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McLuhan tenía razón

Màrius Serra Escritor y enigmista

Hace 55 años que Marshall McLuhan puso en circulación una frase que triunfaría: “The medium is the message”. Esta igualdad entre medio y mensaje figura en su Understanding media: the extensions of man (1964). En vista del éxito, tres años después lo elevó a los altares de los libros, que son sus portadas, y la usó para titular su siguiente ensayo: The medium is the massage: an inventory of effects (1967). Sí, cambió una letra, de mensaje a masaje, pero es que McLuhan solía jugar con su palabra fetiche: message (mensaje), mass age (edad de masas), mess age (edad de líos) y massage (masaje). La interpretación de este aforismo con aires de slogan abraza toda su obra, pero la concepción del dueto medio-mensaje es muy amplia, fundamentada en dicotomías previas como forma-contenido o figura-fondo. Por ejemplo, tilda al cubismo medio porque, dice, requiere que el espectador se fije en la totalidad de la obra prescindiendo de los contenidos. Muy pronto, esta identificación entre medio y mensaje saltó a las pantallas. Primero, a las de televisión y luego, a las de ordenador. En el caso de la tele, una institución que pronto será centenaria (la BBC ya emitió en 1927), el M&M de MacLuhan predomina.

El martes 21 de mayo Quim Monzó dedicaba la columna “Y no se les cae la cara de vergüenza” a la entrevista que le hicieron a Pau Riba en el Tot es mou de TV3 a raíz de los 50 años de publicación de Dioptria, considerado el mejor disco rock en catalán, que ahora se presenta en un gran concierto. Monzó explicaba el poco tiempo que se dedicó al tema, en comparación con otras cuestiones como hacer que Riba valorase las canciones que se presentaban a Eurovisión, y escribía: “Fue una entrevista vomitiva. Ningún tipo de respeto por el personaje, ni in­terés por entenderlo y, a partir de haberlo captado, obtener consideraciones interesantes”. Ahora trasciende que del programa La Voz, de Antena 3, contactaron con Pau Riba para invitarlo a participar en la actual versión de La Voz Senior. Y no como jurado, sino ¡de concursante! De hecho, la invitación es para que se presente al casting. El crítico musical de La Vanguardia Donat Putx ha puesto el grito en el cielo en su muro de Facebook y los comentarios aportan otros casos. Resulta evidente la estrategia del programa, que aprovecha la vulnerabilidad de los músicos de una cierta edad con el anzuelo de salir por la tele. Maruja Garrido o Frank Mercader ya se han puesto ante David Bisbal y los otros miembros del jurado. Leo también que el Sherpa, de Barón Rojo, les ha enviado a pastar: “Lo que me he reído. No sé si también le habrá hecho tanta gracia a Serrat, Sabina… ¿O no se lo habéis mandado a esos? Ah claro, que sólo buscáis algún rockero pringado. Claro, qué cosas tengo”. Para más inri, el premio es... ¡grabar un disco! Pau Riba les podría premiar a ellos enviándoles un Dioptria en vinilo con una nota que diga: “Medium is the message”.