La Fundació Miró incorpora 59 obras cedidas por la familia del artista
Depósito
Hasta el pasado agosto el conjunto estaba depositado en el Espacio Miró de la Fundación Mapfre en Madrid
La Fundació Miró enriquece sus fondos con la incorporación de 59 obras (54 de Miró y 5 de Alexander Calder) que la familia del artista ha depositado desinteresadamente por un periodo de cinco años renovables. El conjunto pertenece a la colección familiar y en los últimos cinco años había estado expuesto en el Espacio Miró de la Fundació Mapfre en Madrid. "Al concluir el convenio que tenían con ellos les propusimos que lo trajeran a Barcelona y ellos aceptaron", señala la presidenta del patronato de la Fundació Miró, Sara Puig, que agradece la generosidad del gesto, así como su "compromiso y lealtad" con el centro que creó el artista y "que se va transmitiendo de generación en generación".
La llegada de las nuevas obras a la Fundació Miró no solo refuerza su colección, ya que permitirá recorrer toda la trayectoria mironiana, sino que supone un balón de oxígeno para su economía en un momento en el que el desplome de visitantes como consecuencia de la crisis de la covid la ha privado de su principal fuente de financiación. "El depósito permite que las obras viajen, y en este momento las exposiciones itinerantes, como la que actualmente puede verse en el Museum of Art Pudong de Shanghái, son para nosotros una buena fuente de ingresos", admite Puig. De hecho, una parte de ellas ya se encuentra en la Fundación Magnani-Rocca de Parma para la exposición Miró. El color de los sueños que se inaugura este sábado.
El depósito lo forman 44 pinturas, 9 dibujos y una cerámica de Miró, además de una pintura y cuatro móviles que Alexander Calder que regaló al artista, al que le unía una estrecha amistad, y que ahora se suman a las que atesora el centro: La fuente de mercurio, El Corcovado y 4 alas, lo que lo convierte en uno de los museos españoles con más obra del creador estadounidense. En cuanto al legado de Miró, Sara Puig resalta que se trata de una aportación de especial relevancia por cuanto "revela la mirada de Miró sobre su propia obra, ya a lo largo de su trayectoria regaló una obra de todas sus series a su esposa Pilar Juncosa". En su mayor parte los cuadros están firmadas a partir de 1960, aunque también figuran obras tempranas como el pastel Bosc de Bellver que Miró realizó cuando tenía 17 años.
Puig, que anuncia asimismo la entrada del artista Ignasi Aballí en el patronato, considera que vale la pena recordar que Miró ha sido "uno de los grandes mecenas de Barcelona", que no sólo realizó una importante donación de su obra a la ciudad para la creación de un centro único en el mundo, "sino que además financió más de la mitad del coste de la construcción del edificio de Sert. Y es importante decirlo porque los ciudadanos parece que no se acuerdan o no son conscientes de ello", lamenta.
La Miró, que este verano ha empezado a recuperar el flujo de visitantes (11.785 frente a los 2.496 del 2020, lejos aún de los 33.275 del 2019), está en proceso de negociación con las Administraciones para que asuman el coste de la conservación del edificio y de la colección, valorados en 3,2 millones de euros al año. “La voluntad política existe, sólo falta la concreción”, concluye Puig