Frankenstein y Drácula, hermanos de sangre
Terror
Mary Shelley y Bram Stoker se basaron en el mismo mito procedente de la Europa del Este para crear a sus monstruos
Todo el mundo sabe que Frankenstein es ese monstruo creado por un doctor loco que junta partes de distintos cadáveres para dar vida a un zombi de cas 2,5 metros de altura. Abandonado desde su ‘nacimiento’, asustado y repudiado, vaga por los bosques sin saber quién es, buscando alguien que le acepte por quién es y no por su aspecto.
A miles de kilómetros de distancia, el elegante y sofisticado conde Drácula aprovecha la noche para aterrizar a sus vecinos y alimentarse con su sangre. Aparentemente, las creaciones de los escritores Mary Shelley y Bram Stoker no tiene mucho que ver, más allá de que se enmarcan en la misma tradición cultural gótica, las Penny Dreadful, todo un fenómeno social en la Gran Bretaña del siglo XIX.
Las creaciones de Shelley y Stoker tiene mucho que ver, además de enmarcarse en la misma tradición cultural
Lo que muchos desconocen es que ambos mitos de la literatura de terror son, en realidad, hermanos de sangre, según defiende en su último libro Nick Groom, profesor de la Universidad de Exeter. Según Groom, tanto los académicos como los lectores se han perdido las cualidades vampíricas de la figura icónica que relató Shelley en su libro publicado en 1818.
Aunque esta novela vio la luz 80 años antes que el Drácula de Stoker, las fuentes de ambas obras son exactamente las mismas, defiende Nick Groom. “Los vampiros no fueron inventados por los autores de ficción. Los brotes de vampirismo fueron realmente registrados por médicos y magistrados en Europa del Este en las décadas de 1720 y 1730. Es imposible que Mary Shelley no se hubiera enterado de esto”, argumenta el profesor.
Los brotes de vampirismo fueron realmente registrados en Europa del Este en las décadas de 1720 y 1730
Los primeros casos de los que se tienen constancia apuntan las bases clásicas del mito. Los vampiros eran seres que se levantaban de entre los muertos y estrangulaban a sus familiares cercanos antes de chuparles la sangre. Esta creencia inspiró un extenso debate médico, que también atrajo a teólogos y filósofos.
Mientras aparecían un alarmante número de testigos que aseguraban la existencia de estas criaturas de la noche y los médicos, desconcertados, trataban de encontrar evidencias forenses sobre ellas, Mary Shelley ideó un monstruo que reproducía las prácticas de los supuestos chupadores de sangre de Europa del Este.
La creencia del vampirismo inspiró un extenso debate médico, que también atrajo a teólogos y filósofos
“Como los vampiros, el Ser (Frankenstein) ataca a sus parientes más cercanos: la familia de su creador Victor Frankenstein y los estrangula. Además, deja al menos a una de las víctimas drenada de sangre. Y al final de la novela, se incinera en una pira”, analizar el docente de la Universidad de Exeter.
Aunque popularmente se creía, a lo largo del siglo XVIII, que la cremación era una forma segura de deshacerse de un vampiro, este método no se legalizó en Gran Bretaña hasta 1885. Mary Shelley también introdujo la ciencia y la medicina de vanguardia en la novela, inspirada tanto en las investigaciones del doctor John William Polidori -quien escribió el relato El vampiro, creando el arquetipo del vampiro romántico- y los conocimientos de anatomía de su marido, Percy Shelley.
“A pesar de que el primer cuento de vampiros en inglés y el Frankenstein de Mary Shelley se concibieron y comenzaron durante el oscuro verano de 1816 en una villa a orillas del lago Lemán, las similitudes entre las dos historias se han pasado por alto. Aunque no es explícitamente un vampiro, el Ser que crea Victor Frankenstein está inmerso en el aura psicótica del vampirismo de Europa del Este“, señala Groom, cuyo libro The Vampire: A New History se publicó el pasado 16 de octubre.