"Quiero irme sin hacer ruido No quiero anuncios públicos, ni velatorios, ni nada. Vine al mundo y no se enteró nadie, así que deseo lo mismo cuando me vaya". Es lo que dejó dicho antes de morir la mezzosoprano Teresa Berganza. Y escogió para su adiós una pieza determinada: el Addio de Rossini interpretado por ella misma cantando, en plenitud de su coloratura.
Su hija Cecilia Lavilla, también soprano, ha difundido este viernes un comunicado con estas últimas voluntades. Toda la familia respeta su deseo, de manera que "su homenaje será recordarla en toda su plenitud y seguir disfrutando de ella a través de sus interpretaciones para recordarla siempre".
Y junto a estas palabras, la familia ha enviado un vídeo en el que mientras se suceden imágenes de sus actuaciones a lo largo de su vida, se la escucha a ella cantando el Addio de Rossini, un compositor que fue capital en el lanzamiento mundial de su fama. La madrileña nacida en 1933 ha fallecido a los 89 años.