La alfombra voladora
Premios Gaudí
La noche de los Gaudí y la ‘Gloria’
Triunfo de ‘La hija de un ladrón’ y ‘Els dies que vindran’ en unos premios Gaudí muy repartidos
Ayer fue la noche de los Gaudí y la Gloria. La borrasca que empezó a soplar con fuerza al mediodía en Barcelona ponía en peligro la clásica alfombra roja de las grandes ocasiones. Quizá por eso Sergi López llevaba el pelo alborotado. La alfombra no llegó a ser voladora, pero sí tenía un aire de fantasía de Las mil y una noches. Como la presentadora, Anna Moliner , que saltó del sofá de casa al escenario del Auditori del Fòrum y empezó el baile cantando con David Verdaguer.
Las estrellas de la gran pantalla de este país nuestro desfilaron con las mejores galas. La invitación así lo indicaba, y por ello los hombres, mayoritariamente, lucían chaquetas, esmóquines y combinaciones en negro. Pero había dignas excepciones, como la falda escocesa de David Matamoros, productor de El hoyo ; la chaqueta de Buffalo Bill del cineasta Albert Serra , o el estilo Manelic de Albert Pla , que deleitó al público con una de sus singulares creaciones sobre la sequía.
Como se tenía que vestir de gala y la gala era de cine, Arnau Tordera (Obeses) lucía una camiseta de Superman
Pero aún hay un par de estrellas masculinas que merecen comentario. Con una chaqueta hasta los pies de tono hueso, Enric Auquer , ganador como mejor actor secundario por Quien a hierro mata, confesaba que no estaba nervioso, pues ya se había fogueado con los premios Feroz y Forqué. Parecía Matrix en positivo, pero me dijo que iba de Dumbledore. Este mozo, si se lo propone, puede hacer los papeles que quiera. El otro era Arnau Tordera, el líder de Obeses, que como la invitación decía que era de gala y la gala era de cine, se puso una camiseta de Superman.
Con respecto al vestuario femenino, vestidos cortos, vestidos largos, vestidos posibles y vestidos imposibles dieron el toque de distinción necesario a cualquier festival de cine de categoría. Hacía sufrir la encantadora Maria Molins , que iba un poco justa de falda cuando caminaba, pero me enseñó que en la bolsa llevaba los zapatos altos, rojos, que son los que se pondría a la hora de dar los premios, tres, con Gerard Quintana, hecho un brazo de mar del Empordà.
A pesar de las reivindicaciones feministas de la presentadora, el palmarés en las categorías generales fue sobre todo masculino, aunque los nombramientos habían sido paritarios. El momento más emotivo fue el del Gaudí de Honor a Francesc Betriu , el director de La plaça del Diamant y Sinatra.
Y el momento más reivindicativo, como en cada edición, el del discurso de la presidenta de la Acadèmia del Cinema Català, Isona Passola , pidiendo dinero al flamante ministro de Cultura, José Manuel Rodríguez Uribes , para las otras lenguas oficiales del Estado; y también al presidente del Parlament, Roger Torrent; la consellera de Cultura, Mariàngela Vilallonga , y la consellera de Presidència, Meritxell Budó ; así como a la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, y Joan Subirats, Ernest Maragall y Elsa Artadi . A ver si entre tantos cargos y tanto glamur la cultura sale de una vez por todas del pozo