Los Oscars de la diferencia

Los Oscars de la diferencia
Itzíar Castro Actriz

Ayer mientras en Hollywood se celebraban los Oscar llenos de diversidad, con la presencia de muchos hispanos, como Ana de Armas nominada a mejor actriz protagonista, Darín con Argentina 1985,  Guillermo del Toro ganador con su Pinocho, Antonio Banderas, Salma Hayek y Pedro Pascal, o el reconocimiento a los olvidados, como Brendan Fraser triunfando con sobrepeso, o a mujeres de más de 60 como Jamie Lee Curtis o Michelle Yeoh, la primera mujer asiática en ganar el Óscar como protagonista con una película que es una oda a lo raro y a lo diferente, Rihanna y el black power, músicos cantando en hindi, el feminista mensaje de Sarah Polley y la parte inclusiva de la mano de Troy Kotsur entregando premio en lengua de signos junto a Ariadna DeBose que siempre reivindica a las mujeres afrodescendientes y al colectivo LGTBIQ+, en Wadsworth (Ohio) un grupo de neonazis gritaban e increpaban a la gente que se acercaba a ver un espectáculo de drag queens.

La cantante Rihanna, izquierda, y la modelo Ashley Graham, a su llegada al teatro Dolby, donde se celebran los Oscar, en Los Ángeles

La cantante Rihanna, izquierda, y la modelo Ashley Graham, a su llegada al teatro Dolby, donde se celebran los Oscar, en Los Ángeles

JOHN LOCHER / LA PRESSA

Esto demuestra que el arte sirve para apoyar a las diferencias, pero que no todos están dispuestos a ello, el miedo a quedar relegados de su altar de poder, como los jóvenes neonazis o la señora que insultaba a los trabajadores de una cafetería en el centro de Estados Unidos, porque tenían la televisión en español, al grito de 'estáis en mi país y aquí se habla inglés', me hace reflexionar.

Creo en el cine como motor de cambio, tal vez alguno de los chicos neonazis que hoy gritan, verán la peli y, como el protagonista, creerán que eso es inhumano y cambiarán"

Su miedo en vez de hacer que se callen, piensen y aprendan, les hace atacar, mandando mensajes de odio provocando miedo a los demás. Lo peor de todo, es que muchos, se sumaran a sus gritos, como en la película American History X y entonces vuelvo a creer en el cine como motor de cambio, y pienso que tal vez alguno de estos chicos, que hoy gritan, verán la peli y, como el protagonista, creerán que eso es inhumano, cambiarán y dejarán el odio para mejorar el mundo.

O tal vez no, pero por lo menos, esa y otras películas, como las de ayer en los Oscar, quedarán para la historia y puede que algún día cambien conciencias.

Viva la magia del cine.

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