Aventura, reportaje, filosofía, género negro, libro de viajes... Variedad de temas y formatos entre las nuevas propuestas de libros de cómic y novela gráfica. Seleccionamos ocho de los títulos más relevantes entre los publicados durante el último cuatrimestre del año 2018.
‘Yo, loco’, de Antonio Altarriba y Keko
Sociedad enferma
Sigue la colaboración entre dos autores en un magnífico estado de forma y sigue su exploración de los rincones más oscuros del alma humana. Tras abordar el asesinato como obra de arte en Yo, asesino (premio de la crítica en Francia), Altarriba y Keko se centran ahora en el cinismo de la sociedad con una durísima mirada hacia las grandes marcas farmacéuticas vistas como empresas dedicadas a crear enfermedades. Como punto de partida ofrecen este dato: en 1946 la OMS reconocía 26 enfermedades y hoy, más de 200.
Yo, loco (Norma Editorial) es un descenso a los infiernos, un relato alucinado que avanza implacable, página a página. Negro en el fondo y en la forma. Arranca fuerte y mantiene el tono álgido hasta el fin, con vuelta de tuerca incluida. Antonio Altarriba (Premio Nacional del Cómic por El arte de volar) es uno de los mejores guionistas del país y uno de los más agudos críticos de la historieta; lo uno y lo otro explica su habilidad para entrelazar todos los mimbres de esta historia. El contundente dibujo de Keko refuerza lo sombrío del relato: un trabajo en blanco y negro expresionista, apoyado con fotografías retocadas, al que se suma un uso selectivo y nada gratuito del amarillo, otro hallazgo del libro. Uno de los cómics del año.
‘El tesoro del Cisne Negro’, de Paco Roca y Guillermo Corral
El otro tesoro de Rackham el Rojo
A partir de un caso verídico (el descubrimiento por parte de Odyssey del tesoro marino más valioso del mundo) Paco Roca firma un álbum en donde la aventura marítima se mezcla con el periodismo, la intriga política y el relato histórico. Acompañado de Guillermo Corral en el guion (un diplomático y escritor que vivió de primera mano el caso del Odyssey) el álbum retoma el esquema clásico de la búsqueda del tesoro pero le da una nueva vida al añadirle una original mirada sobre el expolio artístico y el poder de las grandes empresas.
En El tesoro del Cisne Negro (Astiberri) hay guiños a Tintín, especialmente al espléndido díptico formado por El secreto del Unicornio y El tesoro de Rackham el Rojo, pero los autores van más allá del homenaje y construyen un nuevo tipo de relato, apto para todos los públicos, en donde la escuela clásica francobelga se da la mano con los nuevos hallazgos de la novela gráfica (hay soluciones que son hijas de las que Roca ya probó con acierto en La casa o en Confesiones de un hombre en pijama).
Álbum magníficamente narrado, es precisamente este relato ágil lo más tintinesco de la obra, aunque el error ha sido, a menudo, copiar la línea clara de Hergé y olvidar sus lecciones de eficacia narrativa. Roca y Corral lo saben y el resultado es un libro que se lee del tirón y atrapa al lector en una aventura con aires de nuevo clásico. Con 30.000 ejemplares despachados El tesoro del Cisne Negro ya es un superventas editorial.
‘Rey Carbón’, de Max
Los hilos de la historia
Con el paso de los años, la obra de Max ha evolucionado de manera asombrosa, reflejando el proceso de maduración personal del autor. Con su personaje Gustavo encarnó al movimiento hippy ecologista, con Peter Punk la contracultura urbana. Evolucionó hasta denunciar en genocidio en Bosnia con una obra que sacudió el cómic español de los noventa: Nosotros somos los muertos. Y cada vez más convencido con las posibilidades del medio creó la primera historieta para ciegos en la bienal de Venecia de 2017.
Ahora, en Rey Carbón (La Cúpula) ofrece un nuevo ejemplo de depuración máxima del trazo, con personajes filiformes que certifican la sabiduría creativa de Max, Premio Nacional de Cómic en 2007. Nada es gratuito. Hay pocos elementos: un personaje negro, uno blanco, unos cuervos. Pero la austeridad está ahí para indicar al lector que cada detalle importa, que cada línea tiene significado. Como si cada trazo fuera el hijo de un lento proceso de destilación que termina en unas pequeñas pero preciosas gotas de perfume.
Filosófico, existencialista, a veces humorístico, Rey Carbón es hijo de algunos de los mitos fundacionales de nuestra cultura: el mito de la caverna de Sócrates y ese otro que asegura que el arte del dibujo nació cuando una mujer perfiló sobre una pared la sombra de su amado. Ese perfil (filum, en latín) sirve tanto para hablar de contorno (dibujo) como de hilos (narrativos) porque Rey Carbón es también hijo de la teoría de los hilos narrativos de Marcel Duchamp (historias que se entremezclan fruto del azar). Max mueve estos hilos para articular las más de 150 páginas de este relato casi abstracto en ocasiones, casi sin palabras y casi en blanco y negro. Una obra que se lee rápida pero luego hay que releer para descubrir nuevos significados en cada iteración.
‘Cuadernos japoneses. El vagabundo del manga’, de Igort
Viaje al corazón de Japón
Este libro es una declaración de amor y de amistad. Amor hacia un país, Japón, evocado con fascinación y respeto. Amistad hacia un autor de historietas mayúsculo, Jiro Taniguchi, tal vez el más occidental de los autores de manga. Las páginas que recuerdan al amigo desaparecido son también una deliciosa prueba de amistad al artista y de amor al medio en el que trabajaron. El italiano Igort se propone un viaje “sin objetivos” por el archipiélago, dejando que sea el azar quien guíe sus pasos. Y con un trazo dulce consigue evocar paisajes, tradiciones culturales milenarias y palabras de viejos poetas.
Cuadernos japoneses. El vagabundo del manga (Salamandra Graphic) está narrado con una franqueza y una sensibilidad tan auténtica que genera la inmediata complicidad del lector. Igort mezcla secuencias de cómic clásico con páginas que solo contienen texto, ilustraciones cercanas al arte del ukiyo-e, fotografías, y citas directas del manga. Un relato híbrido y onírico, impregnado de una belleza delicada. Un doble homenaje, pausado, sincero, precioso.
‘Guantánamo kid’, de Jerôme Tubiana y Alexandre Franc
Reportaje en viñetas
Historia verdadera, narrada en primera persona, del prisionero más joven retenido en la base americana de Guantánamo. La única culpa de Mohamed El-Gorani fue estar en el lugar equivocado en el momento equivocado: a los 14 años fue detenido por la policía del Pakistán y vendido a Estados Unidos por 5.000 dólares. El ejército de EE.UU. lo trasladó a Guantánamo, sin que pudiera disponer de abogados, ni comunicarse con su familia. Era sólo un número, el 269.
Se le acusó de ser miembro de una célula clandestina de Al-Qaeda en Londres en 1993. Poco importa que él no hubiera estado nunca en Londres o que en 1993 tuviera seis años. Guantánamo kid (Norma Editorial) es un espejo que nos devuelve uno de los rostros más horribles de nuestra era. Un contundente reportaje sobre la falta de garantías democráticas de la principal potencia del planeta, sobre la permisividad del mundo ante la injusticia de las detenciones arbitrarias, las torturas o la ausencia de derechos humanos. Un libro para entender uno de los episodios más negros de nuestra época.
Publicado con el apoyo de Amnistía Internacional, Guantánamo kid está escrito por el periodista Jerôme Tubiana, que sabe narrar con rigor los detalles de la odisea de El-Gorani sin mermar el ritmo de lectura. Por su parte, la sencillez de los dibujos de Alexandre Franc, que usa un blanco y negro sin matices, a medio camino de Marjane Satrapi y Lewis Trondheim, ayudan a contar esta historia sin caer en la sobreactuación, tal vez conscientes de que una historia tan atroz sólo es posible dibujarla con un estilo sencillo para que podamos digerirla.
‘Divas de diván’, de Carmen y Laura Pacheco
Sátira con clase
Antes de Instagram también había postureo. Y sus reinas eran las divas. El suyo es un mundo en blanco y negro, donde habitan fieles mayordomos, se fuman cigarros con largas boquillas y se toman elegantes cócteles. Una diva lo es las 24 horas del día. Y es un trabajo agotador. Este es el mensaje que quieren explicarnos estas seis divas en otros tantos capítulos que abordan con humor su relación con la moda, la belleza, el trabajo o los hombres. Son como seis divas de Hollywood de los años 50 que increíblemente hubieran logrado vivir en los tiempos de twitter. En Divas de diván (Caramba! / Astiberri), las hermanas Carmen y Laura Pacheco retratan sus glamurosas vidas mezclando las secuencias de cómic con pasajes de texto que destilan un cinismo sofisticado, a lo Dorothy Parker. Magnífica edición, con el glamur y el brillo que sus protagonistas exigían.
‘Louis entre fantasmas’, de Fanny Britt e Isabelle Arsenault
Poesía gráfica
El dibujo de Isabelle Arsenault tiende a crear pausas gráficas en el relato gracias al uso de grandes viñetas en donde el paisaje tiene una enorme carga expresiva y simbólica. Es un recurso que deriva de su trabajo como ilustradora y que aquí contribuye a imprimir el tono intimista que tanto necesita el álbum escrito por Fanny Britt. La historia de Louis entre fantasmas (Salamandra Graphic) tiene una fuerte carga introspectiva: Louis y su hermano pequeño deben adaptarse con resignación a su nueva vida de hijos de padres separados con custodia compartida.
Los problemas de su padre con el alcohol, la voluntad de la madre de mantener la familia a flote pese a sus miedos y el descubrimiento del amor adolescente por parte de un temeroso Louis que no se atreve a declarar sus sentimientos son algunos de los elementos que se mezclan en las páginas de este álbum. Tras la magnífica Jane, el zorro yo , que abordaba con sensibilidad el acoso escolar, las dos autoras vuelven a firmar una obra intensa en emociones galardonada con el premio de la crítica al mejor cómic del Quebec publicado en 2017. Arsenault y Britt han adquirido eso tan difícil para cualquier autor: tener una voz propia y reconocible tanto en la escritura como en el dibujo.
‘Lo mejor de Sir Tim O’Theo’, de Raf y Andreu Martín
Elemental, querido Patson
Dotado de un trazo ágil y del sentido del humor más británico de su generación, Raf (1928-1997) fue uno de los mejores historietistas de este país. Junto con Francisco Ibáñez, Escobar y Vázquez fue un pilar de la llamada Escuela de Bruguera. Sin embargo, esto no ha sido suficiente como para que su obra se reeditara en condiciones y durante décadas ha estado vergonzosamente ausente de las librerías. Este volumen pone fin a esta sequía que solo se explica por el poco interés que las editoriales han tenido sobre la historia de nuestro cómic.
Lo mejor de Sir Tim O’Theo (Bruguera) es una recopilación de cinco historietas largas publicadas en los setenta del personaje más popular de Raf, una suerte de Sherlock Holmes, anciano, despistado y metomentodo, siempre acompañado de su fiel criado Patson. Los guiones son obras del novelista Andreu Martín. Ojalá a este álbum sigan otras recopilaciones del mismo personaje (las historietas cortas de Sir Tim O’Theo son todavía mejores) y álbumes de otros grandes olvidados de nuestra historieta de humor: Jorge, Cifré, Conti o Martz-Schmidt. Ojalá.