Patricia Wulf, la mezzosoprano que se ha atrevido a denunciar a Plácido Domingo
Escándalo sexual
De las nueve denunciantes, una bailarina y el resto cantantes de ópera, únicamente ella ha querido salir del anonimato
El mundo de la ópera se ha levantado este martes con el escándalo que envuelve a Plácido Domingo . Nueve mujeres han acusado al cantante de acoso sexual. Una acusación de la que el también director de orquesta se ha defendido mediante un comunicado.
“Las acusaciones de estos individuos no identificados que datan de hasta treinta años atrás son profundamente inquietantes y, tal como se presentan, inexactas. Sin embargo, es doloroso escuchar que puede haber molestado a alguien o haberles hecho sentir incómodos, sin importar cuánto tiempo atrás y a pesar mis mejores intenciones. Creía que todas mis interacciones y relaciones siempre eran bienvenidas y consensuadas. Las personas que me conocen o que han trabajado conmigo saben que no soy alguien que intencionalmente dañaría, ofendería o avergonzaría a nadie. Reconocemos que las reglas y estándares por los cuales somos, y debemos ser, medidos hoy son muy diferentes de lo que eran en el pasado. Tengo la suerte y el privilegio de haber tenido una carrera de más de 50 años en la ópera y me mantendré en los más altos estándares”.
Patricia Wulf
La cantante ha asegurado, que lo que hacía Domingo “era acoso totalmente”
De las nueve denunciantes, una bailarina y el resto cantantes de ópera, únicamente una ha querido dar la cara. Su nombre es Patricia Wulf y coincidió con Domingo en la Ópera de Washington. Wulf no ha dudado en dar su nombre y mostrar su cara a los medios, pues piensa que llevaba demasiado tiempo ocultando esto. La cantante ha asegurado, que lo que hacía Domingo “era acoso totalmente. No tengo ninguna duda de que eso era acoso. Yo estaba allí y estaba siendo acosada. Él quería que fuera a su casa y evitaba que me fuera a la mía. Él quería que me fuera con él esa noche”.
La cantante lírica, ya retirada, ha explicado más concretamente en una entrevista cómo fueron las cosas. “Vino a mí, se puso muy cerca y dijo ‘¿Patricia, tienes que irte a casa esta noche?’. Fue impactante. Fue muy difícil. Él es como Dios en mi profesión. Cuando viene tan cerca y te dice eso, lo primero que se te pasa por la cabeza es ‘¿qué?, y después piensas muy rápido ‘sí, por supuesto que tengo que irme a casa’ Y le dije eso todo el rato. Pero también piensas cuando te estas yendo ‘¿acabo de arruinar mi carrera?’”.
Él es como Dios en mi profesión. Cuando viene tan cerca y te dice eso, lo primero que se te pasa por la cabeza es '¿qué?, y después piensas muy rápido 'sí, por supuesto que tengo que irme a casa”
La intérprete reconoce que “llegué a un punto en el que salía del escenario e intentaba irme a hurtadillas y esconderme tras una columna, y aun así encontraba la manera de llegar a mí”. También añade que el tenor llegaba a ir a su camerino (”sin ser invitado”), razón por la que temía incluso salir. “Abría la puerta para ver si estaba cerca. Y si estaba, esperaba”.
El acoso fue más allá, relata, hasta el punto de que Domingo llegó a hablar con su esposo, Richard Lew, a quien susurró al oído: “Me gustaría conocer a mi rival”. Desde ese día, que coincidió con la fiesta de estreno de La flauta mágica, Lew acabó de comprender la magnitud de todo aquello y le preguntaba a su esposa día sí, día también si lo había vuelto a hacer.
No llegó a tocarla físicamente, aunque insiste en que sus intenciones eran claras. . “Cuando un hombre se acerca tanto a ti, con una sonrisa tan irónica te pregunta si te tienes que volver a casa una y otra vez, no se puede llegar a otra conclusión: quería acostarse conmigo. Especialmente, sabiendo la reputación de la que gozaba”. Esta complicada situación, lamenta, le afectó a la forma de tener relaciones con otros hombres tanto durante su carrera en el mundo de la ópera como en el resto de su vida.
Ante tal confesión, han sido muchos los que se han echado encima de Wulf y le han preguntado por qué denunciar esto ahora y no en su momento. “Doy este paso adelante porque espero que pueda ayudar a otras mujeres a hacer lo mismo, o a ser lo suficientemente fuerte para decir que no”. No obstante, admite que dentro del mundillo este problema era “un secreto a voces”.
Doy este paso adelante porque espero que pueda ayudar a otras mujeres a hacer lo mismo, o a ser lo suficientemente fuerte para decir que no”