una antología cabaretera recitando, cantando, tocando el clarinete, haciendo reír a su público hablando de Luca M. Rota, Quim Porta y Anna Tirant –vuelvan a leer estos nombres, en catalán– y demostrando que sí, que la poesía sirve para vivir, también cuando se ha acabado la hora del patio.