Así cazaban los humanos a las grandes bestias del pleistoceno

Hace 10.000 años

En el White Sands National Monumento de Nuevo México (EE.UU.) han aparecido una serie de huellas que revelan como se mataban a los perezosos gigantes

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Así cazaban los humanos a la megafauna del Pleistoceno

Science Advances / Wikipedia

Los megaterios eran bestias fabulosas. Perezosos terrestres de gran tamaño que habitaron Sudamérica desde inicios del Pleistoceno (hace nos dos millones de años) hasta hace unos 8.000 años. Apoyándose sobre sus patas traseras, su altura -unos cinco metros- y volumen -podían alcanzar las cuatro toneladas- les convertían en una presa formidable, todo un desafío para los cazadores humanos y su rudimentario armamento.

Enfadado, moviendo sus enormes y peligrosas garras a un lado y a otro, no eran fáciles de atrapar. Hasta que alguien encontró una solución para obtener la ventaja definitiva en esa batalla entre el hombre y la bestia. El hambre agudiza el ingenio y la arqueología permite desentrañar secretos ocultos durante más de 10.000 años.

Los megaterios eran bestias fabulosas, perezosos terrestres de gran tamaño que habitaron Sudamérica

Porque fue por ese entonces cuando un grupo de cazadores se encontraban en lo que actualmente es el White Sands National Monument,en Nuevo México (Estados Unidos). Ese hermoso paraje, utilizado por los militares para desarrollar el programa espacial estadounidense o realizar innumerables pruebas con misiles, hay una gran playa de sal (lego seco) conocida como Alkali Flat y el campo de dunas de yeso más grande del mundo (en este sitio se han grabado películas como Transformers o El Libro de Eli, por ejemplo).

En el apogeo de la Edad de Hielo, ese espacio estuvo ocupado por un gran Laho Otero. A medida que el clima se calentó, el lago se redujo. El lecho erosionado dio paso a las dunas y las salinas. La megafauna de esa época -entre la que s encontraba el perezoso gigante, dejó huellas en los sedimentos, igual que también hicieron los humanos que los cazaron.

Las marcas son notables y, aunque están situadas a escasos centímetros de la superficie, se han conservado de forma notable. Su estudio ha permitido a los investigadores narrar esta historia. Así fue como los seres humanos consiguieron cazar a los megaterios:

La zona estaba plagada de perezosos gigantes, mastodontes, mamuts, camellos o lobos horrendos (Canis dirus), muchos de los cuales se extinguieron al final de la Edad de Hielo. Los expertos no saben si la caza de estos presas fue exhaustiva, pero las huellas encontradas si indican algunos ejemplos de las técnicas que usaron para perseguir a estos animales gigantes.

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El esqueleto de un megaterio

Wikipedia

Estas pistas se conocen coloquialmente como “pistas fantasma” ya que solo son visibles en la superficie durante condiciones climáticas específicas, cuando las costras de sal no son demasiado gruesas y el suelo no está demasiado húmedo, según revela un estudio publicado en la revista Science Advances .

Un grupo específico de huellas humanas han aparecido junto a las impresiones de los megaterios. Los arqueólogos creen que esta era le técnica usada para acecharlos y finalmente matarles para comer. “También hemos identificado grandes ‘círculos agitados’ que indican que el perezoso se levantó sobre sus patas traseras y balanceando las delanteras, presumiblemente en un movimiento defensivo y de barrido para mantener a raya a los cazadores. A medida que se balanceaba, puso sus nudillos y garras hacia abajo para estabilizarse”, escriben.

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Parte de las huellas encontradas en Nuevo México

Science Advances

Estos círculos siempre están acompañados por huellas humanas. Analizando un terreno más amplio, los científicos vieron que la mega bestia caminaba habitualmente en línea recta. Pero donde había huellas humanas, los perezosos mostraban repentinos cambios de dirección, como si trataran de evadir a sus cazadores.

“Juntando el rompecabezas, podemos ver cómo el animal fue distraído por un cazador mientras otro se le acercaba por la espalda e intentaba darle el golpe mortal. Es una historia de vida o muerte, escrita en barro”, señalan. Al final de la última glaciación, el continente americano estaban siendo colonizados por humanos que se extendían por las llanuras de las praderas y muchos paleontólogos coinciden en que el exceso de caza provocó la extinción de muchas especies.

Otros expertos argumentan, sin embargo, que fue el cambio climático la verdadera causa de la pérdida de varios tipos de animales. Lo que sí está claro tras el descubrimiento de White Sands es que los humanos eran entonces, como ahora, “depredadores en la parte superior de la cadena alimentaria”.

Los humanos eran entonces, como ahora, “depredadores en la parte superior de la cadena alimentaria”

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