El despertar sexual no tiene edad. Clara es una mujer de 40 años que vive en una aldea recóndita de Costa Rica, padece dolores de espalda y está subyugada a los dictados de su madre. Clara, que sufre también un leve autismo, parece tener un poder sanador que ejerce a través de la fe en la Virgen María. Clara nunca ha tenido amoríos, pero cuando llega a casa el novio de su sobrina empieza a interesarse por el sexo. Ese interés horroriza a su madre, que le pone chili picante en las manos para evitar que se toque.
Clara Sola , la ópera prima de la directora sueco-costarricense Nathalie Álvarez Mesén, ha arrancado con muy buen pie: estuvo en Cannes y en la Seminci de Valladolid, logró una nominación a los premios Platino y ahora, tras obtener el aplauso de la crítica, ha pasado por el Festival D’A de Barcelona.
“La protagonista logra quemar puentes porque no tiene vergüenza ni de su cuerpo ni de su deseo”
“Latinoamérica es muy católica y eso comporta vivir con unas normas muy patriarcales y anticuadas, la mujer tiene que sufrir, ser virgen y sumisa. A Clara le imponen todas esas cosas e incluso más y ella se libera gracias a la sexualidad y a la naturaleza”, explica Álvarez en una entrevista con La Vanguardia.
Clara pone nombres secretos a las personas que conoce. También tiene un nombre secreto para sí misma: sola. Sin embargo, Álvarez no ve en la soledad de su protagonista algo traumático: “El catolicismo también conlleva vivir en comunidad y eso es importante, pero a veces romper todas esas normas implica quedarse solo y, aunque la soledad tiene una parte triste también puede servir para romper cadenas y herencias negativas, puede ser útil para quemar puentes”.
La protagonista de Clara Sola consigue quemar esos puentes, “pese a vivir en casa de una matriarca que impone normas patriarcales a través de la religión, porque no tiene vergüenza ni de su cuerpo ni de su deseo”, añade la directora de la película, que llegará a las pantallas españolas el próximo 20 de mayo.
Álvarez ha estudiado en Estados Unidos y Suecia, pero siempre quiso rodar su primera película en América Latina. No ha sido un proceso fácil. Clara Sola comenzó a gestarse en el 2015 y “se fue levantando poco a poco hasta conseguir el impulso definitivo en San Sebastián”.
Lee tambiénEl D'A presenta D'A Film Lab Barcelona, programa de impulso al nuevo talento cinematográfico
Después llegó el proceso de casting , que “fue abierto a actores profesionales y naturales”. Al final, el reparto se configuró con intérpretes carentes de experiencia, porque “encajaban mejor” con la excepción de la protagonista, Wendy Chinchilla, que “aporta el gran trabajo físico que requería el papel”.
Lee tambiénCinco joyas del cine de autor en el festival D’A
Aunque no es un filme de terror y está ambientada en la selva costarricense, Clara Sola tiene algo de Carrie (Brian De Palma, 1976), una película que Álvarez vio tras haber escrito el guion, y que comparte con su ópera prima “la existencia de una madre opresora y una protagonista que está destinada a explotar y lo hace en una fiesta. Pero Clara Sola trata más de mirarse a una misma para sanar”, concluye la realizadora.