Las cartas entre Miquel Martí Pol y Joan Oliver revelan su enfado con el empresario Joan Cendrós

literatura

La correspondencia de los dos poetas evidencia las dificultades económicas que atravesaban

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Miquel Marti i Pol, el poeta de Roda de Ter, en el domicilio familiar 

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Estaba previsto que en febrero o marzo de 1988 se publicara la correspondencia que habían mantenido durante más de dos décadas los poetas Miquel Martí i Pol (Roda de Ter, 1929-2003) y Joan Oliver (Sabadell, 1899-1986), pero en el último momento se frenó. Martí i Pol reconoció que le daba miedo porqué el libro podía provocar sarpullidos "desde poetas a financieros, pasando por críticos, editores, políticos, pintores, etc". Han tenido que pasar 33 años para que finalmente salgan a la luz el libro Et devia una carta. Correspondència Miquel Martí i Pol - Joan Oliver, en edición de Roger Canadell (Eumo Editorial).

Durante la dictadura franquista

Martí i Pol destruyó algunas cartas cuando supo que la policía iba a registrar su casa

Por suerte las cartas se han conservado y, como señala Roger Canadell, aportan información y reflexiones "útiles y necesarias para el conocimiento y el estudio de la literatura y cultura catalanas". Los dos creadores comparten inquietudes y proyectos, pero también reflexiones sobre sus respectivas enfermedades o las dificultades económicas por las que atravesaban. En una de las cartas, Martí i Pol se justifica por el tiempo dedicado a traducciones con esta elocuencia: "Ahora, nos conviene ganar alguna pela". Y precisamente por tratarse de cartas revelan una sinceridad y en ocasiones cierta crudeza que deja en el aire si los autores de las mismas las escribieron pensando que algún día se podrían leer. En todo caso, faltan algunas, las que Joan Oliver, también conocido como Pere Quart, escribió a Martí i Pol entre 1961 y 1970 porqué cuando este último supo que la Brigada Político social iba a registrar su piso las destruyó junto a otros papeles que lo podían vincular a actividades clandestinas , ya que por entonces era militante del PSUC.

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Logotipo para conmemorar el año de Joan Oliver, conocido como Pere Quart, a los 30 años de su fallecimiento 

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En muchas de las cartas adquiere un protagonismo especial el empresario Joan Baptista Cendrós,  creador del masaje facial Floïd, fundador de Omnium Cultural y propietario de la editorial Aymà-Proa, donde trabajaba Oliver como director literario y también publicaba Martí i Pol. Tras 25 años en la empresa, Oliver exigió que fuera dado de alta en la Seguridad Social y amenazó con denunciarlo. Más adelante, chocaron por retenerle una paga y por impedirle que publicara en Edicions 62. También estaba dolido Martí i Pol, a quien le daban excusas por retrasar su antología. "Lo peor de todo -escribirá el poeta de Roda de Ter- es que esta gente representa que son los que han reconstruido Catalunya. Válgame Dios! Unos oportunistas son, que a la primera ocasión se convertirán en botiflers".

Yo no acepto ni el superrealismo de Brossa de los sonetos (...) ni las metáforas del Bartra distorsionadas hasta la incoherencia grotesca"

Joan Oliver

De los dos escritores, Joan Oliver es sin duda más pesimista, en varios momentos reconoce que está depresivo, mientras que Miquel Martí i Pol pese a sus problemas de salud se muestra siempre más conformado. Eso sí, les une cierto pesimismo sobre el futuro político de Catalunya. Y sus comentarios sobre otros escritores e intelectuales beben de ese malestar, también de un exigente listón de calidad. Oliver le dice, por ejemplo, a Martí i Pol: "Yo no acepto ni el superrealismo de Brossa de los sonetos (...) ni las metáforas del Bartra distorsionadas hasta la incoherencia grotesca. Esta poesía está bien hecha y a veces es bonitas, pero nada más. Es música barata. en cuanto a los pesebristas -un Manent, un Garcés- que cantan con buena retóricas los hayedos y las nubes de algodón...". En otra de las cartas, quizás consciente, de la dureza de sus comentarios, Oliver le comenta: "Excúsame la palabrería. pero todo esto solo te lo puedo decir a ti, Miquelet!".

De sus comentarios maliciosos tampoco escapan los políticos, especialmente los que consideran alejados del catalanismo, pero también a los que tildan de tibios, como el propio Pujol. hay diatribas también para este diario, para los snobs, para los críticos. Pero entre ambos hay una respeto y admiración mutuas Incluso cuando Martí i Pol parece pedir perdón por el boom de sus libros, Oliver le responde irónico: "Solo Verdaguer ha tenido una audiencia similar, pero el capellanet halagaba la masa de lectores unas veces con la beatería, otras con una hispanidad avant la lettre o con la mitología chauvinista de la Reconquista, etc".

Dos autores comprometidos políticamente

Las cartas son un "documento histórico, literario, sociológico"

Pero más allá de los comentarios personales, las cartas nos ponen frente a dos creadores con voluntad de hacer una poesía cívica y comprometida, popular y al mismo tiempo pedagógica, muy vinculada a su compromiso político. Constituyen, como lo reconoció el propio Martí i Pol, un "documento histórico, literario, sociológico".

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