Darín brilla como el fiscal que encerró a Videla y se postula como candidato a mejor actor
Festival de Venecia
Encendido aplauso para ‘Argentina, 1985’, de Santiago Mitre, que relata el juicio a la dictadura militar
“Me ataron las manos a la espalda y me metieron en el coche. Yo les decía que mi hija iba a nacer, pero ellos se reían. La bebé llegó y estaba viva, aunque era muy pequeña, pero no me desataron. Paramos en una cantina, me hicieron bajar y me dijeron que tenía que barrer y fregar todas las mesas encuerada si quería ver a mi hija. Seguían riéndose”.
Es uno de los testimonios de las miles de victimas de la dictadura militar argentina capitaneada por Jorge Rafael Videla que entre 1976 y 1983 asesinó, torturó, secuestró, robó niños recién nacidos e hizo desaparecer a miles de personas. Argentina recuperó la democracia en 1983 con la presidencia de Raúl Alfonsín. Todo el país dio por hecho que los componentes de esa junta del terror se irían de rositas, pues se decidió que los juzgaría un tribunal militar.
La inteligencia del guion radica en haber incluido una buena dosis de humor pese al horror de los hechos
El fiscal civil Julio César Strassera también estaba convencido de que contra Videla y los suyos no había nada que hacer. Así arranca Argentina, 1985 , la última película de Santiago Mitre, que recibió ayer un aplauso inequívoco tras su pase por la sección oficial de la Mostra de Venecia.
Darín brilla convertido en Strassera, quien, cuando se decide que sea un tribunal civil el que juzgue a los militares, intenta que no le caiga el marrón de llevar la acusación. Pero el marrón le cae. Gracias a la inesperada ayuda de otro joven fiscal, Luis Moreno Ocampo, interpretado por Peter Lanzani, y a un grupo de abogados recién salidos de la facultad, Strassera consigue reunir pruebas y testimonios en un tiempo récord y presentar en el juicio una sólida acusación.
No es la primera vez que el cine argentino recuerda esa terrible dictadura, pero Mitre ha sabido darle una vuelta a la narración de unos hechos tan duros al incluir en los diálogos de Argentina, 1985 un punto humorístico. “El auténtico fiscal Strassera era un tipo con un gran sentido del humor que contagió a todo su equipo para protegerlo del horror que estaban investigando, así que incorporamos ese elemento a la película”, explicó ayer Mitre en una rueda de prensa posterior a la proyección de la película.
Y gracias a esas bromas, que en algunos momentos despiertan verdaderas carcajadas, el director de Argentina, 1985 protege también al espectador de una realidad tan cruel que resulta difícil de digerir. Una realidad que, sin embargo, “debe darse a conocer, porque sirve para que los argentinos y también el resto del mundo comprendan la importancia de recuperar la dignidad y la necesidad de mirar hacia delante con la justicia y la verdad”, añadió Darín cuyo nombre suena desde ayer con fuerza para llevarse la Coppa Volpi a la mejor interpretación masculina.
La Mostra avanza con otros títulos que no han despertado tanto interés. Luca Guadagnino presentó una cinta de terror algo gore, Bones & All , en la que repite con Timothée Chalamet como protagonista, pero que carece del encanto de su anterior trabajo juntos, Call me by your name . Y Romain Gavras plantea en Athena la posibilidad de que la brutalidad policial contra la comunidad argelina desencadene una guerra civil en Francia.