Un plan B para reactivar Barcelona

BLUES URBANO

Un plan B para reactivar Barcelona

Rethink Barcelona, Barcelona is back... Empiezan a proliferar los lemas que proclaman que Barcelona tiene un plan que compartir con el mundo. En las circunstancias actuales, no se recurre al inglés por petulancia, sino para que se sepa. Para que se extienda urbi et orbi la idea de que cuando se disipe la niebla aparecerá detrás una ciudad que tiene unos cuantos proyectos de futuro en marcha.

Es evidente que la gran apuesta del Ayuntamiento y de los sectores económicos para relanzar Barcelona a partir del verano se desdibuja. La lentitud desesperante de la vacunación y el contexto global adverso de la pandemia han jugado en contra de los eventos que iban a señalar el regreso a la normalidad.

La feria ISE seguirá esperando el momento de estrenarse, después de que Barcelona se la arrebatara a Amsterdam porque solo en la capital catalana había espacio suficiente para acogerla. El Mobile World Congress también lo ha intentado todo. Pero el goteo de deserciones de empresas participantes pone en cuestión la celebración del evento con las dimensiones (la mitad de visitantes de un año normal) que la organización había previsto en un principio.

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Las jornadas de Barcelona Tech Spirit en 2020, aún sin mascarillas 

Llibert Teixidó

En contra de Barcelona juega el que paradojicamente es su punto fuerte: la calidad de la experiencia vivida. Si las medidas sanitarias son tan estrictas que restringen al máximo el contacto humano en el ámbito ferial, la ventaja sobre el congreso virtual se desvanece. ¿Para qué asistir?, se plantean algunos visitantes habituales en la red. Hay quien estos días opina con temeridad que el MWC debería mutar y tender a hacia formatos más digitales, sin percatarse de que, de ser así, Barcelona caería cientos de puestos en el ránking mundial de ciudades candidatas a albergarlo.

Porque las ventajas de Barcelona son tan obvias que causa fatiga enumerarlas: el sol, los buenos restaurantes, la playa, la noche... incluso una industria puntera (al menos antes de la covid) de tráfico de mujeres prostituidas que lamentablemente contribuía a posicionar la ciudad en el lista de los destinos feriales clásicos. El de Barcelona sigue siendo un modelo en el que el metro cuadrado de estand cotiza más que las horas de streaming, y conviene que siga siendo así.

Promocionar el verano cultural es una buena opción para relanzar la ciudad

Aplazado hasta el próximo invierno ese efecto llamada que se esperaba gracias a las grandes ferias tradicionales, la ciudad necesita alternativas.

De entrada, el propio sector tecnológico puede tener su papel en este verano clave: el mismo MWC redimensionado o reorientado, en combinación con el ecosistema local de startups, pueden ayudar mucho a difundir esa idea de que la ciudad está de vuelta. Recordemos que en 2020, solo unas semanas después de anunciarse la cancelación del MWC, se celebró el exitoso y alternativo Barcelona Tech Spirit,

Y, junto a ello, el único atractivo distintivo que puede ofrecer la ciudad: su cultura, el talento y la creatividad retenidas durante un año de vivir a medio gas. Hay algo en el espíritu de resistencia que han mostrado estos meses quienes desde la cultura han batallado duramente con el Procicat para rebañar cuotas de normalidad que hace presagiar un estío espléndido... dentro de lo posible.

Mientras el Ayuntamiento ultima la celebración en unas semanas de un congreso con ideas para la reactivación, se podría empezar a concebir una campaña de promoción del verano cultural. Una campaña basada en los festivales de música, en las buenas exposiciones, en el teatro y la danza y quién sabe si en una noche estival de las librerías que sirva para redondear un Sant Jordi oficial que llega demasiado pronto y con poca vacuna en circulación.

Ensayos clínicos como el concierto prepandémico con mil asistentes en la sala Apolo, o el previsto para el 27 de marzo, con 5.000 espectadores en el Palau Sant Jordi –impulsado por los festivales, la promotora The Project, las autoridades sanitarias y otros agentes culturales– sitúan a Barcelona a la vanguardia de las ciudades deseosas de reactivarse a través de la música en vivo.

Si en el 2020 se primó la promoción de Catalunya como un destino amable –aquel dudoso eslogan de la Generalitat que le decía al resto de España que “Catalunya es tu casa”–, ahora deberían mandar los contenidos culturales. Talento no falta.

El equipo femenino y el Museu del Barça

El Museu del Barça (Barça Stadium Tour & Museum - The Experience) se prepara para reabrir sus puertas tras el cierre impuesto por la pandemia. Sus responsables ya han empezado a plantearse no solo esta vuelta a la normalidad, sino el museo del futuro en el marco del remodelado Camp Nou. Lo que tienen claro es que el espacio destinado al primer equipo femenino deberá ser generoso. Solo hay que ver el actual, una pared desbordada por la cantidad ingente de trofeos ganados en los últimos años, para percatarse de hasta qué punto les ha sorprendido el éxito de las futbolistas azulgrana.

Ayuda alimentaria a la cultura

Se calcula que la cultura genera ingresos por valor de 28.000 millones de euros al año en España, aproximadamente un 3% del PIB (mucho más de lo que la mayoría de administraciones destinan al sector). En 2020 los ingresos cayeron probablemente un 40%. Con esta advertencia se abre la web de la plataforma Actúa Ayuda Alimenta (AAA), que se convertirá en fundación. Mientras prosigue con su campaña de recolección de fondos para hacer llegar alimentos a personas sin ingresos del mundo de la cultura, se prepara para organizar debates sobre el futuro del sector.

'Women at work", podcast de Hey

Proliferan en los últimos tiempos los proyectos que utilizan el podcast como plataforma divulgativa. El estudio creativo Hey, radicado desde 2007 en el Poblenou, acaba de lanzar un podcast semanal, Women at work, en el que se da voz a mujeres que trabajan en el mundo de la creatividad para que expliquen su experiencia. “Queremos inspirar a las que llegan; queremos cambiar esas cosas que ya no queremos aceptar”, se afirma desde Hey, a modo de manifiesto fundacional. La primera protagonista es Melisa Terriza, experta en liderazgo femenino.

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