Anna Castillo, la inolvidable protagonista de "La Llamada", navega entre "masculinidades tóxicas" en "Girasoles silvestres", la película que Jaime Rosales rueda estos días en un campin de Mataró (Barcelona) y de la que ha hablado este lunes con Efe.
Entre autocaravanas y bungalows, Jaime Rosales ensaya con Anna Castillo, Manolo Solo y Carolina Yuste una de las escenas que se ruedan hoy y en las que las dos hermanas y su padre en la ficción hablan de Alex, una de las parejas que pasan por la vida de Julia (Anna Castillo) en la película.
"Julia es una chica de la periferia de Barcelona que vive en Ciudad Meridiana y que de vez en cuando viene a ver a su hermana al campin donde vive", explica Castillo en un descanso del rodaje.
Su personaje tiene 22 años, dos hijos y cierta tendencia a escoger parejas que no le convienen, pero, sobre todo, es "una mujer joven con mucha vitalidad y muchas ganas de vivir, que lucha mucho y tira para adelante, sin ser bandera de nada", añade.
El machismo es uno de los temas que aborda la película, según la actriz: "leyendo el guión, te das cuenta que hemos normalizado muchos comportamientos que hacen daño a todos, a las mujeres que los sufren y a los hombres que los ejercen".
En otro descanso del rodaje, el director Jaime Rosales, con mascarilla y protector transparente en los ojos para evitar contagios, reconoce que el machismo es uno de los asuntos que trata el filme, pero quizás no el principal.
"Me interesan mucho las relaciones de pareja: cómo se construyen, qué hace que funcionen o que no funcionen", aclara el director de "Las horas del día" y "Petra", películas aparentemente calmadas, pero cargadas de violencia soterrada.
En esta ocasión, la intención de Rosales es "estar muy pegado al personaje y filmar desde su punto de vista", dando peso al viaje que lleva a cabo la protagonista en busca de la felicidad y la capacidad de tomar decisiones propias.
A lo largo de este viaje, Julia encuentra hombres "muy diferentes entre sí -explica-: uno de ellos es de una masculinidad ibérica clásica muy afirmada, otro tiene más componentes femeninos y hay un tercero con una masculinidad escindida, que se mueve en el duro mundo del ejército, pero es muy frágil".
Quim Àvila, Oriol Pla y Lluís Marquès interpretan a estos tres hombres, que Jaime Rosales enmarca en entornos y ciudades diferentes para marcar sus personalidades divergentes.
"De alguna manera, 'Girasoles silvestres' también es una película social, sin estereotipos, pero con temática social", apunta Manolo Solo, que da vida al padre de la protagonista: "un charnego nacido en Sevilla que llegó joven a Cataluña".
"Un electricista hippilón que ayuda a su hija en todo lo que puede, sin juzgarla -añade el actor-, un padre que ha dado a sus dos hijas un buen entorno familiar, pero que las ha tenido que criar en un entorno social con muchas carencias".
Rosales reconoce que "Girasoles silvestres" tiene un componente social que la conecta con su película "Hermosa juventud", aunque en esta ocasión no es tan marcado.
También ve conexiones con "Petra", en la que dio un paso adelante en su eterno objetivo: aunar industria y arte, y ser accesible para el publico sin perder su personalidad.
"Es un objetivo difícil -reconoce-, pero en esta película tengo más presupuesto que en las anteriores, así que espero afinar más".
De todas maneras, rodar en tiempos de covid no es fácil y las medidas de seguridad necesarias suponen sobrecostes que hay que afrontar.
"Estamos viviendo una guerra biológica, un paréntesis al que hay que sobrevivir, pero cuando pase esta anómala situación las necesidades seguirán siendo las mismas: aprender de lo humano y entender lo que nos pasa", que es lo que intenta Rosales con sus películas.