Ahora o nunca: la cultura al rescate de la Rambla
Reinventar Barcelona
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Off de una foto colectiva en el mosaico de Miró: ‘La gastrocultura de la vida’
Las Ramblas barcelonesas han constituido históricamente el gran eje cultural de la ciudad. Aún en los últimos años, con su imagen monopolizada por la gran afluencia turística, alberga a derecha e izquierda, y a su alrededor, una parte decisiva y muy simbólica de la oferta en este campo.
Los meses de confinamiento han brindado el espectáculo nuevo e insólito de unas Ramblas, primero vacías, y después poco a poco reconquistadas por el ciudadano, por el visitante local que las recorre incrédulo como esperando que en cualquier momento vuelvan a irrumpir los clásicos grupos con centenares de visitantes internacionales.
Las Ramblas con poco a poco reconquistadas por el visitante local que las recorre incrédulo
Es buen momento para replantear un debate que este diario ya ha abordado en otras ocasiones: ¿Cómo mejorar el paseo más cultural de la ciudad, y hacerlo más próximo a un público local que consideraba que lo iba perdiendo? ¿Cómo aprovechar las mejores aportaciones del turismo –y la globalización–, y a la vez consolidar la centralidad de la Rambla en el debate cultural que está en la base de la Barcelona más viva?
Los teatros, librerías, museos, centros, galerías, espacios musicales reunidos en torno a esta vía histórica –contamos con referencias rambleras que se remontan al siglo XV–, ¿qué pueden aportar a la discusión?
‘La Vanguardia’ reune en el Pla de l’Òs, sobre el mosaico de Miró, a 16 de los representantes de la Rambla cultural
Para reactivarla, La Vanguardia reunió en el Pla de l’Òs a dieciséis de sus representantes. No pudimos convocar a todos los que hubiéramos querido debido a las restricciones de la fase 1, y también por esta razón Pedro Madueño dividió a los participantes en dos grupos sobre el mosaico diseñado por Joan Miró. Todos vinieron con las correspondientes mascarillas, que solo se quitaron unos momentos para la foto.
Y a todos les hicimos esta pregunta: ¿Qué puede aportar la Rambla de la Cultura, y su espacio en concreto, a la nueva etapa de la ciudad?
Publicamos aquí una síntesis de sus respuestas. Los dos representantes institucionales, la consellera de Cultura y el teniente de alcalde de Cultura, Educación y Ciencia, fueron convocados no en base a sus cargos sino porque en ambos casos cuentan con sus espacios de trabajo en las Ramblas (el Palau Marc y el Palau de la Virreina, respectivamente).
Es como si veraneáramos en nuestro propio barrio”
“Estos días, conforme hemos ido avanzando en la llamada ‘desescalada’ la ciudad ha ido transformándose: las calles silenciosas y sin tráfico de abril se han ido poblando poco a poco de barceloneses que parecen descubrir esta sorprendente ciudad nueva, sin turistas. Nos movemos como si veraneáramos en nuestro propio barrio, con ganas de recuperar un paisaje que habíamos dejado de reconocer como nuestro y de proteger el comercio que sentimos próximo. Me atrevo a decir que la recuperación es muy desigual: sucede así en el Eixample, pero en las Ramblas, en el casco antiguo y en zonas del Raval, parece diferente. Aquí no quedaba ningún tejido comercial por recuperar; hace años fue desmantelado y sustituido por las tiendas de souvenirs y los restaurantes de falsa comida típica. Necesitamos preguntarnos con claridad ¿Qué es lo que hemos hecho con nuestro centro histórico? Sin nostalgia, debemos lograr que las Ramblas sean de nuevo la vía para acceder a una ciudad nuestra, un lugar de encuentro y reconocimiento, diverso, cosmopolita y sorprendente como siempre lo fueron para locales y visitantes. ”.
Pensar el futuro de las urbes en un mundo herido”
“La Rambla fue muralla antes que paseo y, a lo largo de su historia, ha oscilado entre ser frontera o crear ciudad. El CCCB se propone poner la ciudad en el centro: pensar el futuro de las urbes en un mundo herido, imaginar nuevas maneras de vivir juntos, reconstruir puentes y crear comunidades. Como la misma Rambla, el CCCB es un espacio enraizado y abierto al mundo, un lugar que abre, conecta y relaciona; un escenario vivo que propicia el asombro y el descubrimiento. El CCCB refuerza ahora su vínculo con el Raval con nuevos programas de mediación y, en un mundo que se cierra, se conecta con otros espacios públicos de la ciudad y teje nuevas alianzas que, desde la cultura, contribuyan a que la Rambla deje de operar como frontera y vuelva a generar mezcla y urbanidad”.
Somos un contrapeso de la degradación”
“El Liceu como institución pública y el Cercle del Liceu como privada son centros de divulgación cultural que actúan como contrapeso a la degradación actual de las Ramblas. Acciones como la restauración de la fachada y de las vidrieras de Wagner actualmente a la vista de todo el mundo son ejemplos que deberían servir de aliciente para la mejora del entorno de las Ramblas en todos los sentidos”.
Recuperar a los barceloneses que desertaron”
“La Rambla, con la plaza Reial incluida, tiene una magnífica oportunidad de recuperar a los barceloneses, que hace tiempo desertaron. La Fundación Setba cree que la cultura contribuye a la transformación social y por ello, organizamos acciones artísticas reivindicativas en el Gótico, como la acción MUSAS, retratos de mujeres que han sufrido violencia machista de la artista Marta Fàbregas, con los que hemos empapelado diversos escaparates. Arte a pie de calle”
Nuestra situación es dramática”
“Los tablaos flamencos, no solo en Barcelona, sino también en Sevilla, Madrid o Granada, además de ser un producto cultural, pertenecemos a la industria del turismo. Nuestro público en un 90 por cien es turismo internacional. Así que en estos momentos estamos en una grave crisis, que se agrava por el tipo de espectáculo que ofrecemos y la configuración de nuestras salas. Nuestros espectáculos sencillamente no pueden guardar las normas de distanciamiento. Sin embargo, los tablaos mantenemos la base del flamenco, del que dependen los artistas. Ante esta gran crisis hemos constituido una Asociación española, Anfte, en la que, por Barcelona, estamos presentes el Tablao de Carmen y nosotros”.
Que pasen cosas, y no sólo se pase por la Rambla”
“Recuperar la identidad como paseo emblemático de la ciudad, cruce de barrios, vínculo entre ciudad central y el mar, espacio de encuentro. Lugar donde se encuentran los que llegan de la ciudad y los que lo enseñan a quien no la conoce. Paseo que cambia a cada hora del día y de la noche. Reforzar la carga ciudadana quiere decir conseguir que pasen cosas de la ciudad, acontecimientos y fiestas propias de los barrios que lo rodean, y actos y acontecimientos específicos. Renovarla sin perderla. Vivirla sin convertirla en un arquetipo. Que pasen cosas, y que no solo se pase por ella. En este sentido, la Virreina ha cambiado su piel con la voluntad de hacerse más porosa, accesible y ramblera. Hemos transformado la planta baja a fin de que las salas expositivas se puedan ver desde el paseo. Y hemos inaugurado la Oficina Ciudadana de la Cultura, un espacio de apoyo y asesoramiento en el tejido cultural de la ciudad”.
Las Ramblas, Ciutat Vella, Barcelona”
“Una Rambla enferma es síntoma de una ciudad en peligro, de ahí la obligación, la necesidad, de recuperar el espacio más emblemático de la ciudad. En nuestros 38 años de vida, a través de más de 5.000 conciertos, innumerables exposiciones, lecturas poéticas, cine o cualquier forma de expresión artística, hemos interpelado a un público local que, afortunadamente, siempre ha respondido a nuestra llamada. En este momento complicado, creemos que esa apuesta de siempre cobra más sentido que nunca y nos obliga a redoblar el esfuerzo y convocar a los ciudadanos a recuperar las Ramblas, es decir, Ciutat Vella, es decir Barcelona”.
Referente de la cultura catalana”
“La Rambla de Barcelona ha sido y seguirá siendo un referente de la cultura catalana. Desde las miradas de tantos escritores, músicos y pintores a los los edificios singulares que la caracterizan, pasando por los altos plátanos que lo sombrean, la Rambla forma parte de nuestras vidas. Vamos al teatro,a la ópera, a los cafés, a visitar exposiciones. La Rambla es “una de las calles más alegres del mundo” como lo definía Narcís Oller, ya desde finales del siglo XIX. Hemos vivido confinados en casa durante largos días de COVID19, para salvar vidas. Ahora, volvemos a la Rambla, a disfrutar de este río de la vida que está en la etimología de su nombre. Desde el Departamento de Cultura en el Palau Marc, al final de la Rambla y desde el Arts Santa Mònica justo enfrente, os volvemos a dar la bienvenida a la Rambla”
Incorporar los espacios que confluyen”
“La cultura, tanto la de más alto nivel como la más popular, debe ser no solo recordada, sino también imaginada y proyectada como un medio indispensable para la regeneración de la Rambla. Si además de poner en valor lo que ya existe en este paseo inigualable, añadimos aquellos espacios que aquí confluyen, como la Plaza Reial, el Raval y el Gòtic, conseguiremos que la vida de Barcelona cobre más fuerza en la Rambla”.
Recuperar el pasado contracultural”
“La cultura debe tener un papel fundamental en la Rambla. No solo recordando su propio pasado como lugar en el que la cultura oficial se encuentra con muchos de los movimientos contraculturales que construyeron la identidad de Barcelona, sino también como un espacio en el que proyectar sueños y anhelos compartidos. En ese sentido, el papel de las instituciones como el MACBA puede ser muy relevante si, tal como está planificado, su programación y colección pueden en el futuro dialogar con los ciudadanos también en la Rambla”.
Una ventana para la Rambla distrito cultural”
“¿Qué puede hacer la Rambla por la cultura? Se tiene que visibilizar como un espacio cultural abierto, dinámico y vivo, una ventana para los teatros, museos o coliseos líricos que existen en la Rambla distrito cultural. Uno o dos quioscos se tendrían que reconvertir en espacios de información y venta de la actividad cultural. Además se tendría que cortar al tráfico algunos fines de semana y ofrecer actividad cultural de calidad y planificada. También sería importante que los locales comerciales de la Rambla estuvieran alineados con esta filosofía, y que se priorizaran establecimientos como librerías, galerías de arte, gastronomía de autor, gastronomía del mundo, tiendas de artesanía local e internacional… ¿Qué puede hacer el Liceu por la Rambla? Ofrecer una programación a la altura de sus casi 175 años de historia, y por lo tanto, unas temporadas artísticas únicas, contemporáneas y de calidad. Y trabajar haciendo de la Rambla un espacio musical y cultural en que la ciudad se la vuelve a sentir suya.”
Un agosto de música gratuita en la plaza Reial”
“Creo que lo que necesitamos en este momento es un grito de socorro a las administraciones para que las salas y espacios que hasta ahora dinamizaban la cultura tengan alguna esperanza de vida. Por lo que hace la propuesta de MasiMas y el Jamboree en concreto, ya hemos empezado con una medida de activismo cultural de primer orden, que es posicionar las Ramblas y la plaza Reial como el primer lugar de España y de Catalunya que ofrece concierto en directo en fase 2, cumpliendo escrupulosamente con las normativas… a pesar de que es una decisión absolutamente antieconómica porque es una actividad que va a pérdidas. Y ya de cara a agosto, queremos recuperar la de celebrar nuestro 60 aniversario ofreciendo durante agosto un mes de música gratuita en la plaza Reial. Pero, de nuevo, pedimos la ayuda de las administraciones, ya que el sponsor que permitía llevar a cabo el proyecto desgraciadamente ha caído y necesitamos soporte”.
Enseñar una metrópolis mediterránea”
“La cultura y una verdadera recuperación de la presente crisis son acciones inseparables. Ahora tenemos la oportunidad de convertir este paseo de fama mundial en un gran “espectáculo” presencial-virtual único, que enseñe a los barceloneses y a los visitantes como se ha hecho una metrópoli mediterránea y como siempre ha conectado con los grandes temas mundiales. El Ateneu Barcelonès, tanto por su espacio físico como por su gran densidad cultural puede aportar mucho a este macro-proyecto ciudadano”.
(Casassas es presidente del Ateneu; en la foto aparece Carles Llorens, vicepresidente de la entidad)
Nos jugamos la ciudad”
“Las ciudades casi siempre tienen un lugar que las identifica, que condensa su personalidad.El símbolo de una ciudad no acostumbra a ser el icono que algún poder construyó, sino más bien un lugar especial donde generaciones de ciudadanos han vivido momentos y hechos inolvidables. La Rambla es el nervio vital de Barcelona,¿qué ha pasado para que tantos ciudadanos de talantes tanto diferentes hayan dejado de disfrutarla?... ¿nos la hemos vendido por nada?... ¿la hemos abandonado? o, quizá, ¿nos lo han arrancado de cuajo la incuria y la grosería?..Recuperar la Rambla sin estropear su carácter no es algo antisocial, ni gentrificador. Al contrario: el paseo, el placer, la belleza, la historia y la cultura son un derecho de todos los ciudadanos. Pero esta vez hay que hacerlo bien, pues nos jugamos la ciudad”.
Ofrecer sesiones de observación astronómica”
“Lo que podría hacer la cultura por la Rambla: Minimizar la imagen degradada que actualmente tiene y recuperar su uso como espacio de relación y disfrute. Lo que la Academia hace: actualmente es la única institución que mantiene viva la llama de formación científica y cultural de este tramo que sirvió para darle nombre: la Rambla de los Estudios, dando a conocer aportaciones y actividades científicas, así como el edificio de su sede obra del arquitecto Francesc Domènec i Estapà. Lo podemos hacer en el futuro: una vez rehabilitados los pisos superiores del edificio, ofrecer cursos de divulgación científica y sesiones de observación astronómica”.
(Gerard Gomes es presidente de la entidad, en su lugar aparece en la foto Joan Jofre Torroella, vicepresidente)
Promover manifestaciones en la vía pública”
“Para recuperar unas Ramblas más humanizadas y culturales lo primero sería dar visibilidad a los espacios culturales existentes, siguiendo las pautas icónicas relacionadas con el sector del espectáculo que se utilizan en todo el mundo. Poder realizar manifestaciones en la vía pública para promocionar las actividades. Aprovechar el Palau de la Virreina como un gran centro neurálgico para obtener información de todas las acciones culturales que se realizan en Barcelona, con un gran atractivo exterior que invite a entrar a todo el mundo. También habría que recuperar el Palau Moja como un espacio dinamizador de Cultura en las Ramblas”.