Gaspar Noé lleva tiempo en el top de los directores más arriesgados y provocadores del panorama cinematográfico actual. Títulos plagados de violencia, drogas o sexo explícito como Irreversible, Love o Clímax han otorgado al realizador y guionista franco-argentino de 58 años la etiqueta de 'enfant terrible' que ahora borra de un plumazo con su nuevo trabajo. Vortex es un drama desgarrador sobre el ocaso de una pareja de ancianos interpretada por Dario Argento y Françoise Lebrun -ella psiquiatra, él crítico de cine-, filmada en pantalla partida y, a la postre, convertida en su obra más personal y accesible. Ganó el premio a la mejor película de la sección Zabaltegi-Tabakalera en la pasada edición del festival de San Sebastián y este viernes 29 de julio llega a los cines de la mano de Filmin y Elastica.
Vortex no tiene nada que ver con sus anteriores trabajos. ¿De dónde surge la historia y por qué quiso llevarla al cine?
Es la película más realista que he hecho. Una historia banal de la vida. Mi primer largometraje, que filmé con 25 años, se llamaba Solo contra todos y en él había un personaje de 55 años. En Vortex he querido volver a ese tipo de cine y también está ligado a experiencias de mi vida personal. Mi madre era la persona más intelectual del mundo y perdió la cabeza. Mi padre la estuvo protegiendo y después ella falleció. También en 2020 murieron dos personas muy cercanas y por eso me dieron ganas de hacer una película con gente mayor. En tiempos de Covid todo el mundo me preguntaba si tenía algún proyecto que pudiera hacer con dos o tres personajes en un lugar cerrado y vi el momento de hacer esta película sobre una pareja al borde del precipicio que trata de sobrevivir como puede. Y para mi una pareja normal es una pareja de intelectuales de izquierda (risas).
Dario Argento y Françoise Lebrun, un matrimonio en declive
Habla de la brutalidad del Alzheimer, una enfermedad que golpea a la psiquiatra que interpreta Françoise Lebrun
Me recuerda mucho a mi madre o a mi abuela, que también perdió la cabeza antes de fallecer. Hay muchas situaciones de la película que viví en carne propia y otras a través de otras personas. Tenía la idea de hacer un falso documental sobre la vida con elementos que uno conoce y después hay un concepto fílmico de hacer la película con la pantalla dividida que ya había utilizado en Lux Aeterna y me pareció que era un buen principio para toda la película seguir la vida del hombre y la mujer de forma separada. Son como dos vidas entrelazadas y superpuestas pero independientes al mismo tiempo.
¿Siempre tuvo en mente a Argento y Lebrun como protagonistas?
El guion se me ocurrió a finales de enero de 2021. Estaba de vacaciones en Buenos Aires con mi padre, que tiene 89 años, y pasó la Covid y le dije que tenía que volver a París porque tenía una idea para hacer una película y me preguntó si era sobre la vida de él y mi madre y le dije que estaba inspirada pero que él no sería el personaje. A Françoise la había conocido hace un tiempo y la llamé para ver si estaba libre y le interesaba hacer la película. Le sorprendió que no tuviera guion. Tenía tan solo diez páginas escritas y también me enteré que Dario Argento estaba preparando una película como director pero que se pospuso por el confinamiento. Fui a Roma y le convencí, pero me pidió una condición: que su personaje tuviera una amante. Me divertía proponerle a cada uno de los actores y no actores de la película que inventaran lo que les diera la gana para hacer una película de manera colectiva.
Me divertía proponerle a cada uno de los actores y no actores de la película que inventaran lo que les diera la gana para hacer una película de manera colectiva
¿Entonces, les dio unas instrucciones y se dejaron llevar?
Se dejaron llevar sabiendo de qué iba la película y la relación entre los personajes. Cuando haces un trabajo conjunto con gente inteligente suele salir bien. En principio nos iba a llevar 20 días y la filmamos en 25.
En la película plasma su amor por el cine a través del personaje de Dario
Cuando hablé con él le dije que el personaje no tenía una profesión particular y que podía ser lo que quisiera: periodista, político, científico... Pero antes de ser director, Dario fue crítico de cine y eligió ese oficio para su personaje. He tenido una suerte tremenda de que él y Françoise aceptasen participar en la película.
En la escena del comienzo la pareja de ancianos brinda y dice que 'La vida es un gran sueño'. ¿El cine es también un gran sueño para usted?
La vida es un sueño, sí. A veces, uno se va de su propia ciudad y llega a un hotel y a la mañana siguiente se despierta y no sabe qué es el espacio a su alrededor ni quién es.
Una imagen de la película
Se ha ganado fama de polémico con sus películas. ¿Se identifica con esa etiqueta de provocador? ¿Le gusta incomodar al espectador con sus historias?
A Fassbinder no sé si le trataban de provocador o no, o a Eloy de la Iglesia o a Buñuel, gente que se divertía haciendo películas que tenía ganas de ver. Y también como los magos, a veces uno tiene ganas de asustar a la gente. Y asustar no es dañar a la gente. Siempre hago las películas que me gusta ver en una pantalla. Eso no es provocar. Cuando era niño mi madre me llevaba a ver películas de Fassbinder y Pasolini. Para mi el cine es un medio de comunicación muy ritual con muchos artificios. Siempre entendí que la gente que se mata en la pantalla está simulando una muerte y cuando la gente folla, generalmente también lo simula. Es un juego de representación, no hay nada muy provocador en ello.
Con la escena de violación a Monica Bellucci en Irreversible provocó una gran indignación y la mayor espantada en el festival de Cannes...
A la gente le gusta gritar. Si uno quiere ser malo hay que saber cortar cuerpos en dos (risas).
Siempre hago las películas que me gusta ver en una pantalla. Eso no es provocar
¿Cuando hace películas piensa si le van a gustar o no al espectador?
Siempre te quieres divertir con los espectadores como te gusta que otros directores se diviertan contigo. Si a mi alguien logra hacerme llorar, reír o ponerme cachondo en una sala oscura, se lo agradezco. Pero es difícil.
¿Qué cree que va a sentir el espectador con Vortex?
Mucha gente me dice que es la película más concreta y la más dura que hice hasta hoy y quizás es mi primer largometraje apto para todo el público. Lo que vehicula la película es sobre todo la inutilidad de la experiencia humana. De hecho, la pareja tiene un hijo que es socialmente inútil, solo piensa en drogarse. Habla de la inutilidad del ego humano.
Los ancianos protagonistas
¿Qué opina de la crisis de las salas de cine?
La pandemia aceleró una situación que ya se estaba preparando y es que la gente cada vez consume más audiovisual en sus casas. Vas a ver una película comercial y los adolescentes están todos pendientes del móvil. Los quioscos están desapareciendo , la prensa escrita pasa por internet... el cine va a seguir existiendo en las salas, pero la sala de cine se convertirá en algo burgués.